Benito de la Morena. Académico de la Academia Iberoamericana de La Rábida. Bella palabra nacida del sentimiento; Parábola cristiana que tiende al amor en tiempos de cólera; significado universal de la comprensión que hace más fácil los caminos de la vida; y frente a ella, el odio, la ambición y la perfidia, términos habituales en el comportamiento humano que autoexplica la degradación paulatina que está sumiendo a nuestra especie en una espiral de violencia incontrolada que tiende a su autodestrucción moral.
Misericordia, esperanza renacida de la mirada de un niño al que enseñaste a reír; misericordia, exultantes emociones de la sonrisa de un pobre que agradeció tu consuelo; misericordia, la que esperas conseguir cuando relajas tu duro y oprimido corazón; misericordia, el confort que necesitas para sentir que no has muerto todavía.
Y mientras, la vida sigue con su tenaz desatino enfrentando a los hermanos, robándole el pan al pobre para hacer más rico al rico; dilapidando bondades y esparciendo las espinas por caminos y senderos que son salvación del alma, de un alma que pertenece a lo sublime y etéreo y que, al no ser material, merece nuestro desprecio.
Misericordia es la ilusión, la esperanza de que el ser humano pueda alcanzar la plenitud del concepto Humanidad, de la entrega solidaria, de dar el bien por el mal, y vivir en el remanso del Amor y de la Paz.
1 comentario en «Misericordia»
Misericordia. No podiamos esperar de Benito de la Morena otro motivo que éste para fechas tan especiales.
Pero dice bien con eso de «la vida sigue con su tenaz desatino enfrentando a los hermanos, robándole el pan al pobre para hacer más rico al rico».
Misericordia. La palabra más ignorada en un mundo que deja mucho que desear. Sobre todo cuando enfrentamos la voluntad de colaborar con las necesidades que nos rodean.
Pero esas necesidades no son solamente en las personas, sino en situaciones que claman Misericordia para salvar patrimonios, que son parte de las personas, porque de ellas nacieron.
Me sumo a la petición de Misericordia y añado que se esparza con generosidad en personas y en lugares, que también están necesitados.
Es bueno que gente del calibre de Benito de La morena saque a la luz una palabra tan abandonada como Misericordia. Así, con mayúscula.