M. P. D. Cuenta atrás para la Feria Medieval del Descubrimiento de Palos de la Frontera, que se celebra los días 15 y 16 de marzo. Son los últimos días antes de esta cita tradicional para los palermos, que cada año se afanan en el diseño de sus vestimentas para ajustarse lo más posible la época de 1493, para recrear de forma fiel cómo se encontraba el puerto al regreso de las carabelas.
Y es que si existe una características de esta Feria Medieval del Descubrimiento es que todo el pueblo de Palos se vuelca en su puesta en marcha. Prácticamente todos se visten de época, invitando también a los visitantes a hacerlo.
Además, es una cuestión que se está convirtiendo en toda una tradición en la localidad, tanto para mayores como pequeños. Todos quieren participar de este fiesta que tiene una repercusión que va mucho más allá de las fronteras provinciales.
Y es que ir vestido de época es la mejor forma de disfrutar de esta feria, que supone un regreso a la época medieval. Tal y como lo pueden comprobar los visitantes a los puestos del mercadillo.
A la hora de elegir el vestido que mejor nos represente en la Feria Medieval se pueden definir muchas propuestas. Pero, ¿cómo debemos vestirnos si queremos ir ataviados acordes a la moda de finales del siglo XV? Realmente, es una cuestión que no es tan fácil de contestar. Es cierto que muchos palermos optan por el hecho de comprar o, incluso, alquilar el traje. También los visitantes a la feria tienen la posibilidad de hacerlo en algunos de los puestos que se vienen instalando de forma tradicional en la plaza principal del recinto.
Sin embargo, la gran mayoría de los participantes en la feria prefieren hacerse el traje por sí mismos o encargarlos a alguna costurera. Y, en este sentido, las características de las prendas dependerá mucho del estatus social del personaje que queramos representar. Una cuestión que no ha cambiado mucho a lo largo de la historia.
Y es que el vestuario medieval, tanto en el hombre como en la mujer, dependía en gran medida de su posición social y capacidad adquisitiva.
Así, las posibilidades son muy amplias. Para él, las opciones van desde el traje de combate, con mallas y armadura con casco, hasta hombre de la corte, con un jubón sin mangas que deja ver las de la camisa, todo ello sin olvidar el traje de fraile o monje propio de la evangelización, así como de marinero.
En el caso de ellas, una opción muy recurrente es la de ir de campesina o aldeana, vestida de forma sencilla, que suele llevar junto al vestido un delantal y pañuelo. Este tipo de traje también se puede adaptar a cantinera, normalmente con chaleco con cordones.
Diferente es ir de cortesana, ya que, en este caso, el traje debe tener más detalles, con cenefas, sin olvidar que debe incluirse gorro o tocado. En este caso, al igual que en el disfraz de hombre de la nobleza, debe llevar adornos generalmente en oro y hechos con telas de mejor calidad.
Sea como sea, esta vestimenta de la etapa de finales del medievo e inicios de la Edad Moderna suele caracterizarse por llevar adornados con bordados, cinturones, faldas largas, mangas largas con vuelo cerca del puño, grandes hebillas en los cinturones, velos a las sienes, túnicas… Y las mujeres casadas suelen llevar la cabeza cubierta con una toca o velo, y el pelo recogido. Las solteras, sin embargo, podían llevar el pelo suelto y adornada la cabeza con guirnaldas de flores.
Por su parte, los niños usaban ropa que parecía una réplica a escala de la de sus padres. Tanto es así que muchos palermos y palermas hacen diseños idénticos a los suyos para sus hijos, para ir de forma similar.
A partir de aquí, con imaginación seguro que encontramos el mejor atuendo para acudir a esta cita imprescindible del mes de marzo en la provincia de Huelva. ¿Cuál es el tuyo?