Juan Carlos Jara. La consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, hablaba hace unos días de la “burbuja de las infraestructuras innecesarias” que, según ella, ha reinado en España. Lo hacía, no sin razón, al ser cuestionada sobre su postura en relación con la posible construcción de un aeropuerto en nuestra provincia pese a que existen ya dos construcciones de este tipo a no mucha distancia.
La reflexión, aún estando llena de lógica, no me permite olvidar que en Huelva, pese a no haberse despilfarrado dinero con esa burbuja que menciona la consejera, siguen faltando muchas infraestructuras. ¿Han echado ustedes la cuenta de cuántas grandes obras, necesarias o innecesarias, se ejecutaron en nuestra provincia en esos años de esplendor? Tal y como dice Cortés, aquí continuamos sin aeropuerto. Y sí, es verdad que quizás no hace falta y no seré yo quien le lleve la contraria. Pero no es menos cierto que en Huelva tampoco se ha levantado aún una sola piedra para unirnos a través de la alta velocidad –o como sea, pero en un tiempo decente- con el resto del mundo ni se ha puesto un ladrillo, por mucho que alguien decidiese mover unos metros de tierra, para una nueva estación de ferrocarril. Seguimos, además, sin comunicación medianamente rápida y segura con Badajoz pese a que ello facilitaría enormemente la llegada de turistas y estudiantes y las relaciones comerciales con Extremadura. De la carretera Huelva-Cádiz, por supuesto, casi es mejor no hablar porque alguien puede mirarte mal aunque desees que ni siquiera se acerque a Doñana. En conexiones metropolitanas a través de una red de Cercanías, a través de buenas carreteras o mediante alguna línea marítima estamos aún en pañales. Ni puentes a Punta Umbría -¿les suena?-, ni uno que atraviese el río Tinto, ni uno por Cardeñas…
En Huelva nadie ha pensado, creo, en un tranvía ni por supuesto en el metro. No son obras necesarias y solo hubiesen sido posibles en una “burbuja de las infraestructuras innecesarias” aunque, eso sí, se han llevado a cabo en otras ciudades sin estar claro que fueran imprescindibles en todas ellas. En Andalucía, además, no se descarta aún un costoso dragado en el Guadalquivir pese a que Sevilla está muy cerca de dos grandes puertos marítimos. Parece pues que la burbuja que menciona Cortés no se desinfla por igual en todos los lugares e incluso se puede afirmar que en Huelva, siempre la excepción, no existió para lo innecesario pero tampoco para lo necesario pese a las muchas y casi circenses promesas. Me pregunto por ello si éste no hubiese sido un lugar ideal para construir esa Ciudad del Circo que, en plena burbuja, se quedó a medio hacer en Alcorcón. Y perdonen ustedes.
2 comentarios en «La burbuja de las infraestructuras»
¿Perdón por qué? Lógicamente el ayuntamiento es del PP. Más que la ciduad del circo yo la llamaría la ciudad fantasma, por que a todo lo que menciona el autor del artículo, hay que añadir la cantidad de edificios sin destinos en Huelva. ¿La Junta Andalucía no tiene transferida las competencia en cultura? ¿Para cuándo una buena biblioteca Municipal en Huelva? La que hay es un asco en cuanto al edificio que tiene. Para cuándo una reforma para el Museo. ¿Para cuándo la ciudad de la justicia?. Vaya efidicio arcaíco el del Palacio de Justicia. Eso sí lo efidicios administrativos que tiene las Sedes de la Conserjería de la Junta eso sí son buenos, no sé si serviran para algo, pero bueno son.
Efectivamente, Pepe, en Huelva pocas infraestructuras se llevan a cabo, ya sean necesarias o no y estemos en época de bonanza o en tiempos de crisis.
Doñana, la existencia de aeropuertos cercanos, la falta de dinero o cualquier otra es siempre una buena excusa pese a que en otros lugares de Andalucía y de nuestro país también concurran, en muchos casos, las mismas circunstancias.