José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. Ante las abrasadoras temperaturas de más 30º grados que se están produciendo en las aulas del Instituto en los últimos
días. Un grupo de estudiantes de La Puebla de Guzmán han lanzado una petición que ha dejado perpleja a la comunidad educativa y la Junta a la que culpan de inacción ante lo que ellos piensan, que se ha convertido en un método de castigo educativo intolerable en pleno siglo XXI: por lo que han solicitado a la Junta a través de las Redes Sociales que las clases comiencen a las 6 de la mañana. Una petición que, aunque para muchos sería una condena al madrugón eterno, para estos estudiantes sería también una cruzada por una educación pública y de calidad.
Según declaraciones de Felipe “El Búho” Domínguez, portavoz de esta plataforma, el argumento principal de los alumnos se sustentaría en varios estudios que aseguran que las primeras horas del día son las más productivas para el cerebro humano y que a medida que va transcurriendo el día y se le añade el factor del calor disminuye exponencialmente la atención, una situación insostenible que no sé mitiga ni con cuatro ventiladores instalados en cada aula. El objetivo de este cambio de horario que implicaría que las clases terminarán a las 12 de la mañana es el de mejorar significativamente el rendimiento académico. Una propuesta que vendría acompaña de un programa de ejercicios, como el contemplar la salida del sol tras las lomas de la Puebla, carreras matutinas por las dehesas y yoga al amanecer.
La directora del instituto, se ha mostrado receptiva ante la petición y de momento ha ordenado revisar los stocks de café de la sala de profesores, al mismo tiempo que estos han empezado a recibir cursos intensivos de “gestión del sueño” y “sobrevivencia en condiciones extremas de nocturnidad”, en previsión de la posible aprobación del horario. Un cambio de horario que mantiene 
a los padres y madres divididos, entre los que apoyan la iniciativa porque piensan que puede ser positivo para sus hijos e hijas y que provocaría un cambio en la dinámica peligrosa de apatía educativa en la que han entrado y los que piensan que esta iniciativa solo es una excusa más para centrar el debate en las condiciones climáticas y no en la calidad educativa que se encuentra en mínimos históricos.
Si termina aprobándose el cambio de horario, los bares, las churrerías y los gimnasios de a Puebla tendrían que abrir a las 5:30 AM un horario que incluso podría terminar afectando a los servicios públicos de la localidad andevaleña y a toda las actividad empresarial de la zona que tendría que terminar adatándose a este horario durante los meses en los que las temperaturas sobrepasen los límites de tolerancia humana al calor que impida la aclimatación y la hidratación de los puebleños y puebleñas.
A pesar de lo absurdo que pueda parecer, la petición ha ganado adeptos y está en camino de ser discutida en el próximo consejo escolar. Mientras tanto, los estudiantes de La Puebla de Guzmán continúan su lucha, seguros de que están a punto de marcar un hito en la historia educativa de la provincia. En palabras de Felipe “El Búho” Domínguez: “La educación no tiene horario, y nosotros tampoco” ¿Será esta una moda pasajera o el inicio de una nueva era educativa?
