Redacción. Aroche cuenta con un rico patrimonio histórico, artístico y arqueológico que lo hacen un municipio único en la provincia de Huelva. Entre sus maravillas se encuentra una ermita mudéjar del siglo XIII, situada en los Llanos de La Belleza.
Esta ermita de repoblación, a la que, en un principio, le daba nombre la imagen de San Pedro de la Zarza, pasó a llamarse ermita de San Mamés con la llegada, en el siglo XVIII, de este santo, patrón hoy de la localidad y cuya romería se celebra a finales del mes de mayo.
Y si por fuera ya impresiona el aspecto de este edificio, su interior cautiva aún más a los visitantes. El intenso color de los frescos que adornan sus paredes y columnas se ha conservado durante siglos gracias a las capas de cal que recubrieron los muros durante una pandemia.
Cada fresco, cuenta una historia; cada pincelada, una curiosidad que hace singular este lugar. Escenas como la Anunciación, la Santa Cena o San Cristóbal se entremezclan con las trazas geométricas en forma de dados, flores o cintas, todo ello en una explosión de color que se convierte en un espectáculo para los sentidos.
Además de sus paredes, también hablan los restos de una antigua basílica romana sobre la que se construyó. Columnas, ladrillo, sillares y bóveda que sirvieron a los romanos para ejercer, justo al lado de la ciudad romana de Arucci Turobriga, las funciones jurídicas de la villa.
Entre naturaleza y paisajes de sierra y rivera, este espacio conserva vestigios de diferentes épocas, manteniéndose firme y acogiendo a turistas cada día, pero también a vecinas y vecinos que diariamente pasean hasta el poético lugar para conversar con el santo patrón.
Este imprescindible en tu visita a Aroche se complementa con la ciudad romana de Arucci Turobriga, el único yacimiento de esta tipología visitable en la provincia de Huelva.
1 comentario en «San Mamés, una ermita mudéjar en Aroche que evoca las huellas del pasado»
Lo visité hace pocos años y me encantó. Primero el pueblo y después Arucci y la iglesia. Me impresionó porque además, estaba solo en todo el recinto. Me encantó y deseo volver nuevamente.