HBN. A pesar de las amenazas de lluvia, finalmente el cielo clareó y el Cristo de la Sangre pudo hacer su camino en un esperado Vía Crucis que celebra el 75 aniversario de la Hermandad de Estudiantes. La imagen fue trasladada desde su sede en San Sebastián hasta el templo fundacional, el Sagrado Corazón de Jesús. Hasta allí se dirigió sobre unas nuevas y elegantes andas, que mostraban a la imagen de León Ortega con la cruz vertical. Como novedad, el señor se mostraba con corona de espinas. Una vez en el Polvorín, la imagen presidió el Vía Crucis parroquial, que lo condujo de nuevo hasta su templo.
A las seis y media de la tarde se abrían las puertas de San Sebastián para que la Hermandad de los Estudiantes celebrase sin sobresaltos el Vía Crucis extraordinario presidido por el Santísimo Cristo de la Sangre, uno de los principales actos programados por la cofradía del Martes Santo para celebrar su 75º aniversario fundacional. Las dudas, la inestabilidad meteorológica y lo largo de la jornada motivó que no hubiera mucho público a las puertas de la casa del patrón presenciando la salida. Un público que sí comenzó a arropar a la hermandad una vez que se adentró en las calles de la Huerta Mena, justo antes del Polvorín, dónde le esperaba numeroso público.
La Semana Santa se adelantaba inundando las calles de la capital de olor a incienso. Se iniciaba la primera parte del día, el traslado del Señor al Polvorín. Dos largas filas de hermanos con cirios color tiniebla seguían a la cruz parroquial que abría el cortejo. Acompañaban en este primer tramo a la Hermandad de los Estudiantes las otras hermandades de la feligresía: Mutilados y el Rocío de Huelva, así como el párroco de San Sebastián, Cipriano de Toro Reinoso. El acompañamiento musical corrió a cargo del trío de capilla Gólgota y de la Escolanía de Sevilla.
Rosas, claveles, orquídeas y cardos en tonos malvas y morados daban forma al monte sobre el que se elevaba la cruz, completándose el exorno floral con dos bouquets a ambos lados del crucificado compuestos por calas negras, cardos y flor de cera. Un caminar que le llevó a pasar junto al monumento en homenaje a quien fue su autor, el imaginero ayamontino Antonio León Ortega. Tras casi dos horas de recorrido el Cristo de la Sangre regresaba al templo que vio nacer a la hermandad y del que se marchó en 1960. Una vez allí daba comienzo el rezo de la primera de las estaciones del Vía Crucis. Un Vía Crucis conjunto de las comunidades parroquiales de San Sebastián y del Sagrado Corazón de Jesús. Las demás estaciones se rezarían a lo largo del recorrido de regreso a San Sebastián.