Mari Paz Díaz. De sobra son conocidas las intensas relaciones comerciales que mantuvieron los griegos con los territorios bañados por el Mediterráneo, incluyendo la Península Ibérica, al menos, hasta la conquista romana de Iberia. Un contacto económico y cultural especialmente fructífero en el caso de la actual provincia onubense, dado que los helenos estuvieron interesados en la plata, el cobre y el estaño de las minas de la Huelva tartésica.
La llegada de los griegos a la Península Ibérica se produjo por intermediación de los fenicios, estando documentada la presencia de productos griegos en Huelva desde la segunda mitad del siglo VIII a. C. Lo recogen estudios como el realizado por José Pérez Ballester, de la Universidad de Valencia, bajo el título de ‘La cerámica griega en Iberia: ánforas y comercio de alimentos’, publicado en el libro Iberia Graeca. El legado arqueológico griego en la península Ibérica.
Una publicación en la que la investigadora del Centro Iberio-Graeca, del Museo Arqueológico Nacional, Paloma Cabrera, ratifica que los griegos mantuvieron contactos con el reino de Tartessos. Un hecho que ha dado lugar a muchas historias y mitos, dado el interés que genera siempre la cultura tartéssica.
Estos intercambios entre tartésicos y griegos han quedado demostrados a través de los hallazgos arqueológicos encontrados en Huelva, donde han aparecido numerosos objetos procedentes de la Hélade. Es el caso de los vasos griegos arcaicos, que han sido estudiados desde el Museo Arqueológico Nacional por la propia Paloma Cabrera y por Ricardo Olmos, lo que ha permitido confirmar la importante presencia de importaciones arcaicas griegas en Tartessos.
Estudios que han aportado nuevas conclusiones sobre los intercambios de fenicios y griegos con las sociedades indígenas del sur peninsular.
Con esta base, hemos querido recordar cuáles han sido algunos de esos objetos griegos que nos trasladan hasta la Antigüedad, algunos realmente llamativos. Restos que aparecieron en la mayoría de los casos en pleno centro de Huelva, en las calles Puerto o Méndez Núñez, así como en espacios tan emblemáticos como la Ría onubense y los yacimientos de La Joya o Santa Marta, entre otros. Una prueba más de la riqueza arqueológica de la capital onubense.
De estas piezas llama especialmente la atención el casco corintio de bronce (580-550 a. C.) encontrado en la Ría de Huelva y comprado por el ingeniero José Albelda, quien lo donó en 1932 a la Real Academia de la Historia. Un casco que es uno de los hallazgos griegos de la Península Ibérica más importantes, demostrando así la relevancia de la factoría comercial de Huelva entre griegos y tartesios.
La cronología del casco situada en el siglo VI a. C permite concretar que se trataba de un arma de prestigio adquirida por las élites onubenses para resaltar su estatus aristocrático ante la sociedad.
Según explicaba Martín Almagro Gorbea en el Catálogo de la exposición ‘Tesoros de la Real Academia de la Historia’ de 2001, “la pieza, actualmente está rota y abollada, lo que la ha deformado. Este hecho puede explicarse como consecuencia de haberse recuperado en la draga, pero tampoco cabe excluir una rotura intencional en la Antigüedad, que se explicaría al haberse intentado inutilizar la pieza antes de arrojarla al agua”.
Recordemos que la Ría de Huelva, lugar del hallazgo de este casco, no queda muy distante de donde se recuperó “un famoso conjunto de armas del Bronce Final, lo que hace suponer que todos estos objetos fueron depositados como ofrendas a la divinidad de dichas aguas. El agua representaba el punto de paso del Mas Allá en el mundo indoeuropeo”, concreta Almagro.
En el Museo Arqueológico Nacional también hay otros restos griegos onubenses, como los fragmentos de un ánfora de Quíos (600- 575 a. C.), destinada al transporte de vino, y otro de un ánfora de Samos (600-550 a. C.), para el aceite.
Pero no tenemos que trasladarnos hasta Madrid para encontrar piezas griegas de importancia. Mucho más cerca, en el Museo de Huelva, pueden admirarse grandes descubrimientos de la época, la mayoría objetos que se consideraban artículos de lujo, por lo que eran adquiridos por la nobleza tartésica.
Por ejemplo, en el Museo de Huelva podemos ver una Copa ática de Comastas (580-560 a. C.), otra Copa de Grecia del Este (560-540 a. C.) o un Cuenco samio con grafito griego, datado entre el 590 y el 560 a. C., todos ellos procedentes de las excavaciones onubenses.
Lo mismo sucede con unos jarros de bronce de tipo rodio aparecidos en la tumba 5 de La Joya y en el túmulo 2 de la necrópolis de Santa Marta, encontrados junto a recipientes rituales o “braserillos” que tradicionalmente se emparejaban con jarros fenicios. Es decir, eran utensilios que suponían un signo de notoriedad social.
Del mismo modo, la conservadora Paloma Gallego señala otros objetos griegos conservados en el Museo de Huelva, como el Escifo eubeo (750-700 a. C.), procedente de las excavaciones llevadas a cabo en la calle Puerto, número 9.
Se trata de un fragmento de un vaso procedente de la isla griega de Eubea recubierto de barniz negro. Está decorado con un ave enmarcado por unos trazos verticales que forman una metopa. Este tipo de vasos tuvo una amplia difusión por todo el Mediterráneo, siendo traídos a la Península Ibérica por los fenicios.
Pero si existe una cerámica destacada es la aparecida en 1981 en la calle Puerto, número 10, datada en el año 570 a. C. que parece que fue decorada por Clítias, uno de los más importantes pintores de cerámicas áticas de la Antigüedad. En este fragmento aparece el brazo y el rostro de una figura femenina que parece ser Atenea, diosa griega de la sabiduría. Es un vaso cerrado ático, posiblemente una olpe, cuya posesión suponía un privilegio para los nobles de la cultura tartésica.
Muy conocido es también el fragmento de un vaso de cerámica ático de gran tamaño hallado en la calle Méndez Núñez 7-13 de Huelva. Siendo de la primera mitad del siglo VI a. C., está decorado con dos figuras de animales. En la parte izquierda vemos una pantera frente a la que se encuentra una cabra con la cabeza agachada.
Una copa corintia del siglo VI a. C. encontrada en la calle Concepción nº 5 y decorada en el centro con aves y dos felinos; un aríbalo corintio que se usaba para transportar perfumes, de los años 550-525 a.C., aparecido de la calle Méndez Núñez nº 5 y decorado con barniz negro y las figuras de dos aves enfrentadas; y una copa jonia del primer cuarto del siglo VI a.C. procedente de la calle Puerto nº 9 y con barniz rojo con bandas, son tres ejemplos de restos griegos aparecidos en Huelva.
En este caso, son arquetipos de cerámicas de menos calidad que se traían en masa para el comercio griego. Son, por tanto, casos diferentes a los vasos áticos, productos de lujo que se traían expresamente para los personajes de Tartessos más privilegiados.
Y así podríamos seguir con una serie de inscripciones del siglo VI a. C. y otros elementos que ponen de manifiesto que Tartessos y Grecia mantuvieron una fructuosa relación comercial y cultural, como hemos destacado en este artículo.
Un encuentro dilatado a lo largo de los siglos que se produjo gracias a las minas onubenses, lo que permitió el desarrollo político y cultural ibérico, pues los griegos hicieron grandes aportaciones a la incipiente conformación de la sociedad y cultura onubense antes de la llegada de los romanos.
Unos datos que demuestran una vez más que el suelo del centro de Huelva, de la antigua Onuba, es, en realidad, un enorme y rico yacimiento arqueológico que no deja de sorprendernos. ¿Cuál será el próximo hallazgo?
3 comentarios en «Del casco de bronce del Museo Arqueológico Nacional a las cerámicas de lujo, las evidencias halladas en Huelva de las relaciones entre Grecia y Tartessos»
Muy interesante, Gracias por el artículo Mari Paz.
casco que se custodia en el Museo Arqueológico Nacional, dada su relevancia, siendo uno de los hallazgos griegos de la Península Ibérica más importantes y demostrando así la relevancia de la factoría comercial de Huelva entre griegos y tartesios.
Ese casco debe volver al museo de Huelva.
Escrito en griego en la cerámica griega del museo de Huelva : THENAIA seguramente en la parte rota una A de Atenaia. En el barrio portuario donde se instalarón los Eubeos junto a los fenicios se encontrarón inscripciones votivas en griego a la diosa Athene, a Ekaté, a un dios local NIETO. y a HERAKLES. En un santuario de tipo fenicio donde se han encontrado estas cerámicas con inscripciones en griego. Es conveniente excavar el centro de huelva, la plaza y conservar los cabezos sobretodo el de la necropolis de la Joya que no se esta haciendo nada por su preservación. Patrimonio de todos y primera necropolis Tartésica.