S. D. Hay partidos que tienen mucha emoción. Pero hay otros que son dramáticos, agónicos y encima tienen un final feliz. Ese fue el Smurfit Kappa-CD Carcabuey, de la 20ª jornada en el grupo 17 de la Tercera División de fútbol sala, que se resolvió en favor del cuadro palmerino con un gol de Álvaro Pinto a falta de 8 milésimas. ¿Alguien da más?
Decir que fue un partido de infarto el vivido en La Palma del Condado es apelar al tópico. Aunque fuera una realidad palmaria. Como verdad fue que el equipo de Jorge Guerra siempre fue a remolque, con el viento en contra. Por eso el gol postrero fue el no va a más.
Pero hasta que llegó ese momento de éxtasis condal pasaron cosas. Muchas cosas. La primera dio en la cara de un Smurfit Kappa que saltó a la cancha con la única idea de ganar tras dos derrotas consecutivas. La firmó el visitante Alfonso, que finalizó a las mil maravillas un saque largo de su portero.
Con todo el cuadro de casa no se amilanó. Todo lo contrario, hizo de tripas corazón y empató pronto por mediación de Talla. La cosa no debió acabar ahí, porque el Smurfit Kappa siguió generando juego y ocasiones, pero le faltó el gol, eso sí, mucha culpa la tuvo el meta rival. Para colmo de males lo que llegó fue el 1-2. Otra mala defensa local tras un rechace origina el gol de José Carlos. Otra vez el partido cuesta arriba.
En los últimos minutos del primer periodo se desató la locura con dos penaltis, uno para cada equipo, y ambos fallados. Primero fue el error de Iván ante Leo, y luego el de Alfonso ante Cola. Claro que entre ambas acciones llegó el empate (2-2) al marcar Sofiane tras una excelente combinación palmerina. Descanso.
No bajó el ritmo ni mucho menos en la reanudación, en la que volvió a dar primero el CD Carcabuey al anotar Juan Andrés en una acción polémica. Fue una jugada que los árbitros pararon al estar un jugador cordobés tendido, decretándose un fuera de banda dudoso. La acción continuó con la defensa mal parada del Smurfit Kappa y gol: 2-3. Fue un mazazo que acusó el cuadro condal, pagándolo poco después con el cuarto gol rival, éste de Andrés Osuna.
Menos mal que la reacción del Smurfit Kappa tardó muy poco en cristalizar con un gol esperanzador de Iván Pinto. Dio alas a los de casa, que empujó a su rival y le acorraló con portero-jugador, pero sin fortuna en el remate con varios lanzamientos a la madera.
Aún así llegó el 4-4 por mediación de Juanma, que no fue nada comparado a lo que se vivió cuando Álvaro Pinto, a falta de 8 milésimas, colocó el 5-4 definitivo. Tres puntos, el éxtasis…