José Manuel Alfaro. Sobre las 11 de la mañana ha aparecido el adolescente perdido cerca de la Fuente Helechal, después de que fuera localizado por una pareja de senderistas que venían bajando las cumbres de Cortegrullo y que desde el paraje las Zorzadillas y nada más cruzar el paraje Puerto Rayo y la umbría del Charco del Sapo, ya comenzaron a escuchar una especie de canto que rompió el silencio con el que venían caminando por el paraje Valle Aliso y el barranco Dundún.
El joven que fue encontrado en perfectas condiciones comiéndose un plátano y hablando una inquietante lengua, fue trasladado urgentemente hasta los servicios médicos de Valdelarco por esta pareja de senderistas ingleses que, ante la imposibilidad de comunicarse con él, decidieron trasladarlo para que recibiera la atención médica necesaria antes de que la situación se agravara y las lesiones se volvieran irreversibles.
Gracias a la rápida intervención de un equipo de sanitarios, tanto el joven como la pareja de senderistas que se encontraban en estado de catarsis lograron estabilizar al joven y tranquilizar a estos recién casados que habían venido de viaje de novios hasta la localidad para quedarse unos días en la casa de unos amigos portugueses que se encontraban en ese momento desayunando en uno de los bares más concurridos de la localidad con un sargento de policía retirado de Barcelona bisnieto de colmenero y que tras conocer la noticia rápidamente se desplazaron hasta el consultorio.
Allí el enfermero vasco que atendió al adolescente y la pareja de ingleses descendientes de gallegos que emigraron durante la guerra civil a Londres, le comentó al alcalde después de hablar con el médico valenciano que hizo un estudio completo, que tanto el adolescente como la pareja que lo rescató no sufrían ninguna lesión tal como le trasladaron también a uno de los vecinos franceses de la localidad que se acercó preocupado al consultorio alertado por el revuelo que oyó cuando paso por la puerta del consultorio y donde se encontró a dos portugueses, un catalán, un vasco, un gallego, dos ingleses, un valenciano y una adolescente con angina con un perro pequinés, riendo y hablando distendidamente cada uno en su idioma y explicándose lo que había sucedido.
Una vez más el plurilingüismo oficial de esta localidad serrana en la que conviven diversas lenguas ha hecho posible salvar a este joven adolescente que a pesar de su afonía y hablar un idioma ajeno a todos los que se encontraban en aquella torre de babel en la que se había convertido el consultorio, logro dar las gracias a la pareja de ingleses por haber salvado a su perro asustado por un ratón de campo.