RFB. Los hechos delatan a las personas, y ser sensibles al bienestar animal ya dice mucho de uno, o de una, como es el caso de Mari Carmen Mayol. Pero esa sensibilidad de nuestra protagonista no es la de andar por casa, la corriente en cualquiera que tenga un mínimo de humanidad, no. La de ella es un compromiso esencial, sorprendente y admirable. Y, sin buscarlo, Mari Carmen debe de tener un crédito kármico excepcional, ilimitado diríamos, por todo el bien que ha proporcionado, por tantos animales -en particular perros- salvados, cuidados, amados.
Hablas con ella y percibes una sonrisa sincera, tranquila, profunda. Rápidamente genera confianza porque sientes que te encuentras ante una persona honesta, transparente, humana. Exhala cariño, a los animales y a la gente. No le gustan los protagonismos, se le nota rápido. Prefiere la labor callada y efectiva, suponga el esfuerzo que suponga. Si le ayudan mejor, pero si no es así, se echa la responsabilidad encima y puede con todo.
Mari Carmen se nos presenta, sin aspavientos, como una buena gente de libro. Está nominada para los premios instituidos por Fundación Cajasol y este periódico. Y está recibiendo los votos de la gente porque se lo merece, como sus compañeros de nominación.
Nació en Huelva pero ha vivido toda la vida en Punta Umbría. Su origen familiar es gaditano. De allí son sus padres, Justo y Antonia, él mecánico naval y ella ama de casa. Le han transmitido muchas cosas buenas, pero hay una que le ha marcado, y es el amor a los animales. Cómplices generosos e inevitables son su marido, Pepe y su hijo, José María, al que tuvo muy joven.
Está volcada con los animales, particularmente con los perros. Le vendría bien esa frase de… no me da la vida. Pero ese esfuerzo agotador no le resta el cariño por las personas. Y por esa orientación de su vida reconoce que es feliz. A nosotros nos lo transmitió generosamente con su sonrisa franca cuando la entrevistábamos.
Según observamos, tener a los perros en la protectora -Puntanimals- no es algo que le permita a Mari Carmen un horario. Son seres vivos, queridos, de los que no se puede desentender. Así lo asume ella. Cada vez que contactábamos, incluso domingos, solíamos escuchar los ladridos del testimonio por detrás.
Esta mujer es para levantarle un monumento. Nos ha dejado impresionados. Ha sido también una de las grandes experiencias al conocer a estas buenas gentes que el premio nos pone en el camino.
Mari Carmen empezó a trabajar muy joven -aún lo es, o así la percibimos-. Cuidaba niños pero desde siempre tenia la meritoria costumbre de recoger animales. Nos cuenta que «hará unos 13 años cuadré con un equipo de amigos que nos gustaba lo mismo, recoger y cuidar animales. Y, como para mí tener un refugio y cuidar de los animales era el sueño de mi vida, les propuse hacer la asociación y empecé a buscar un espacio físico ya que todos teníamos animales recogidos en casa.
Los primeros meses bien, pero luego todos empezaron a retirarse y me quede sola. Hasta que por un problema que tuvimos en Punta con unos perros callejeros la gente empezó a conocernos. Y gracias a unas muy buenas gentes de Aljaraque empezaron a venir a ayudarme y todavía siguen con nosotros«.
En su vida han influido sobre todo sus padres, y algunos amigos muy especiales. Resalta que se ha encontrado con innumerables buenas gentes, y en este mundo de conexión con los animales hay gente muy bonita.
Considera que hay una base, mínima, para optar a ser buena persona, y es cultivar la honestidad y el respeto a todo ser vivo. Entiende que los perros se caracterizan por su bondad, lealtad «y sobre todo ese amor incondicional que nos dan. Ojalá muchas personas aprendiéramos de ellos y no es incompatible un amor con el otro«.
En nuestra ignorancia sobre este mundo de la protección de animales nos sorprende Puntanimals tenga acuerdo con instituciones de siete países, entre ellos Reino Unido, Suiza y Alemania, para que personas de estos lugares puedan acoger perros de la protectora puntaumbrieña. La conversación la manteníamos y al día siguiente llegaba un camión para recoger destinado a Holanda (11 perros), e inmediatamente después para Bélgica (2 perros).
Explica Mari Carmen Mayol ante nuestra cuestión que lo que sucede es que esos países pueden ser receptores porque no tienen abandono de animales y su cultura social en general respecto a estos es bien diferente a la de España. En Puntanimals preparan al perro de forma exhaustiva y lo envían, no sin pena al cogerle cariño, a un futuro mejor.
En este ‘follón’ en el que está volcada, Mari Carmen -bendito follón, que tanto hace por los animales y por la sociedad, al fin y al cabo- vive momentos difíciles, pero también otros divertidos, y muchos emotivos. «Anécdotas, pues innumerables -nos dice-, desde muy divertidas como cuando empiezan a correr los galgos y nos tiran al suelo, como otras muy emotivas, cuando viene gente a pasearlos y se les escapan y vienen corriendo a la puerta de la protectora. También cuando hacemos paseos solidarios y se nos queda la protectora vacía, -ojalá todas estuvieran algún día así-. Y luego otras a la vez agridulces cuando tenemos que despedirnos porque se nos van a otro país«.
Esta mujer ejemplar, entregada e incansable, tiene la ilusión puesta en «terminar nuestro nuevo refugio para que ellos puedan está en libertad y mejor atendidos y construir un santuario para gatos en la Sierra. El tema gatos es peor que el de los perros porque nadie los quiere«. Quiere recogerlos y llevarlos para el santuario para dar en adopción y «el que no salga por cualquier motivo q tenga un lugar hasta el fin de sus vidas». Aprovecha y sonría haciendo un guiño, «si alguien tiene una finca que no utiliza y nos la deja pues de lujo«.
Reportaje gráfico: Edith-HBN.
Mari Carmen Mayol, premios Buena Gente de Huelva, Fundación Cajasol, Huelva Buenas Noticias.
1 comentario en «Mari Carmen Mayol, corazón entregado»
Mari Carmen Mayor Navarro
Es una maravillosa persona de lo mejor que puede haber en el mundo se merece todo lo mejor vive para salvar a seres inocentes que fueron abandonados y la mayoría maltratado ,deseo que gane ese premio tan merecido.