Juan Bautista Gil Pérez: «en la vida he dado con grandes y buenas personas»

Juan Bautista Gil Pérez /Foto: Edith-HBN.

RFB. A finales del pasado abril nos tuvo angustiados Juan Bautista Gil Pérez. Su esfuerzo para alcanzar ese Record Guinness de corte de jamón dejó en vilo a mucha gente en Huelva. Juan Bautista, que ya era popular, se hizo aún más conocido por este hito, cuyo resultado económico iba a destinar a acción solidaria. La experiencia, aún en su dificultad por el enorme reto físico y psiquico, la califica como maravillosa.

Ha pasado el tiempo y expresa su propósito de volverlo a intentar. Pero ahora estamos en lo que estamos, y este sanjuanero forma parte de la nómina de los premios Buena Gente de Huelva, en su quinta edición. Se puede cortar de forma excelente el jamón, como es su caso por profesional, pero ser buena gente es lo que ha promovido el que alguien lo propusiese para esta iniciativa, que desarrollamos con la Fundación Cajasol. Una acción que pretende resaltar valores, actitudes, humanidad, más que desempeños, aptitudes o logros profesionales, deportivos o de cualquier otra índole.

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Por su edad y lo común, nació en un hospital capitalino, aunque se considera sanjuanero de pura cepa. Es el mayor de cuatro hermanos, José Antonio, María Goretti y María de los Ángeles, «aunque a veces parezca el más chico -aclara y nos reímos-«. Su padre, Pedro Gil Cumplido, jefe de taller y de soldadores en Talleres La Rábida «un referente para mi, y mi madre Ángeles Pérez Beltrán, ama de casa y la mejor madre del mundo«.
Su esposa es Esther Quintero Gisbert, abogada y funcionaria. Señalada por Juan como «una maravillosa casualidad, que aguanta mis locuras y me aconseja en ellas, aunque algunas veces no le haga caso. Niños no tenemos, Dios proveerá«.

La niñez de Juan Bautista transcurre en San Juan del Puerto, «entre sus calles, mi calle de niño, calle Dos Plazas y mi plaza, la del Ayuntamiento. Mi colegio fue el Juan José Rebollo, donde estudié la EGB. Allí hice mis primeros amigos, y entre equipos deportivos del cole pasamos una maravillosa etapa de la vida. Recuerdo, ya de adolescente, esas reuniones de Navidad, nosotros las llamábamos clubs, las casetas de las fiestas, muchísimos Rocíos vividos con el coro de nuestra Hermandad de San Juan, carnavales, etc…, tengo un pequeño secreto. Quien me conoce lo sabe, toco la guitarra y por eso me cogían para todo lo anterior, jejeje«.


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Después del colegio pasó al instituto, primero en La Rábida y después en Moguer «donde disfruté, también, de unos años maravillosos y conocí a mucha buena gente. Otra pasión en mi vida, la Semana Santa, hermano de Los Estudiantes desde la cuna y de otras hermandades, he sido costalero, en Huelva y Sevilla, auxiliar de capataz y capataz en mi pueblo. Y fui ‘aguaor’ un año en mi cuadrilla de la Virgen del Valle y fue maravilloso.
Y en estos momentos pues me dedico a cortar jamón, o al menos, intentarlo, de la mejor
forma que sé o puedo«.

Antes de dedicarse por completo a la profesión del corte de jamón simultaneó esta habilidad con varios trabajos. Empezó en la venta de electrodomésticos en un centro comercial. Pasó por la hostelería y Luego trabajó en montaje, concretamente en el control de calidad, donde tuvo una formación amplia y estuvo en diferentes obras de toda España.

Ya entonces compaginaba los trabajos con encargos de cortes en eventos. Al mundo del jamón llega de la mano de su padre, «él cortaba muy bien -nos cuenta- pero para casa, y un buen día en un centro de celebraciones de un amigo suyo hubo un apuro con el corte de jamón para una boda y me llamó para que fuese a echarles una mano, y de ahí en adelante pues todo ha sido cortar y cortar, hasta llegar a convertirse en mi profesión y mi pasión«. La profesión de cortador de jamón le ha dado muchas satisfacciones, y muchos amigos. Ha conseguido 49 premios en distintos certámenes de carácter nacional.

A la pregunta de personas que más hayan influido en su vida, Juan Bautista responde que «Creo que hay mucha gente que ha influido en mi vida, mis padres y abuelos, mis tíos, hermanos, primos, mi mujer que es una persona muy directa y que te baja a la tierra cuando es necesario. También alguno que otro de mis amigos más íntimos, en definitiva todo aquel que te aporte en la vida, que te ayude a levantarte cuando estás pasando un mal momento y que te acompañe en este bonito viaje llamado vida«.

Juan Bautista Gil Pérez cree en la buena fe de los demás y, en general, ha tenido la respuesta esperada. Señala que «he conocido a muchas buenas gentes, nombrarlas a todas sería muy difícil y se me pasarían muchos, pero el tiempo que tuvimos nuestro negocio en Isla Chica hubo mucha buena gente a nuestro lado, que nos ayudó y aconsejó, la gente de la asociación de comerciantes como Vicente Moreno, Juan Carlos Vizcaíno, Antonio Gemio, Manolo Chávez, Angustias, Pepi, y muchos más, pero quiero destacar a un buena gente de verdad como es mi amigo Carlos Moral, que me dio la oportunidad de pertenecer a su equipo junto a Rocío, Javi, Emilio, José Luis, Pepe, Manolo, etc…, para hacer El Bocadillo de Jamón más grande del mundo, entre otros grandes eventos.

En el mundo del jamón también he conocido a mucha buena gente difícilmente de nombrar a todos. Y en mi vida en general, he dado con grandes y buenas personas«.

Saliéndonos un poco del guion, por curiosidad le preguntamos por la evolución del corte de jamón, y el ibérico en particular.

Nos dice que «el corte de jamón ha evolucionado en estos 4 o 5 años de una forma
brutal, gracias en parte a la competición. Hay que ir innovando poco a poco, hay que buscar una personalidad propia, un estilo definido, en definitiva, buscar el ser tú. En ese aspecto creo que he logrado que la gente cuando ve algún plato mío, sepa identificarlo rápido y ubicarlo.

La evolución también es debida a la mejora de las herramientas. Buenas tablas jamoneras, buenos cuchillos, y buenos afiladores que saben adaptarse a tus gustos. Y la mejoría de la técnica de corte, es una profesión al alza y eso hace que no podamos bajar la guardia, porque acaban adelantándote por la derecha, es una profesión muy viva y por ello hay que ir conviviendo junto a ella.

En el jamón ibérico la evolución debería ir mejor de lo que va, y podríamos tener un largo
debate sobre esto pero nos llevaría una larga entrevista sólo para ello. Pero solamente voy a hacer una apreciación sobre ello. En el año 2014 entró en vigor la actual normativa del ibérico, y creo que es nefasta, puesto que ayuda a prostituir a nuestra joya más preciada, porque considera como ibérico algo que no lo es, ampara los cruces entre razas y los considera igual que el auténtico ‘Pata Negra’ el 100% Ibérico, un jamón con una pureza del 50 o 75% racial para mi no es ibérico«.

Le preguntamos así mismo por alguna anécdota o curiosidad en su experiencia como cortador de jamón. Cuenta que «en 2017, visitaba el grandísimo Chef Ferrán Adriá
las Bodegas de Luis Felipe. Allí estaba preparado un perfecto aperitivo entre nueve de los
mejores restaurantes de Huelva. Y, como no, un buen jamón que tuve el honor de cortar.
Hacia algo de frio y el jamón se enfrió un poco.

Ferrán me pidió una loncha y se la di, y al comérsela me dijo que estaba bueno pero algo frio. Le pedí que me diera la mano y le puse una loncha en ella y le dije que con la otra mano la tapara para darle calor. Mientras lo hacía le explicaba que la temperatura de consumo era de 24 o 25 grados y que un minuto en su mano y a nuestra temperatura corporal lo llevaría a esa temperatura optima.

Pasó ese minuto, se lo metió en la boca e hizo un gesto de autentico placer. Se volvió hacia mi y me dio las gracias por esa demostración de conocimientos hacia nuestro mejor producto«.

Pasamos a hablar de valores, los que más considera y trata de cultivar. Juan Bautista contempla como esenciales a «la humildad, la honradez, la amistad, el respeto, el amor, la solidaridad. Añade que el ir por la vida con una sonrisa, con una mirada alegre, el nosotros. Porque creo que sin ellos no seriamos ‘humanos’, no seriamos nada, estaríamos vacíos de contenidos y oscuros de corazón. Creo que la familia, sobre todo, es la que te educa en estos valores, pero también algún que otro profesor que he tenido me ha enseñado a intentar ser buena persona«.

Juan Bautista Gil Pérez tiene ilusión por seguir creciendo como profesional, mejorando día a día e intentar ser buena gente. Quiere volver a intentar batir el Récod Guinness de más horas cortando que, «si Dios quiere, lo anunciaremos en breve. Bueno y una ilusión que tengo es ser Rey Mago«.

Agradece mucho la nominación a Buena Gente de Huelva, unos premios que considera maravillosos. «¿Puede haber algo más bonito que ser buena gente? -concluye-«.

 

 

Reportaje gráfico: Edith-HBN.

Juan Bautista Gil Pérez, buenas personas, premios Buena Gente de Huelva. Fundación Cajasol y Huelva Buenas Noticias.

 

 


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