J.A. de Mora. Aún con el eco de la reciente inauguración de su Centro de Exposiciones y Congresos, y con la celebración precisamente del Día de la Provincia de Huelva en la localidad fronteriza -en el marco del bicentenario de la Diputación Provincial-, nos acercamos a Ayamonte a hablar de provincia desde la perspectiva local.
Y tiene un sentido especial siendo esta ciudad, en la época de la creación de la provincia de Huelva, tanto o más importante que la que al final fue elegida como capital. Bien podría haber sido quizá, ‘provincia de Ayamonte‘. No fue así, pero la ciudad del Guadiana ha tenido siempre y mantiene una clara condición de referencia social, económica y cultural en el conjunto de nuestro territorio.
Y para hablar de provincia en Ayamonte nos dirigimos en primer lugar a conversar con la ciudadana más representativa del término, su alcaldesa, Natalia Santos. Amablemente nos atiende en el bellísimo edificio que preside la Plaza de la Laguna, la antigua Casa Marchena.
Para Santos «Ayamonte ha sido y sigue siendo uno de los motores fundamentales de nuestra provincia, donde históricamente destaca el sector pesquero y la industria conservera, así como nuestro comercio. Y ya en la segunda mitad del siglo XX comenzó a asomar el turismo, que llegó para quedarse y convertirse sin lugar a dudas en el principal impulsor económico de la localidad y de la provincia«.
Le preguntamos si considera que el ayamontino tiene sentimiento de pertenencia provincial. Afirma que «absolutamente. Ayamonte es el nexo de dos comarcas, la Costa de Huelva y el Bajo Guadiana -Andévalo Occidental-. Y a su vez sirve de conexión con el Algarve portugués. Por lo tanto Ayamonte, las ayamontinas y ayamontinos han jugado y seguirán jugando siempre un papel fundamental en nuestra provincia«.
Situamos en la conversación el imaginario supuesto de que Ayamonte hubiese sido elegida en su época como la capital de la provincia. La alcaldesa apunta que «seguramente hubiese representado un papel tan digno como lo ha hecho Huelva. En aquellos momentos de segregación del antiguo Reino de Sevilla, Ayamonte era tan importante o más que Huelva. Pero por razones de ubicación, buscando una capital que estuviera más centrada geográficamente, se descartó Ayamonte«.
En términos de vertebración provincial, Natalia recuerda que «Huelva está formada por comarcas claramente definidas desde el punto de vista geográfico. La Sierra, el Andévalo, El Condado-Campiña y la Costa, todas con unas características únicas que componen un conjunto diverso, cada una de ellas con sus encantos y potencialidades«.
Para la primera edil ayamontina la evolución de esta provincia, vista desde Ayamonte, por ejemplo en estos veinte últimos años, se ha visto muy afectada por dos infraestructuras clave. Considera que «la construcción del Puente Internacional del Guadiana en el año 1991, así como la autovía de Ayamonte a Huelva constituyen un antes y un después en estas últimas décadas. Propiciaron una mejora sustancial en las conexiones de una parte importante de nuestra provincia tanto con Sevilla y otras provincias andaluzas como con el Algarve portugués«.
Preguntamos a Natalia Santos, a título personal, por cinco pueblos de Huelva, a parte del suyo, que le resulten singularmente atractivos, representativos, característicos. Nos dice que «es difícil hacer esa elección, ya que hay muchos pueblos singulares, únicos, en nuestra provincia, comenzando obviamente por mi localidad. Una Costa de playas únicas; un Andévalo y zona minera de especial encanto, preservador de tradiciones; Campiña con vinos, bodegas, gastronomía; la joya de toda la comarca de Doñana y, por supuesto, una Sierra con pueblos de tantas belleza«. Insistimos en que se decante y al final nos da tres nombres, Isla Cristina, Moguer y Aracena.
Una amena conversación la que mantenemos con la alcaldesa de Ayamonte, que se extiende a otros temas de interés, pero que dejamos aquí porque nuestro objetivo en esta ocasión era hablar sobre el concepto provincial visto desde la localidad costera. Más adelante tendremos la oportunidad de profundizar en la temática puramente local de un enclave tan atractivo en todos los órdenes.
Y salimos a la calle desde el imponente edificio consistorial ayamontino buscando opiniones, improvisadas, de algunos vecinos elegidos al azar. Nadie de los viandantes a los que nos acercamos rehúsa el encuentro, atendiéndonos con la mayor amabilidad y simpatía.
De esta forma, en una de las transversales de la concurrida plaza abordamos aleatoriamente a Inés Delgado, que va un poco rápido con una compañera de la empresa Óvolo. Son asistentes a domicilio allí en Ayamonte, su localidad natal y de residencia, y van precisamente a prestar un servicio. Inés lo primero que nos dice es que «Ayamonte es lo mejor, me gusta su gente, me gusta el pueblo, me gusta todo«. Particularmente está enamorada de su Semana Santa y considera que en Navidad el pueblo está especialmente bonito. Afirma que le gusta mucho la provincia de Huelva, que se siente muy identificada. Sus pueblos preferidos, además de Ayamonte, son Valverde del Camino, Minas de Riotinto, Lepe y Cartaya. Cree que la gente de esta provincia es muy cercana.
Preguntada por cómo piensa que ven sus comprovincianos a Ayamonte, Inés deja entrever cierta decepción. Piensa que «alguna gente de la provincia no ve muy bien a Ayamonte«. Termina diciéndonos que tiene ilusión por el futuro de su localidad, que «Ayamonte va progresando cada vez más, poquito a poco va habiendo más trabajo«.
Ángel Rodríguez Pérez, también natural ayamontino, pasaba por allí cuando lo hacíamos nosotros. Para él «Ayamonte es un espectáculo«. Rotundo nos dice que «me encanta el pueblo, ha crecido mucho. Y tiene una Semana Santa que me entusiasma, y también el Carnaval«.
Nos llama la atención que coincida en cierta medida con Inés afirmando, a nuestra pregunta de cómo ven los comprovincianos a Ayamonte, que «siempre se ha escuchado, por ejemplo, que Huelva o Isla Cristina no tragan mucho a Ayamonte. Sin embargo, los portugueses se llevan de maravilla con nosotros«.
Más allá de este pequeño desencanto, Ángel presume de ser provinciano de Huelva. Le fascina la Sierra, Aracena… «las Grutas son para ir a verlas, no pueden contarse«. Está muy contento de vivir en Ayamonte. Afirma que «se va a mejor y ha crecido bastante«. Todo ello concuerda con la ilusión que manifiesta por el futuro de la localidad.
Una profesora de instituto también nativa, Alicia Palma Rodríguez destaca que el suyo es «un pueblo con mucha luz, comodidad, tranquilidad. No es muy pequeño ni tampoco muy grande. Es un valor la cercanía de Portugal y la cercanía de Sevilla«.
Alicia ve una provincia con muchos pueblos muy diferentes entre si. «Isla Cristina estando justo al lado y, desde la manera de hablar hasta el carácter de las personas, somos distintos. Los pueblos de la sierra muy diferentes a los de la costa«. Y particularmente los pueblos de la sierra son los que más le gustan. Aroche y Aracena, por ejemplo.
Para ella desde la provincia se ve a Ayamonte como un sitio no turístico, muy diferente a pueblos más enfocados a los visitantes. «Lo de Ayamonte gusta más, está menos adulterado, tiene más autenticidad que pueblos turísticos de la costa de Málaga o Cádiz«.
Terminamos con la pequeña e improvisada ronda charlando un momento con dos foráneas pero residentes en Ayamonte por motivo de trabajo, ambas aproximadamente desde hace una década. Soraya Molina es de Linares, y resalta que ni la provincia ni Ayamonte en particular se sacan el partido que merecen turísticamente. Destaca la tranquilidad de la ciudad. También considera que es un pueblo suficientemente grande pero razonablemente pequeño. Se ha sentido muy a gusto desde que llegó.
Para su compañera, María Reyes Pallarés, sevillana, las sensaciones van en línea con lo que nos apuntaba más arriba Alicia Palma. Mucha comodidad para vivir, mucha tranquilidad. Llegó por sorteo a Ayamonte, como interina, y se considera afortunada por ello. Es a su juicio una ciudad con muchísimo encanto, con mucha historia. Una cosa que le llamó la atención desde primera hora es que haya en Ayamonte tantos artistas.