J.A.de M. Son pocas las casas antiguas que sobreviven en esta Huelva tan desconsiderada consigo misma, pero las hay. Y algunas mantienen en sus bajos la tradicional actividad comercial que se remonta en el tiempo a muchos años atrás.
Es un placer o, al menos, así lo apreciamos nosotros, poder disfrutar de estos espacios abiertos al público que en ocasiones mantienen un sabor a antaño verdaderamente especial. Son oportunidades que, con un poco de imaginación, pueden trasladarte en cierta medida a ese pasado raíz de Huelva cuya línea del tiempo no deberíamos cortar.
Revestimientos en el techo, molduras de yeso e incluso pilares de hierro forjado, nos abren un libro de historia ciudadana, de calle, acercándonos a tantos de aquellos -entre ellos nuestros antepasados- que pisaron el mismo lugar o respiraron el aire en el mismo espacio donde hoy podemos hacerlo nosotros.
Es verdad que casi no existen tiendas o establecimientos que mantengan la misma actividad que antaño, pero ya es algo que se conserve el lugar y el uso de aquellos tiempos a los que el nuestro ha cogido el testigo.
Aplaudimos el buen gusto de los propietarios e inquilinos por mantener esas casas. Frente a la actitud lamentablemente corriente de muchos contratistas, promotores y otras especies de la trama urbanística, que siempre opinan que todo es más barato y rentable si se tira antes que arreglar, la sensibilidad en estos casos impera y son victorias de David contra Goliat. No muchas, pero que se agradecen.
Hemos querido destacar con este pequeño reportaje a algunos de estos inmuebles. Afortunadamente hay más, y ya iremos resaltándolos. Es verdad, porque no todo es positivo, que algunas fachadas se cubren con revestimientos de dudoso gusto -por ser moderados-, pero al menos queda la esperanza de que, manteniéndose la casa, pudiera llegar en el futuro un inquilino que supiese darle el valor estético que tienen estos símbolos urbanos de la historia de Huelva.
En estos casos solo cabe disfrutar mirando para arriba y observando la belleza de los balcones y la fachada superior. Algo es algo.
Hay algunos inmuebles clave en el sentido al que nos referimos, la buena práctica de su pervivencia, por su ubicación y antigüedad. Por ejemplo el que ocupa la tienda de trajes de novia que está enfrente de la puerta de la Concepción. Aunque tiene, naturalmente, elementos de escaparatismo para llamar la atención, mantiene una cierta discreción y ha respetado los ornamentos de la fachada.
Algo parecido ocurre con el que albergaba hace unos años Calzados Leo, en la esquina Concepción/Rico. Este es de los más antiguos de Huelva. Aparece en fotografías del finales del siglo XIX, y por delante de él pasaron miles y miles de onubenses, miles de veces. Este hecho meramente social es más que suficiente, a nuestro juicio, para darle el valor que tiene. Afortunadamente vive aún.
Similar valoración podemos hacer del de la antigua Papelería Inglesa, en la calle Palacio, precioso edificio modernista con elementos ornamentales ‘art noveau’. Pero más allá de sus características y valor arquitectónico, para nosotros su riqueza radica en su historia particular. Y, sobre todo, su presencia en las vidas de tantos onubenses que se acercaron a sus mostradores.
Otras casas antiguas de Huelva que destacan por su belleza en este panorama comercial son el 2 y el 4 de la calle Concepción. El 2, el de la joyería Regente (este comercio si se mantiene desde hace casi un siglo con la misma actividad), es el maravilloso edificio ‘Plus Ultra’, una verdadera referencia en la ciudad desde 1916.
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