Los barcos de Juan Ramón Jiménez

El poeta moguereño a su llegada por mar a Buenos Aires en 1948, recibido por una multitud de admiradores.

RFB. Juan Ramón Jiménez y los barcos de su vida. El universal moguereño, a parte de un genio de la literatura, es un apasionante personaje, con una vida muy intensa y una personalidad que ha magnetizado a tantos seguidores en el mundo. Admiración por él, su obra y vicisitudes. En vida, una vez fallecido y hoy en día, cuando sus restos descansan, junto a Zenobia, en su amada tierra de Moguer.

Aunque emocionalmente nunca se distanció de su patria chica Juan Ramón Jiménez tuvo una vida itinerante. Y en sus viajes de España a América, viceversa, y dentro del propio continente americano, era inevitable que el barco fuese un elemento de transporte utilizado.


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Vapor español ‘Buenos Aires’.

No sabemos en que medida le gustaba navegar o, incluso, si le incomodaba. La genial obra ‘Diario de un poeta recién casado’ nos describe sus vivencias en el mar, en aquel viaje que le llevó a Nueva York para encontrarse y casarse con Zenobia, y en la vuelta. Embarcó en Cádiz el 30 de enero de 1916, en el vapor ‘Buenos Aires‘ de la Compañía Trasatlántica Española. Este buque era gemelo del ‘Montevideo‘, con quién cubría la línea España-Nueva York-Cuba-México. Tardaba en la ida, desde el último puerto español -Cádiz- a la capital norteamericana unos doce días, subiendo desde Azores a las proximidades de Terranova. La vuelta de ese mismo trayecto suponía algunos días más.

Salón de música del vapor español ‘Buenos Aires’.

En aquel primer viaje el poeta vivió un temporal y frío al alcanzar las latitudes más altas de la singladura. El Buenos Aires era, no obstante, un lujoso barco, aunque ya un poco antiguo -había sido botado en 1887-. Confiscado en tiempos bélicos, llegó a formar parte de una de las escuadras españolas en la guerra hispano-americana de 1898.


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Como decíamos, su gemelo Montevideo cubría la misma línea. Cuando uno salía de América otro lo hacía de España, y viceversa.

El matrimonio recién casado en Nueva York.

Precisamente la vuelta a España de la pareja de recién casados la hicieron en el Montevideo, llegando a Cádiz el 21 de junio de 1916. Suponemos que ese viaje lo vivirían con cierta inquietud, porque justo el 5 de marzo anterior, precisamente cuando el Buenos Aires que le había llevado a América a Juan Ramón zarpaba otra vez de Nueva York y habían pasado tres días desde la boda, el vapor de la misma Compañía Trasatlántica ‘Príncipe de Asturias’ se hundía en las costas de Brasil llevándose al fondo a 452 personas.

La etapa que nace con su enlace matrimonial es considerada la más fructífera del poeta, entre 1916 y 1936. Es el periodo conocido como el de ‘la poesía desnuda’. Se trunca con la guerra civil, que obliga al Juan Ramón y a su mujer a marchase al continente americano.

El trasatlántico Aquitania.

En agosto de 1936 cruzan la frontera francesa para embarcar destino a Nueva York en Cherburgo. Allí les esperaba el S.S. ‘Aquitania‘, de la Cunard White Star. El soberbio buque iniciaba su tradicional ruta en Southampton, escalando en Cherburgo para recoger pasaje del resto de países europeos.

El ‘Aquitania‘ era un suntuoso trasatlántico de la naviera británica que ya llevaba más de veinte años de servicio. La Cunard White Star resultó de la fusión de las dos competidoras Cunard Line y White Star. El Aquitania era la respuesta al ‘Titanic’ y ‘Olympic’ que la Cunard puso en el agua en 1914. Alcanzaba una velocidad de 24 nudos, con lo que en cinco días desde su salida de Cherburgo la pareja española pudo llegar a Nueva York.

El S.S. ‘Munargo’, de bandera estadounidense.

Permanecen unos meses en EE.UU. y, tras pasar por Puerto Rico se asientan en la Habana en noviembre de 1936. Transcurridos dos años vuelven a embarcar para trasladarse a Miami, a donde llegan para quedarse un tiempo el 29 de enero de 1939. Dos meses después finalizaría la terrible contienda española. La vida de Juan Ramón Jiménez siguió teniendo que ver con barcos. Navegaron entonces en steamershipMunargo‘, un vapor norteamericano construido en 1920 y que también sería utilizado por la Navy en la Segunda Guerra Mundial, como buque hospital.

La Universidad de Maryland contrata a Juan Ramón y Zenobia, cerca de Washington, a donde se habían trasladado en 1942. Seis años más tarde la pareja viaja en barco a Argentina y Uruguay, donde son recibidos apoteósicamente por una multitud que lo espera en el muelle. Dicta conferencias y en esa época ya se solicita para él el premio nobel.

El S.S. ‘Uruguay’.

El viaje de vuelta lo realiza en un buque de la compañía americana Moore-McCormack, por lo que suponemos que la ida también. Esta armadora cubría la línea ‘South América’ con tres buques, así mismo gemelos, de 33.000 toneladas, los ‘Brazil’, ‘Uruguay’ y ‘Argentina’. Ese periplo sudamericano lo iniciaron en agosto de 1948, y finaliza con el embarque en Buenos Aires, el 12 de noviembre de ese año, con destino a Nueva York. Allí debían arribar el 29 de ese mismo mes, y luego por tierra se dirigirían a Washington. El buque era el S.S. ‘Uruguay‘.

En el conocimiento de embarque donde figura el matrimonio el resto de pasajeros que ocupan las cabinas forman parte de una muy variada gama de nacionalidades. Argentinos, italianos, canadienses, estadounidenses, brasileños, argelinos, franceses, Holandeses, Alemanes y Belgas.

Salón principal del S.S. ‘Uruguay’.

Además de la pareja hay un solo un español, Peciller Serrat, empleado del consulado español en Nueva York. Llama la atención que Juan Ramón tiene consignadas 27 unidades de equipaje, muy lejos de la media de algo más de 5 que tenía el resto de pasajeros de esa lista.

En noviembre de 1950 Juan Ramón y Zenobia harían su último viaje por mar, a Puerto Rico, buscando mejorar la salud mental del escritor. Allí deciden afincarse definitivamente. La línea Nueva York – Puerto Rico la gestionaba entonces la Bull Line, que tenía como buque para el transporte de pasajeros al S.S. ‘Puerto Rico‘, ex-Borinquen.

El S.S. ‘Puerto Rico’, último barco en el que navegó Juan Ramón Jiménez.

Dado que hasta el año 1955 no se inauguró el aeropuerto internacional de Puerto Rico, es prácticamente seguro que este buque fue el último en el que navegó el universal moguereño.

El autor en Puerto Rico se recupera e inicia una rica etapa de producción poética, que decae cuando la salud de ambos empieza a debilitarse. Se le otorga el premio Nobel pero Zenobia fallece tres días después. El poeta sobrevive un año y medio más. El sobrino de Juan Ramón, Francisco Hernández-Pinzón se ocupa de trasladar los cuerpos a España y que descansen definitivamente en el cementerio moguereño.

 

Los barcos de Juan Ramón Jiménez.

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