J.A.M. Tercer domingo de Agosto y la grande Chiquita Virgen de la Cinta se acerca un poco más a sus devotos bajando del Conquero y presidiendo el Altar Mayor la Catedral de la Merced durante casi veinte días.
Allí se encuentra tras un emotivo recorrido desde el Santuario que la alberga el resto del año. Tras la misa de las 6 de la mañana la Patrona de Huelva ha vuelto a las calles después del paréntesis provocado por la pandemia. Una cita muy esperada por miles de onubenses que nunca faltan a la cita agosteña.
Porque la Virgen de la Cinta comporta devoción mariana y autenticidad onubense. La humildad de su emplazamiento, en otrora a las afueras de la ciudad, y el magnetismo de aquel entorno se suman al albor de la mañana para crear momentos muy especiales. Es la tradición de un pueblo transmitida de padres a hijos y de abuelos a nietos.
Esta mañana todo ha discurrido con normalidad. Mucha gente, como era de esperar, y mucha gente joven. La imagen de este encuentro a veces se identifica mucho con señoras mayores, garantes de alguna forma de la tradición.
Sin embargo, este estereotipo está cambiando, porque se ve, y se puede comprobar en las fotografías, una mayoría de jóvenes esperando y siguiendo a la Patrona onubense.
Además de la singularidad de ser la primera bajada tras dos años de ausencia, este año también es especial por ser la primera vez que la Virgen sale del Santuario con un entorno remodelado. De hecho la salida se ha producido por la fachada principal que da a la ría.
El alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, ha formado parte de la popular comitiva, mezclado entre los muchos onubenses que no han querido perderse estos momentos tan emotivos que se producen solo una vez al año, y en este caso, como señalamos, tras dos años sin poder vivirse.
Una devoción que se expande. Las hermandades filiales de Madrid, La Laguna y Sevilla, han estado presentes, realizando cada una de ellas una levantá del paso. Respecto a hermandades penitenciales, cuatro corporaciones onubenses han presentado sus respetos a la Patrona a lo largo del recorrido.
En la Orden la Hermandad de El Perdón; a la altura de la estatua de Pedro Gómez, la Hermandad de la Redención; en la cuesta del Carnicero, a la altura de la estatua de Manuel Siurot, la Hermandad de la Pasión; y ya en la Catedral, la Hermandad de los Judíos.
Al encontrarse con las representaciones de estas hermandades el paso ha detenido su recorrido y la Virgen se ha vuelto hacia ellas, rezándose una salve. Así mismo, en diversos momentos del recorrido el Coro de Campanilleros ‘Virgen de la Cinta’ ha cantado a su Titular.
La Talla de la Virgen en esta ocasión ha vestido como preseas el corazón donado por el pueblo de Huelva en 1954, el escudo del Poder Judicial, donado por su hermano mayor, Esteban Brito, en alusión a su letanía ‘Espejo de la Justicia’; la cruz de la Armada, su bastón de Alcaldesa Perpetua y el rosario de corales.
El exorno floral tienen por autoría al artista Antonio Rivero. La procesión ha discurrido, saliendo del Santuario, por la Avenida Manuel Siurot, Plaza Ivonne Cazennave, Ramón Menéndez Pidal y Plaza de La Merced.
El ayuntamiento había preparado un dispositivo especial, dada la afluencia prevista, que ha supuesto la limpieza exhaustiva de todo el recorrido, un servicio especial de transporte público de Emtusa, así como medidas de seguridad y tráfico.
Con anterioridad a la Bajada, en el Santuario se han llevado a cabo los cultos en honor de la Virgen Chiquita, que comenzaron con la novena y finalizarán el día 8 de septiembre con la Solemne Función Religiosa, procesión de la imagen por las calles de la ciudad y posterior traslado al santuario.
La Bajada de la Cinta como evento ha tenido su inicio ayer sábado 20 de agosto, víspera de la Bajada, cuando el Santuario acogió a las 20.00 horas la celebración de la Santa misa de imposición de medallas a los nuevos hermanos.