HBN. Que Huelva es solidaria es un hecho más que constatado. Esa solidaridad se concreta de mil maneras y la gente sencilla tira de imaginación para colaborar con pequeños gestos en hacer un mundo más justo para todos. Es lo que hace todos los años los vecinos de Zalamea por San Blás.
Aprovechando la tradición del pueblo de subir a la ermita de San Blás para celebrar su día (3 de febrero) las voluntarias de Manos Unidas organizan una merienda solidaria en la que participa todo el pueblo.

En efecto, los vecinos de Zalamea elaboran todo tipo de dulces que regalan a Manos Unidas. Entre ellos están los “engañamaridos”, tan ricos y peculiares, las tortas, los pestiños o piñonates. En la explanada de la ermita, en un paisaje maravilloso repleto de encinas, se toma el cafelito y el chocolate, también regalado, con los dulces típicos, y recrean esas tardes de San Blás en las que todo el pueblo disfrutaba, delante de la ermita del siglo XV.
En solo tres horas, se vendieron todos los exquisitos dulces que los mismos vecinos de Zalamea habían preparado. Disfrutando y compartiendo, Manos Unidas pudo recaudar casi 1.500?€ para invertirlos en los proyectos de la entidad.

En estos días se multiplican las actividades en todos los pueblos de la provincia. Por ejemplo, en el colegio de Encinasola se realizó una carrera solidaria a favor de esta ONG. En Beas venden lotes de San Valentín y en Trigueros realizan el bocadillo solidario. Trabajo humilde y sencillo que euro a euro, con el trabajo de todos, los pueblos de Huelva llevan la solidaridad a otros países tan lejanos como Egipto, Honduras, República democrática del Congo o Marruecos, enlazando a las personas y dando visibilidad a los que no la tienen.