J. A. de Mora. Tarde noche esperada para los componentes de la generosa familia del Teléfono de la Esperanza en Huelva. Un hito, cincuenta años desde la fundación del Teléfono a nivel nacional -casi treinta en Huelva-, y una oportunidad para agradecer, verbo que resonó en múltiples ocasiones en el Gran Teatro anoche.
Ese era el propósito, como apuntó en su introducción la conductora del acto, Marí Paz Díaz, y ese era el objetivo, como reiteró el presidente de la Asociación en Huelva, Luís Benítez. Agradecimientos en forma de reconocimientos. El tangible de una cerámica especial con forma de corazón. Y el intangible con el propio corazón, abierto a los demás, como es la seña de la casa en el Teléfono de la Esperanza.
Miguel Ángel Terrero Prada, presidente en el conjunto español del Teléfono de la Esperanza explicó el sentido de su asociación y expresó la admiración y cariño sentido por el grupo de Huelva. Así lo manifestó cuando abrazaba efusivamente a cada uno de los presidentes que ha tenido la entidad desde sus inicios en Huelva. Este grupo de responsables –Antonio Rodríguez, el primero, representado por su hija Lucía-, Carmen Vaz, María López, Purificación Abad y el actual, Luis Benítez, recibieron la estatuilla en el tercer apartado de la gala. El galardón, como indicamos, era un corazón de cerámica con distintas tonalidades de verde y una ‘e’ impresionada.
Antes fueron reconocidas las instituciones, personificadas en sus representantes. A estos Luís Benítez quitó en sus palabras el perfil político dirigiéndose a ellos más desde la perspectiva personal. Tras el visionado de un breve audiovisual, la Autoridad Portuaria, representada por su presidenta, Pilar Miranda; la Delegación del Gobierno Andaluz, por medio de su titular, Bella Verano; el ayuntamiento de Palos, a través de su alcalde, Carmelo Romero; la Diputación Provincial, en cuyo nombre su presidenta , Mª Eugenia Limón; y el ayuntamiento de Huelva, personificado en el alcalde, Gabriel Cruz, fueron homenajeados por el Teléfono de la Esperanza.
Tuvieron los seis la oportunidad de unas breves palabras en las que resaltaron que sus respectivas aportaciones no eran comparables con el esfuerzo y dedicación de los voluntarios del Teléfono.
Tras las instituciones, y con también un vídeo previo, recibieron sus galardones cuatro entidades privadas colaboradoras: Smurfit Kappa Huelva, Club de Golf La Monacilla, Fundación Caja Rural del Sur y Fundación La Caixa. La entrega se hizo a representantes de las entidades, entre los que destacó la presencia de María Jesús Catalá, directora territorial de Caixabak en Andalucía Occidental y Extremadura, y Emilio Ponce, director de la Fundación Caja Rural del Sur. El corazón les llegó de las manos de miembros del Consejo de Centro del Teléfono de la Esperanza, Pepe Abad, Rocío Plaza, Antonio García, Antonio Ignacio y Mari Carmen Vaz.
La gala se había iniciado con la actuación inicial del grupo folk SouthWest. La conductora del acto hizo una introducción en la que detalló las razones y la esencia del evento.
Una vez entregados los reconocimientos a los distintos presidentes el actual, Luís Benítez se dirigió al público. Cogió aire antes de empezar porque la gala, su significado y el desarrollo que estaba teniendo les estaba produciendo una intensa emoción. Emoción que a través de sus palabras Benítez transmitió a los presentes. El agradecimiento que mostró lo expresó con el corazón, conmoviendo a los que le escuchaban.
En todas las breves intervenciones que tuvieron lugar a lo largo de la gala se destacó lo esencial del papel jugado por los voluntarios. Por esta razón también para ellos hubo un especial reconocimiento. En representación de estos, cinco voluntarios que llevaban más de diez años contribuyendo personalmente a los logros del Teléfono recibieron una distinción.
Como colofón al acto actuaron Pepe Roca y Toñi García. Interpretaron tres temas entre los que destacó al final ‘mi identidad’. Esta canción terminó con el público del Gran Teatro en pie, cerrando una noche muy especial.