José Manuel Pérez y Cantares envuelven en un sueño a los hermanos y devotos de Emigrantes

Redacción. La catedral de Huelva acogía anoche el pregón de la romería 2021 de la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío de Huelva, a cargo del almonteño José Manuel Pérez Martínez, que fue presentado por su hijo José Manuel Pérez Villa y que contó con la asistencia del alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, la concejala de Hábitat Urbano e Infraestructura, Esther Cumbreras, una amplia representación de la Hermandad de Huelva y de la Sagrada Lanzada.

El director espiritual de la filial rociera José Manuel Barral, junto a los hermanos y devotos de la hermandad, alzaban su plegaría para que Nuestra Señora, la Virgen del Rocío, iluminara las hermosas palabras que José Manuel iba a dirigir a su gran familia de Emigrantes.


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Su hijo y presentador, José Manuel Pérez, echó manos de unos versos de una persona muy especial para el pregonero, Antonio Báñez ‘El Mancojito’, su maestro. Finalizando estos con el siguiente párrafo: “Nunca podrán los tiempos ni el progreso/ cambiar los rasgos de su vida,/ sus tradiciones, ese lunes, ni sendero,/ porque es almonteño/ raza viva”.

De su padre dijo que es “un policía jubilado, que hoy en día pasa la mayor parte de su tiempo inmerso en un mundo que tiene creado en una casa pequeñita en un paraje de Almonte, a la que le gusta llamar ‘La gloria’. Debemos suponer que para él tiene que ser lo más parecido a estarlo”.


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“Dibuja versos de fantasía, dando juego a los sentimientos que se le han creado con la llegada de sus nietos, Carmen y Manuel, de su hija la menor; Ana, la primera de la familia en casarse con Oscar. Fruto de su matrimonio, hace ya más de 38 años, con su fiel compañera, Ana Rocío, la que lleva las riendas de su hogar y su familia. Nace también su hijo, el mayor, este mismo que está teniendo hoy el honor de presentarlo; yo, que tengo la suerte de haber completado nuestra familia al casarme con Alicia”.

No olvidó José Manuel la etapa “que pudimos compartir juntos, esta vez de mi mano, más que yo de la suya. Siendo hombre de la Virgen, costalero de su peana de plata, podríamos decir que fui yo solo el que descubrí el mundo del costal y la faja, y después de llevar varios años de costalero en diferentes hermandades de penitencia de Almonte, recuerdo aquel año que decidió probar ese mundo. Y no lo hizo en cualquier paso, en cualquier hermandad. Decidió descubrir es mundo en la cuadrilla menos de moda, en la más sufrida, por falta de gente, por ser más seria y menos atractiva, quizás porque marchaba en silencio y, por supuesto, bajo una Virgen, María Santísima en su V Angustia”.

Finalizó su presentación diciendo: “Aquí tienes a tu gente, papá,/ esperando que tus versos/ les conmueva su corazón impaciente,/ inundes sus hogares/ en un distinto caminar/ y que rebosen de Rocío/ esta bendita hermandad. Tuya es la palabra”.

Anuncio del inicio del Rocío de la esperanza

Este sueño al que nos llevaría el pregonero, José Manuel Pérez Martínez, se iniciaba con las plegarias hechas canciones del grupo onubense Cantares, formado por Alejandro, Manolo, Carlos y Raúl, que nos harían vivir momentos inolvidables con sus voces, su arte, su saber cantar y orar durante un hermoso pregón excelentemente creado por un almonteño que lleva por bandera su amor a la Concha Peregrina.

Cantares quiso contribuir a este hermoso sueño con un nuevo tema dedicado al cincuentenario de la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío de Huelva. Pero mucho antes, el pregonero inició su disertación señalando: “Todo dio comienzo hace dos años, cuando esta hermandad con su carroza del Simpecado y sus hermanos rezaban aquella Salve al llegar de regreso del Rocío. Y días después se guardaron los enseres en el viejo arca para dormir un dulce sueño de amor y paz, sin pensar nunca lo que se sufriría por causa de un virus que se metió en un terreno ‘vedao’, quedando detrás en el camino un buen número de hermanos y hermanas en el amor de Nuestra Madre del Rocío”.

Anunciaba que “el mayo peregrino llega de nuevo a los rocieros de Emigrantes, lo hace de una forma muy diferente, siendo un Rocío de luz, quedando todo parado como el viejo reloj que para sus agujas y todo quedaba con una quietud y la tristeza en la cara de todos los rocieros de todas las hermandades del Rocío.

Pasó ese mal año y todo siguió igual y la luz de aquella romería se ha convertido en una primavera de esperanza, pidiéndole cada día a la Madre Marismeña que nos saque de ese banco de arena donde permanecemos atascados y que vuelva a abrir la Rocina para derramar en sus arenas la fe que esta hermandad lleva dentro y que de nuevo la llamada de la flauta y el tamboril nos avisen para una nuevas oraciones y plegarias a la Virgen”. En esta ocasión sería el maestro de la Escuela de Tamborileros de Emigrantes, Abel Freitas, el encargado de realizar esta hermosa llamada.

El sueño profundo en que envolvió a todos los hermanos y devotos de Emigrantes comenzaba con “en el aire de Huelva/mayo de espiga y flores nuevas/ escandila el sentimiento/ de la devoción rociera./ Cincuenta años agavillan/ las páginas rocieras/ entre marismas y pinos/ sentimientos emigrantes./ Allí en tierras alemanas/ se posó una Blanca Paloma/ para construir su ‘nio’/ en aquella casa de España. / Y un grupo de rocieros/ fueron siguiendo su vuelo/ con una Salve en los labios/ sin dejar su humilde mirada/ de aquellas nobles familias/ como si en el Rocío estuvieran/”.

Seguiría más tarde manifestando: “Eres en Almonte el Rocío mañanero./ En Emigrantes eres una Cinta/ que se enlaza en la Concha Peregrina/ eres lirio marismeño/ eres pura azucena/ eres la rosa de un parque/ y en Pentecostés la Reina./ Eres la Madre del Pastor/ que siempre en tus brazos llevas./ Eres Rocío de gracia llena./ Eres mujer vestida de blanco/ y coronada de estrellas./ Eres Reina de los cielos/ y soberana en la tierra/ manantial de agua clara y Madre Paloma Rociera./ El faro que guía a Emigrantes./ La estrella más choquera./ Eres Patrona de Almonte./ Eres la Madre de Dios/ y esta primavera eres un Pentecostés de espera”.

Finalizaba este sueño profundo, del que a esta hora aún no nos hemos despertado, con “Viva la fe de esta tierra/, manantial de sus mayores./ Viva Emigrantes y sus gentes,/ que te entregan sus pasiones, y si alguna vez te olvidan/ o se alejan o te fallan/ no se lo tomes en cuenta/ como Emigrantes te quiere/ no te quiere cualquiera./ Darle siempre tu perdón/ Reina y Pastora mía/ que si algo ha ‘sobrao’ en Emigrantes/ en estos cincuenta años/ es devoción y fe rociera”.

La noche terminaría con el canto de la Salve de Emigrantes y los vivas del hermano mayor y el presidente de la Hermandad de Emigrantes, José Antonio Ortiz Morano y José Francisco Garrido Cruzado, respectivamente, a la Virgen del Rocío, la Blanca Paloma, el Pastorcillo Divino, la Virgen de la Cinta, la Hermandad de Huelva, la Hermandad de Emigrantes, la Madre de Dios y su hermano mayor.

Antes, todos los que hicieron posible este gran sueño recibieron un hermoso presente de la Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío de Huelva.

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