Cristina Morales. Sabemos de sobra las consecuencias que la Covid-19 trae a nuestra salud física, pero ¿conocemos los problemas que puede acarrear en la salud mental? Se ha debatido mucho sobre la importancia de tener más en cuenta esta realidad, que incluso se ha colado en el Congreso de los Diputados. Una situación incontrolable y prolongada en el tiempo, como la que estamos viviendo, puede provocar problemas de ansiedad y depresivos, entre otros. Y ese tipo de síntomas son los que más se están encontrando los psicólogos en sus consultas y lo que reflejan los estudios llevados a cabo.
Han aumentado los casos de ataques de pánico y el miedo a un posible contagio. La falta de contactos sociales ha hecho que hayan aflorado sentimientos como la soledad y la tristeza. Los onubenses han acudido más a especialistas, han confiado en psicólogos y han sido conscientes de que estos profesionales pueden ayudarles. Huelva se mantiene en la media del resto de España en lo que se refiere a acudir al psicólogo y, debido a la pandemia, la asistencia a estos especialistas ha aumentado.
A los problemas derivados de la pandemia se suman las patologías previas que cada persona pudiera ya padecer, por lo que es esencial tomar conciencia de la importancia de cuidar la salud mental de la población. Para conocer mejor la situación, HBN ha entrevistado a Juan Orta Gómez, Vicepresidente de la Delegación de Huelva del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
– ¿Cómo cree que ha afectado la Covid a la salud mental de los onubenses?
– En términos generales, igual que al resto de la población. No tenemos datos específicos referidos a nuestra provincia, pero sí sabemos que las situaciones incontrolables prolongadas en el tiempo pueden provocar problemas de ansiedad y depresivos, entre otros. Y ese tipo de síntomas son los que más nos estamos encontrando en las consultas privadas y son los que se reflejan en los estudios llevados a cabo.
– ¿Se ha aumentado el número de pacientes con la pandemia?
– Ha habido distintas etapas. En un momento inicial, la demanda de asistencia se redujo, pero posteriormente sí ha aumentado.
– ¿Qué estado suelen presentar
– Depende mucho de unos pacientes a otros, especialmente si había una patología previa.
– ¿Cuáles son los problemas que suelen exponer?
– Observamos mucho cansancio y preocupación, que se manifiestan en problemas de sueño y otros de tipo somático, como dolores de espalda, entre otros. Pero a nivel psicológico, tal y como decía antes, lo que encontramos son especialmente ansioso-depresivos. Por ejemplo, han aumentado los casos de ataques de pánico y el miedo a un posible contagio. La falta de contactos sociales habituales ha incrementado, también, los sentimientos de soledad y la tristeza.
– ¿Qué problemas psicológicos a largo plazo puede acarrear esta situación?
– Los problemas a largo plazo van a ir, previsiblemente, en la línea de lo que ya estamos viendo: un aumento del consumo de psicofármacos, que tenía en España ya un lugar destacado a nivel europeo, puesto que éramos el segundo país con mayor consumo ansiolíticos y el cuarto de antidepresivos.
La escasez de psicólogas y psicólogos en el Sistema Nacional de Salud (en Europa hay una media de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes, que se reduce a 6 en España, y aún menos en Andalucía, 3).
Llevamos mucho tiempo reivindicando la inclusión de la Psicología en los servicios de Atención Primaria (centros de salud), lo que ayudaría a paliar esta situación y que se está haciendo mucho más evidente en el contexto de pandemia actual.
– ¿Qué pensáis de la fatiga pandémica? ¿Creéis que puede afectarnos en un futuro?
– Hay un cansancio notable en la población, que roza el agotamiento. Ese cansancio provoca una serie de emociones, pensamientos y comportamientos que repercuten en nuestra vida cotidiana. En la línea de lo anterior, hace falta diseñar un plan de Atención Primaria para atender a los problemas descritos. Estamos muy preocupados por las repercusiones que va a tener en la población a largo plazo, especialmente, como he indicado, en las personas con patologías previas.
Estamos hablando, ya con conocimiento de causa por la crisis anterior, que después de las mismas se produce otra epidemia de tipo económico y social, que se traduce en un incremento de la morbimortalidad tanto referidas a enfermedades comunes, como a las que afectan a la salud mental. Pero no todo va a ser negativo. Es posible que una parte mayor de la población se haga más consciente de la importancia de cuidar nuestro sistema público de salud y la investigación básica, y que demande que se apueste por crear estructuras y planes como los descritos, pare mejorar el tratamiento y la prevención.
Sería muy frustrante, para todo el personal de las distintas administraciones públicas, desde el ámbito socio-sanitario, hasta las que se han encargado con plantillas diezmadas de que se cobre cada mes las prestaciones y subsidios, entre otros muchos, sería, digo, desesperanzador, no constatar que al menos habría servido para recibir el apoyo de sus conciudadanos y políticos.
– ¿Qué secuelas creéis que acarreó el confinamiento? ¿Y el hecho de que ya llevemos un año en pandemia?
– Se han llevado a cabo diversos estudios al respecto y hay una coincidencia generalizada en la línea de lo apuntado, tal y como observamos también en epidemias y crisis de índole económica anteriores. Hay un aumento de los problemas de salud mental.
Cualquier situación de estrés o incertidumbre que se prolonga en el tiempo, máxime cuando va acompañada de determinados factores moduladores, como las redes de apoyo social o la estabilidad laboral, deviene en un incremento del riesgo de presentar trastornos y enfermedades de diversa índole, como los descritos.
El trabajo de nuestros gobernantes, en todos los ámbitos, debería ser facilitar la información fidedigna, promover medidas de prevención adecuadas, cubrir las necesidades económicas para evitar que la crisis social tenga un mayor impacto aún sobre la salud. Deberían ser capaces de entender que no consensuar y respetar los consensos sobre las medidas se traducen en muertes, más incertidumbre y confusión.
– ¿Qué consejos nos daríais para sobrellevar esta situación?
– Unas recomendaciones básicas son intentar sustituir las preocupaciones por las ocupaciones, pasear cuidando las medidas, hacer ejercicio físico y mantener los contactos sociales a través de los medios que disponemos. Otra muy importante es aprender a aceptar las emociones que experimentamos por la situación que vivimos, los miedos, la irritabilidad, el cansancio… A veces, el creer que no deberíamos sentirnos como nos sentimos, o exigir a los demás que no se sientan así, lo convierte en un problema mayor.
– Envía un mensaje a los onubenses.
La vacuna ha abierto una ventana de esperanza. Huelva se ha caracterizado por un alto cumplimiento de las prescripciones que se han establecido para evitar los contagios, lo que, junto a otros factores, nos ha ayudado a estar casi siempre entre las provincias con menos incidencia en Andalucía.
