José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘El Cuaderno de Muleman’. El Almendro 9:00 h. Esta mañana ha sido denunciado un vecino de El Almendro por trasladar ilegalmente a sus hijos en la parte de atrás de su coche. Los hechos ocurrieron cuando a primera hora de la mañana un agente de seguridad de la zona dio el alto a un vehículo que sospechosamente iba a una velocidad moderada por una de las calles de El Almendro y se encontraba a punto de cambiar de termino municipal, momento en el que procedió a dar el alto a un Toyota Corola de color gris de años 2010.
Una vez el vehículo detenido en un lateral de la calzada, el agente procedió a solicitar la documentación de este individuo que se encontraba empadronado en El Almendro y el coche matriculado en Villanueva de los Castillejos. Unos hechos que llamarón la atención del agente, que hizo bajar al ocupante del vehículo para proceder a su registro. Fue en ese momento cuando, tras un primer registro en el maletero, en el que no pudieron encontrar nada, miraron en los asientos de atrás y pudo observar que algo se movía debajo de unas sábanas blancas, tras las que pudo encontrar dos niños de 9 y 10 años y una niña de 12 años con gafas y pelirroja, eso sí con los cinturones puestos y en sus sillas de coche reglamentarias.
Dado el impacto que causaron las imágenes de aquellos niños riendo, el agente no pudo contener las náuseas y vomitó en la calzada, lo que le provocó una bajada de tensión que lo hizo caer de manera fulminante al suelo. Gracias a la rápida intervención de los niños que le suministraron los zumos que llevaban para el desayuno, el agente recuperó la consciencia y pudo seguir redactando el atestado.
En la sanción el agente hizo constar, eso sí, que a pesar de las circunstancias y de estar a punto de incumplir las restricciones de salir del municipio, la rápida y certera intervención de los niños le salvó la vida, ya que podía haber sido el típico desenlace fatal de un domingo más del calendario del estado de alarma en el que nos encontramos y que no llegó a más, gracias a la intrépida intervención de un agente que se podría decir que estaba en el lugar y en el momento de su vida.
Este cuaderno ha podido entrevistar al agente que estuvo a punto de perder su vida, pero que fue capaz de sobreponerse victoriosamente de un hecho que casi acaba con su vida.
– ¿Cómo sucedió todo?
– Todo sucedió muy deprisa, se ve que este hombre se conocía la sistemática de cruzar de un pueblo a otro sin llamar la atención. Además, nada más darle el alto, él se mostró tranquilo en todo momento, incluso yo diría que demasiado tranquilo, como si no fuera la única vez. Nada más parar el coche le pregunté a dónde se dirigía tan temprano, a lo que contestó que iba a ver a su mujer. Nada más decirme eso, empecé a sospechar porque yo sabía perfectamente que ese hombre se encontraba divorciado, de hecho, yo soy la pareja actual de ella. Así que nadie que no oculte nada va un domingo por la mañana a ver a su exmujer, sabiendo que está cometiendo una infracción y que su pareja está de guardia. Pero lo que nos llamó la atención fue que viajara solo, así que le hice bajar del coche para registrarlo y fue en ese momento cuando comenzó a ponerse algo inquieto y vino lo peor.
– ¿Cuál fue el momento en el que pasó más miedo?
– Pues empecé inspeccionando el maletero, abrí el capó, inspeccioné el hueco de la rueda de repuesto, si hubiera llevado droga la habría encontrado seguro. Así que estaba a punto de darle los papeles del vehículo y abrirle un expediente por intentar pasar al pueblo de al lado cuando vi moverse algo en la parte de atrás, donde había colocadas una sábanas y salían uno extraños ruidos, me temí lo peor, además este individuo había pintado en las sabanas unos ojos como los de un fantasma. En ese momento, con el miedo que me entró me llevé una mano al corazón que no dejaba de palpitar y entre la poca luz que había, la niebla y la música de reguetón que llevaba, yo tengo que reconocerlo que para alguien que no está acostumbrado a la acción, estaba empezando a tener miedo, creo que en ese momento antes de levantar la sábana me acordé de todos mis seres queridos
– ¿Qué hubiera pasado si se hubiera complicado más la operación?
– La operación se complicó y mucho cuando levante las sábanas y los niños me pegaron un grito y se echaron a reír. Mira, no sé lo que se me pasó por el cuerpo, pero del susto que me metieron los niños y el olor a manteca que exhalaba de debajo de sábanas con esos niños con tres panes gigantes embadurnados de Tulipán, me provocaron unas arcadas que terminé vomitando súbitamente en la carretera, para después caer víctima de una bajada de tensión y de azúcar. Menos mal la habilidad de los niños, que salieron rápidamente del coche y me empezaron a dar zumo, hasta recobrar la conciencia, porque si no hubiera sido por ellos no lo cuento.
– ¿Ha podido hablar con los niños después de esto?
– Sí, he hablado con ellos y les he dado las gracias por salvarme la vida. Incluso les he dicho que haré todo lo posible para que en el juicio el juez lo vea todo como algo intrascendente y fortuito que nunca debió ocurrir, con la sana intención de que un padre divorciado llevara a sus hijos a su madre, al pueblo de al lado. Pero bueno ya les he dicho que haré todo lo posible para que no le quiten la custodia compartida a su padre y todo quede en un incidente sin importancia.
– ¿Qué piensa que le pasará al padre y a los niños?
– De momento, encima de la mesa está la retirada de los niños, una sanción que le puede salir cara por cruzar del municipio de El Almendro a Villanueva de los Castillejos sin autorización y eso sin contar la que le puede caer por disfrazar a los niños de fantasmas y casi matar al novio de su madre, que no es poco.