HBN. Aún no hemos salido del todo del momento más duro de este siglo, algo que hacía más de 100 años que no se vivía, una pandemia mundial que asola cada país y nos roba parte de nuestra libertad. El Covid-19 ha irrumpido en nuestras vidas y ha parado el ritmo frenético de las ciudades, el afecto de las familias y la esperanza de avance. La salud se ha tornado lo más importante, a pesar de que siempre lo fue y no queríamos verlo.
En Huelva, la situación no ha sido tan alarmante como en otras provincias y, sobre todo, en otras comunidades como Madrid y Cataluña, siempre por debajo de los 1000 casos. Pero lo cierto es que los profesionales de los hospitales han vivido verdaderos momentos de angustia y ansiedad, siempre por querer atender a los enfermos y preservar la seguridad de todos. Pero, la salud de los profesionales sanitarios y no sanitarios también es fundamental para el funcionamiento de todo, algo de lo que se encargan desde el área de prevención del sindicato CSIF.
Eleuterio Velázquez, delegado de prevención y delegado sindical de CSIF en el Hospital Juan Ramón Jiménez, es el encargado de estar en contacto con los profesionales y derivar a instancias superiores sus demandas y necesidades. En esta pandemia, las principales peticiones han estado relacionadas con la falta de material de protección y el desconocimiento de qué medidas aplicar ante una enfermedad tan desconocida. La ausencia de Epis y la falta de un protocolo a seguir, ha hecho que muchos sanitarios se hayan contagiado del virus, por lo que hay que seguir trabajando en prevención para proteger a quienes están dispuestos de enfermar para salvar vidas.
A pesar de que la situación actual está muy controlada y es esperanzadora, lo cierto es que se espera un repunte para el mes de octubre, por lo que ya trabajan para dotar a los profesionales de herramientas y conocimientos para solventar la situación. Desde CSIF, Eleuterio Velázquez, quien además trabaja como administrativo en el JRJ, nos cuenta desde dentro cómo se ha vivido esta pandemia.
– ¿Cómo ha sido la labor de los sanitarios durante la crisis de la Covid-19?
– Lo primero es darle la enhorabuena a todo el personal sanitario y no sanitario del hospital, que han demostrado que se crecen ante la diversidad, hay que darles más de un 10. Han sacado el tiempo de su vida, no han puesto pegas, han vivido la ansiedad de no saber cómo enfrentarse al bicho y la angustia de la incertidumbre. Siguen además al pie del cañón, siempre en alerta.
– ¿Cómo se han ido solventando los problemas?
– En Huelva la situación ha sido mucho mejor. Se han ido solventando los problemas con mucho esfuerzo y reorganizando el trabajo, los profesionales han tenido que reeducar su forma de trabajar. Se han tenido que aplicar medidas de seguridad más fuertes, cambiar el circuito para los pacientes covid, acondicionar unidades de hospitalización para prevenir lo que venía; incluso se habilitó la parte de un quirófano que afortunadamente no se tuvo que usar. Hemos sufrido mucha incertidumbre por enfrentarnos a algo desconocido, y a veces hemos tenido que remar a contracorriente, ya que en ocasiones las directrices del ministerio eran contradictorias y se ha tenido que lidiar un poco con esto y con la incertidumbre. Pero los profesionales han salido adelante y han sabido solventar los problemas, además de tener que enfrentarse al miedo de poder contagiar a tu propia familia.
Ha sido una situación muy angustiosa, de ansiedad y bastante miedo. El día a día ha ido un poco a demanda, porque aunque había mucha información de cómo actuar, la gente con síntomas acudía al hospital, pero luego se ha ido solventado. La falta de Epis ha sido también uno de los principales temores de los sanitarios, de no saber cómo enfrentarse al paciente. Y es que los profesionales de la sanidad no necesitan ni un premio ni aplausos, sino unas buenas condiciones y protección a la hora de desarrollar su trabajo. A esto se suman todos los trabajadores de los hospitales, ya que un centro funciona gracias al trabajo de todos.
Desde CSIF no podíamos movernos por el hospital pero siempre hemos estado en contacto con los trabajadores y hemos recibido sus quejas y sus miedos, por ejemplo con respecto a la falta de material. También hay que reconocerles el esfuerzo de afrontar algo desde cero y no parar de formarse. En particular, quiero destacar el trabajo de las unidades de enfermería, UCI, urgencias y las cuatro unidades de hospitalización reservadas que han estado al pie del cañón. Mención especial merecen también el servicio de microbiología, que ha trabajado las 24 horas todos los días, para analizar las pruebas y tener una rápida respuesta; y el servicio de radiología, que también han desdoblado sus funciones, para los pacientes a los que había que hacerles placa, con un circuito exclusivo para los pacientes covid.
– ¿Cómo se ha vivido en los hospitales la gestión de la pandemia?
– Con incertidumbre y agobio debido al desconocimiento del virus, la preocupación de los sanitarios era velar por los pacientes y asegurar su bienestar ante algo de lo que poco saben. Muchas veces esta inquietud estaba generada por las medidas de prevención, que fueron confusas en algunos momentos. No se sabía muy bien qué precauciones tomar, como por ejemplo respecto al uso de guantes, que se cambió varias veces de opinión.
Pero lo cierto es que la prevención sí ha funcionado bien, una vez se asentaron las cosas y se explicó lo que había que aplicar y el material necesario. El servicio de medicina preventiva ha trabajado más de 12 horas al día, que son los que se encargan de hacer los tests a los trabajadores del hospital y a algunos pacientes, velando sobre todo por la salud de los profesionales. El servicio de prevención, también ha tenido una labor muy importante en la pandemia, revisando material e incidencias. Han sido los encargados de realizar escritos siempre constructivos para mejorar las condiciones, incidiendo mucho en los materiales adecuados, la limpieza y la higiene, siempre pretendiendo aportar y no solo denunciar.
En cuanto al equipo directivo del Hospital Juan Ramón Jiménez, casi recién llegado, ha tenido en su gestión luces y sombras, también por el desconocimiento pero siempre manteniendo contacto directo y con transparencia.
– ¿Cómo han funcionado el resto de los servicios del Hospital?
– La actividad se redujo bastante, por ejemplo en los quirófanos se redujeron al 50% las operaciones y se fomentó el teletrabajo siempre y cuando no fuera algo asistencial, ofreciendo las consultas telefónicas incluso de laboratorio. Aunque se han tomado medidas, lo cierto es que se solicitaron más, como una mayor promoción del teletrabajo, para reducir al mínimo el riesgo. El hospital ha funcionado un 60%, además se ha delimitado el espacio entre parte covid y no covid, para trabajar de mejor forma.
– ¿Cuál ha sido el peor y mejor momento de esta crisis?
– El peor momento fue en la época más crítica, la que coincide con semana santa, ahí estaba subiendo la curva y estábamos al borde del colapso, y urgencias bastante llenas. El mes de abril fue el repunte y cuando peor se pasó, sobre todo con la implicación de nuestros sanitarios, siempre al servicio del paciente e intentando que este entienda todo el proceso y el protocolo a seguir. Manejar el estrés y la ansiedad no es nada fácil, tanto del profesional como del enfermo. El mejor momento es ahora, que estamos intentando volver a la normalidad, desde el sindicato hemos aportado a gerencia una serie de medidas para volver a funcionar. Ya se está volviendo de forma escalonada a las citas y operaciones, aunque aún poco a poco y con prevención. Se intenta además reducir el tiempo de espera y el número de pacientes que pasan por el hospital. Seguimos a la espera de un repunte y hay que ser prudente, aunque la situación es muy esperanzadora. Hay que reconducir la situación y a los propios profesionales, con todas las medidas y protocolos que hay que aplicar y antes no se sabían.
La situación del Juan Ramón Jiménez se puede extrapolar a lo vivido en el Infanta Elena y en el Hospital de Riotinto, aunque este último que es más pequeño y con menos recursos, sufrió de mayor forma la etapa crítica de la pandemia, contabilizando además más casos. Los centros de atención primaria han tenido una situación más tranquila, aunque todos se han implicado al 100 por 100 sin tener que pedirlo, se han desdoblado y con la preocupación de tener que volver a casa y poder contagiar.
– ¿Qué mejoras creen necesarias?
– Desde el sindicato se han trasladado las medidas necesarias, como reforzar las plantillas, ya que hay que revisarlas y contar con una plantilla acorde con nuestra población. Es necesario invertir más en prevención y dotar al hospital de todo lo necesario, con respecto por ejemplo a los epis. Se está hablando de un repunte en octubre y hay que dotarse para que no ocurra lo mismo. Hay que agradecer las aportaciones de las empresas pero no se puede depender de eso, hay que prevenir y estar preparados para lo que pueda pasar.
– ¿Cómo afrontan el futuro?
– No hay que bajar la guardia y tenemos que mejorar las condiciones para que si en octubre vuelve a haber un repunte, que no pille de sorpresa y estemos más preparados que antes. Hay que organizar todo, analizar los errores y manejar el miedo y la ansiedad, prepararnos para lo que pueda venir. Es necesario también fomentar la preparación y ampliar la formación de los profesionales sobre las medidas y el protocolo a seguir con cursos de formación, también para saber transmitir a los pacientes esa tranquilidad.
– Envía un mensaje a los onubenses.
– Me gustaría decirles que los aplausos son fantásticos, pero yo a mi Huelva le pediría prudencia, esto no ha acabado. A veces veo cosas que no pueden permitirse, hay que llevar mascarilla y respetar las medidas, con tranquilidad y sin correr. Los bares siempre estarán ahí y las fiestas, pero hay que saber que todo lo que hagamos mal lo sufren estos profesionales, que siguen al pie del cañón. Hay que intentar hacerlo bien, reconducir nuestras vidas y atender a las instrucciones que se nos dan. Hay que mirar por todos y por los profesionales, que lo han pasado muy mal y siguen ahí. Por favor, seamos muy prudentes, porque además el hecho de que nuestra provincia tenga menos casos significa también poder atender otras enfermedades y dolencias y retomar la normalidad.
También me gustaría incidir en la necesidad de ser pacientes con estos profesionales y entender que los retrasos y las esperas tienen sus motivos, y que el tiempo es necesario para una buena atención. Hay que pensar que estos héroes son los mismos que trabajaban antes, el mismo cariño que se demuestra ahora hay que demostrarlo siempre y nunca están justificadas las agresiones. Ese esfuerzo sobrehumano que han hecho no se debe tirar por la borda, y eso que los onubenses se han portado muy bien, pero siempre hay el díscolo de turno. Hay que controlar esto entre todos.
Tenemos unos profesionales como la copa de un pino, sanitarios y no sanitarios, desde el primero hasta el último. CSIF siempre estará ahí intentando mejorar su situación y luchando por el colectivo.