HBN. Hay trabajos que se desempeñan por vocación y todo lo que tenga que ver con el ámbito social es prueba de ello. Luchar por eliminar desigualdades y conseguir que salga adelante alguien con circunstancias difíciles y una mala situación es una de las labores más arduas y a la vez gratificantes. Si no que se lo pregunten a Raquel Maestre Toscano, una onubense que lleva años trabajando en el ámbito social y tratando de ayudar a los más desfavorecidos, en diferentes puestos y cargos a lo largo de su extensa trayectoria.
Diplomada en Trabajo Social por la Universidad de Huelva, pasó a hacer prácticas en la Asociación de Larictomizados, ayudando a personas con traqueotomías con un proyecto que había elaborado durante la carrera y que le fue aprobado. Tras esto, cambió de rumbo y pasó a trabajar junto a los trabajadores del sector agrícola, sobre todo ayudando a los temporeros con contratos en origen. Una experiencia que le llenó y tras la que pasó a trabajar en la Delegación de Cádiz, en asuntos sociales.
Pero siempre quiso estar en su tierra y pudo volver al entrar en Diputación, en el área de servicios sociales hasta que, en el año 2006 entró en la Delegación de Igualdad de Huelva y ahí sigue, como coordinadora de Menores. A sus 40 años y tras esta extensa trayectoria, la onubense fue premiada en junio de 2019 con uno de los IV Premios al Empleado Público del año, otorgados por el sindicato CSIF y Huelva Buenas Noticias. Para conocerla mejor y saber cómo recuerda este momento, hablamos con Raquel Maestre.
– ¿Por qué decidiste dedicarte a tu profesión? ¿Cómo llegas a tu puesto actual?
– Siempre me ha gustado trabajar en el terreno de lo social y con los más desfavorecidos. Es una carrera poco popular pero está muy demandada y es de gran importancia.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
– Ver que podemos cambiar las cosas y mejorar la vida de las personas, ayudarles a darse cuenta de que pueden cambiar su situación si ellos también ponen de su parte. Sobre todo en el caso de los menores, que no han tenido una gran referencia.
– ¿Y lo que menos?
– La falta de apoyo que luego tenemos, a nivel legal y de recursos. El ámbito social es en el que menos se invierte, los colectivos desfavorecidos no dan votos y trabajamos con poquísimos recursos. A veces se da mucho bombo a una subvención pero lo más importante es la prevención, la educación en valores. En los colegios se detectan muchas cosas pero no se comunican, se mira para otro lado. A veces cuando ya intervenimos es muy difícil y casi irreversible. Hace falta más recursos, y no solo económicos.
– ¿Qué haces en tu tiempo libre?
– Disfrutar de la familia y los amigos, sobre todo pasar tiempo con mi marido y mis hijos.
– ¿Por qué crees que te votaron para estos premios?
– Realmente no lo sé, ni siquiera quien me propuso. Seguramente mis compañeros del trabajo o gente que me conoce.
– ¿Cómo recibiste el premio?
– Este premio es de todos los compañeros que forman parte del sistema de protección, aunque esté yo a la cabeza es un trabajo de equipo, se nos reconoce el trabajo diario. La verdad es que no conocía estos premios hasta el año 2018, cuando también fui nominada en la misma categoría.
– ¿Qué te pareció la gala?
– Me pareció muy bien, pude conocer el trabajo de otros compañeros y sus historias, que a veces somos poco visibles.
– ¿Ha cambiado tu trabajo en algo?
– No, sigo haciendo el mismo trabajo de siempre, aunque es cierto que recibí muchas felicitaciones y sobre todo mis compañeros se alegraron mucho.
– ¿Le mandarías un mensaje a los onubenses?
– La infancia es importante cuidarla y hay que hacer visible la protección y prevención de los menores. Tenemos que invertir en ellos porque son el futuro, no podemos mirar para otro lado cuando el niño está desprotegido o desatendido por los padres, luego se cronifica. Tenemos que ser más conscientes de cómo poder ayudar.