Vicisitudes históricas de ‘La Cascajera’

La Flecha de Punta Umbría en 1973.
Intrincados laberintos de vegetación y humedales.

Antonio José Martínez Navarro. En 1821, en “La Cascajera” y “El Manto” (ambos puntos cerca de la barra de Huelva) se cogían almejas y otros moluscos, tal como observamos en el Legajo, número 204 (Oficios y Minutas):

<<Confeccionándose en este Ayuntamiento con asistencia de los celadores de matrícula sobre los límites que deben señalarse a los terrestres para la pesca y navegación en este río, se ha creído útil para el fomento de la Marina, la prohibición de que ningún terrestre pueda disfrutar de los beneficios del agua salada desde el Arco de la Calzada para Levante, tirando la línea del estero camino de Aljaraque; pero como en el terreno prohibido al común uso de los no matriculados se comprende el Manto y playa de la Cascajera en que de continuo de cogen almejas y otros mariscos tanto por vecinos de esta villa como por los de esa ciudad y otros pueblos inmediatos y se ha acordado por el Ayuntamiento el oficio de V. S. a fin de que debiendo ser uniforme la restricción del aprovechamiento del Manto sólo a los matriculados se sirvan exponerme su conformidad para no proceder la procedencia que se tome a alguna contrariedad que sea motivo de competencia entre los vecinos de San Juan y otros pueblos, en cuya virtud espero se sirva Vd. contestarme para poder representar a la Excma. Diputación Provincial. Dios… Huelva, 14 de enero de 1821…>>.


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La segunda referencia que tenemos en nuestro archivo sobre “La Cascajera”, es alusiva a un pleito derivado de una sanción que recibió el Ayuntamiento de Huelva de la Comandancia de Marina por no haber obedecido lo que establece la Real Orden del 13 de junio de 1876. A través de la descripción de la isla de Saltés, vamos a conocer que esta zona fue utilizada como Coto y otras circunstancias de aquellos contornos:

<<… La margen izquierda de la desembocadura de la ría y el Cerro del Puntal, abriga el fondeadero denominado de “La Cascajera” de los vientos S. E. El banco de “El Manto” y el extremo Sur de la isla, sirven también de resguardo a los vientos del Sur que son los que con más frecuencia castigan al puerto de Huelva. Su fondo en las bajas mareas es la punta de “La Cascajera” en la actualidad y en una extensión de 200 metros varía entre 37 y 50 pies, y en la de un kilómetro puede calcularse por término medio en 45 pies, variando notable y ventajosamente con retirarse de 50 a 100 metros de la costa. La posibilidad de ingreso puede apreciarse en los planos de los ríos Odiel y Tinto levantados por la Comisión Hidrográfica de Marina y publicada en 1865 por la Dirección de la Marina y se reconoce por el número de buques de importancia que acuden al puerto, entre los cuales debe anotarse algunos de cerca de 2.000 toneladas de carga. La única dificultad es la de la Barra, que no permite la entrada de buques de mayor porte…


Puerto de Huelva

Su población es sumamente escasa pues sólo existe un edificio de construcción  que es donde se alberga el guarda de la isla con algunos pocos trabajadores, reservándose un pequeño pabelloncito con destino a su colono o arrendatario. Contiene además una choza en el fondeadero de “La Cascajera” y que presta el servicio de una venta para proveer de artículos de primera necesidad y reducida escala a los navegantes y pescadores.

Las condiciones de su suelo son excelentes. En la actualidad se destina dicha isla -la de Saltés, aclaramos nosotros-  en la parte que contiene el monte bajo y alto, o sea la zona conocida con el nombre de “Coto de la Cascajera” a caza menor. Hay otra parte dedicada a almendros, acebuches, árboles frutales, algunas cepas de viñas y el resto saneado de la isla se aplica a la siembra de cereales…>>.

“La Cascajera” desde las “alturas”.

“La Cascajera” era lugar de ricos montes en leña. Así, eran continuamente vistos los barcos areneros. A mediados del siglo XIX, eran numerosas las embarcaciones menores que hasta allí se desplazaban, citadas en el legajo número 226, del A. M. H., para cargar la leña cortada por el leñador José Manzano Llorente y que eran conducida a Huelva pro los patrones Manuel Manzano, José Manzano y otros, previa autorización de su propietario don Modesto del Valle, del alcalde de turno y de la Comisaría de Montes de la provincia. Citemos dos o tres tomas de leña de este sitio: Siendo alcalde Cristóbal García embarcó leña en “La Cascajera” José Pérez, el 19 de enero de 1856. Con el mismo alcalde, lo hizo José Manzano el 15 de septiembre de 1855; el 12 de enero de 1855, Manuel Manzano hizo lo propio; Francisco Díaz Quintero cargó leña y hojarasca , José Moreno el 30 de agosto de 1856…

No en las fichas reglamentarias, sino en un documento expreso, hallamos en Oficios y Minutas, Legajo, número 226 del A. M. H. que decía y dice:

<<Comisiono al leñador José Manzano Llorente, la corta de la leña en el sitio llamado de La Cascajera, propiedad del Sr. don Modesto del Valle. Huelva, 11 de agosto de 1855…>>.

En marzo de 1856, varios señores le solicitan al Gobernador civil y éste le transmite al alcalde de Huelva, a nombre de una Sociedad para cazar que habían instituido, sita en la isla de la Cascajera que será acotada y destinada a tal fin (Oficios y Minutas de 1856):

<<Don Nicolás Gómez, don Enrique Díaz y don Antonio Solazo a nombre de la Sociedad formada para cazar en la finca conocida por la isla de la Cascajera y de común acuerdo con su Administrador don José Pérez Barreda ha acudido a mi autoridad solicitando se declare acotado dicho terreno para el expresado objeto. En su virtud y con arreglo a lo que determina el derecho de las Cortes de 8 de junio de 1813  restablecido en 6 de septiembre de 1836, he acordado acceder a lo pretendido, disponiendo se anuncie en el Boletín Oficial  de la Provincia y se participe a Vd. para que desde luego reconozca con la debida personalidad en los casos de denuncia que puedan ocurrir a los guardas  de dicha finca José Gómez y Tomás Carrión, así como puede publicarlo debidamente castigando a los infractores con todo el lleno de su autoridad. Dios…Huelva, 16 de marzo de 1856. Francisco Montemayor…>>.

Perspectiva de “La Cascajera”.

En aquellos tiempos como en la actualidad, existían leyes encaminadas a preservar las aves y los peces. Así, podemos leer en Oficios y Minutas de 1856 la siguiente advertencia del Gobernador civil al Alcalde de Huelva que había quedado fijada por un bando en los sitios más céntricos:

<<Caza y Pesca número 11. Estando terminantemente prevenido por Real Decreto de 3 de mayo del año pasado de 1834, las reglas y prescripciones que han de observarse para impedir los abusos que se notan en las épocas que durante el año deben cazar y pescar los que se dedican a esta distracción, o ejercen dicha industria; y siendo uno de mis principales deberes hacer que se cumpla exactamente lo determinado, he acordado prevenir a Vd. que, tan luego como se entere de la presente, proceda a la publicación de mi bando, en el que manifieste a sus administrados las prescripciones que establece dicho Real Decreto, por las que se prohíbe la caza desde el 1 de marzo, hasta el 1 de agosto; consignando de que los dueños particulares de las tierras podrán hacerlo libremente en cualquier tiempo del año sin ningún género de traba, como asimismo todos los que obtuvieron por escrito licencia de aquella, en las fincas acotadas o abiertas. Por último, deberá Vd. prevenir que los que faltaren a lo anteriormente prescrito, quedarán sujetos a las penas que se determinan en el indicado Real Decreto, debiendo advertirse que los individuos de la Guardia civil quedan encargados de vigilar el más exacto cumplimiento cuanto quede preceptuado. Dios…Huelva, 2 de marzo de 1856…Francisco Montemayor…>>.

La Cascajera era punto abierto a cualquier conjetura. Así, en los primeros días de 1877 llegó a oídos del Gobernador civil que se había dado un alijo de contrabando. Éste remitía al alcalde de Huelva el siguiente oficio (Legajo, número 243):

<<Hallándome instruyendo expediente de orden superior sobre un alijo de contrabando que se dice tuvo lugar en el punto de la Cascagera (¡), en la noche del 30 de enero último, ruego a V. S. se digne informarme cuanto sepa sobre el particular o halla (¡) podido llegar a su noticia con el obgeto (¡) de aclarar cuanto sea posible si ha existido el denunciado alijo. Dios…Huelva, 10 de febrero de 1877. Félix de Castro…>>.

En el sitio de “La Cascajera”, perteneciente a la isla de Saltés, se encontraba las almadrabas de la Cinta. La primera referencia que tenemos sobre esta almadraba queda citada en la sesión del 23 de julio de 1902 en la que leemos:

<<…Informar la solicitud deducida por don Serafín Zarandieta para calar una almadraba por vía de ensayo para la pesca de atunes de paso y retorno en aguas de esta Capital, bajo la denominación de la Cinta, en el sentido de que a juicio de la Corporación dicha almadraba no perjudica los intereses generales de esta localidad…>>.

En el diario “La Provincia” del 26 de noviembre de 1910, se podía leer una nueva noticia alusiva a la misma, en la que le daban una serie de prerrogativas a la citada almadraba:

<<Se ha dictado una R. O.  habilitando el puerto llamado La Cascajera, en la isla de Saltés y en la margen derecha del río Odiel, para la descarga con talones de bahía, expedidos por la Aduana de Huelva, de anclas, cables de acero, cáñamo, abacá, espartos y análogos; corcho, carbones, alquitrán y materiales propios, exclusivamente para calamento de la almadraba; maderas de construcción y artículos a ella destinados, con objeto de levantar viviendas para el personal dedicado a la industria pesquera y que prestan sus servicios en la almadraba en cuestión, como así mismo del común para las necesidades de dicha industria, y los comestibles y medicinas destinados a la alimentación los primeros y al cuidado de los enfermos los segundas, de todos los obreros que prestan sus servicios en el punto cuya habilitación se concede>>.

Esta pequeña escala sirvió durante muchas décadas para toda clase de embarcaciones, pero se hacía necesaria la construcción de un muelle o embarcadero que ayudara a las almadrabas “Las Torres” que en aquella zona existía. Así, en el diario “La Provincia” del 10 de agosto de 1929 se leía;

<<”La Cascajera”, de Huelva. Madrid. El Rey ha tenido a bien se habilite el punto de “La Cascajera” para el embarque de toda clase de efectos y materiales de almadraba en régimen de bahía, con destino a Huelva y en talones expedidos por el jefe de resguardo del mismo punto>>.

El asunto estaba avalado por el Rey. Por lo tanto, estaba en buenas manos. Así, unas semanas más tarde, 6 de septiembre de 1929, se vuelve con el tema de la habilitación del puerto de “La Cascajera”:

<<Informe dado por la presidencia sobre habilitación del puerto llamado “La Cascajera”, en la isla de Saltés, para la carga de efectos de almadraba>>.

En la obra “Casos y cosas”, escrita por Santiago Hierro Domínguez, nacido en Huelva en 1922, leemos unos datos que nos hacen ver que en 1935 o 1936 esta almadraba ya no tenían actividad:

<<…Cuando por primera vez, en mi edad adolescente, conocí la isla de Saltés, en excursión que realicé con unos amigos en tiempo estival, me encontré con un extenso terreno de unos cuatro kilómetros cuadrados que dividía el Canal del Padre Santo, con la ría de Punta Umbría. Desembarcamos en un paraje denominado “La Cascajera”, en donde dormitaban, casi en la orilla, una hilera de oxidadas anclas de buen tamaño, que habían sido utilizadas en la antigua almadraba>>.

La Cascajera” fue también punto culminante de fe en la procesión naval que protagonizaba Nuestra Señora del Carmen. Traigamos la celebración de 1953, que culminaba los actos de la citada fecha:

<<… La llegada de la Virgen al muelle fue un espectáculo en verdad indescriptible. Los vítores atronaban el espacio, mientras los silbatos de los buques surtos en la ría y las sirenas de los pesqueros hendían los aires en homenaje a la Patrona de los navegantes.

La imagen de la Virgen fue embarcada en el trasbordador “Francisco Montenegro”, pasando a bordo del mismo, acto seguido, las autoridades y numeroso público. En su recorrido por la ría fue escoltado por todos los barcos pesqueros que se encontraban en el puerto y otras embarcaciones repletas de personas.

El recorrido de la Santísima Virgen por la ría fue de lo más hermoso e impresionante, ya que era saludada constantemente por todos los buques a su paso entre el constante toque de  sirenas y flamear de banderas.

Llegada la imagen al muelle de la Cascajera, se procedió a su regreso con la misma solemnidad y siempre entre el clamor incesante de las numerosas personas y los vivas a la Virgen y el tronar de cohetes>>.

En la visita efectuada por el general Franco que se produjo el día 25 de abril de 1961 inauguraba la Casa Sindical, el grupo escolar “Tartessos”, el Colegio Menor de Juventudes y la Parroquia de Nuestra Señora del Rocío de Huelva. También visitó el Centro Femenino de Formación Profesional, el puerto y la nueva draga embarcado en la Draga D-1, del Ministerio de Obras Públicas, que puso proa a la barra, llegando hasta el sitio conocido por “La Cascajera”, donde se hizo una demostración de dragado, siendo extraídas mil quinientas toneladas de fango y arena en doce minutos.

En las regatas de snipes organizadas por el Club Marítimo de Huelva, verificadas el domingo 23 de agosto de 1964, “La Cascajera”  fue la meta de las dos etapas:

<<…La competición constó de dos etapas, la primera con salida frente al muelle del Club Marítimo, a las dos y media de la tarde, llegando a “La Cascajera” en 55 minutos el primer clasificado. La segunda etapa, después del almuerzo, se efectuó a las cuatro y diez de la tarde con llegada a las cinco y media.

La clasificación general fue la siguiente: 1º) “Pichón”, tripulado por Luis Pérez Quevedo y Carlos Coca. 2º) “Tiburón”, con Cesar y Pablo Sebastián; 3º) “Horemeb”, con los hermanos Albarracín; 4º) “Tximbo II”, con Javier Gálvez Cañero y Manuel Méndez Vigo…>>.

En enero de 2013 el Parque Natural Marismas del Odiel puso en marcha la Estación de Anillamiento de Esfuerzo Constante La Cascajera, en la Isla de Saltés, en una zona de bosque mediterráneo, con el objetivo de hacer un seguimiento de aves.

El viernes 15 de marzo del citado año el director conservador del paraje, Enrique Martínez, comentaba al diario “Huelva Información” que el proyecto era complementario. Carlos Molina, técnico de SEO, apuntaba que “en Marisma del Odiel hay mucha tradición de anillar zampullín cuellinegro, espátulas. águilas pescadoras y limícolas y ahora se unen las aves pequeñas.

Finalizando 2018 el investigador Luis Miguel Cáceres, profesor de la Universidad de Huelva, en unión de investigadores de las Universidades de Sevilla, Chile, Lisboa y el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, abordaba el tema de los primeros instantes de la isla de Saltés (posiblemente el domingo 23 de diciembre), esto es, la formación de la isla de Saltés y, por  extensión, de la barra arenosa denominada “La Cascajera”,  en un interesante artículo:

<<La Cascajera es una de las barras arenosas que forman el interior de la isla Saltés, ubicada en el estuario del Tinto y del Odiel .Sin embargo, es una de las menos estudiadas, hasta ahora. Un estudio multidisciplinar dirigido desde la Universidad de Huelva (UHU) y en el que han trabajado investigadores de las Universidades de Sevilla, Chile, Lisboa y el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Atapuerca, destaca que la rápida formación de esta barra arenosa responde, en su fase final, a una intensa secuencia de tormentas durante 150 años, lo que facilitó su emersión, consolidación y que se pudiera establecer un asentamiento romano más o menos permanente en ella”

Esta pauta se puede extender al resto de barreras arenosas de la Isla Saltés. Así pues una vez que las distintas barras iban  emergiendo y estabilizándose de Norte a Sur fueron ocupadas por asentamientos cada vez más recientes, en este mismo sentido. De esta forma, se explica la existencia de un primer asentamiento en Isla Saltés anterior a la presencia romana, “de hace unos 2.500 años”, en una barra situada al norte de la Cascajera, según describe el investigador Luis Miguel Cáceres junto al grupo interdisciplinar de investigación que publicarán el artículo este mes de diciembre en la revista Marine Geology.

“Hasta hace unos 4.000 años, el estuario del Tinto y del Odiel estaba ocupado por agua. No había islas ni apenas marismas. Las diversas formaciones arenosas fueron emergiendo y a medida que se estabilizaban fueron ocupadas por el ser humano. Forma parte de la propia colonización ya que son puntos claves para que los distintos asentamientos aprovechen el espacio para su desarrollo por su cercanía al mar. Tenían, por así decirlo, “el abastecimiento a la mano”, aseguró el investigador principal Luis Miguel Cáceres>>.

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