La pintura de Juan Fernández y la poesía de Juan Ceada unidas en la exposición ‘De Palabras y Colores’ que puede verse en Moguer

Redacción. El impacto visual casi mágico de la obra pictórica de Juan Fernández, y la palabra sentida y cercana de la poesía de Juan Ceada componen una perfecta simbiosis de estímulos sensoriales capaces de despertar la emoción del espectador, lo que convierte a esta muestra que organiza la Fundación de Cultura de Moguer en una de las ofertas culturales más atractivas del verano onubense.

El luminoso hall del teatro Felipe Godínez y la sala de exposiciones de la casa-museo Zenobia-Juan Ramón acogen hasta el 14 de septiembre esta exposición conjunta en la que podemos disfrutar de la pintura viva, vibrante y minuciosa del gran pintor ayamontino, junto a una selección de poemas con los que el ex-político y escritor onubense complementa y enriquece esta singular muestra cuya calidad y hondura la convierten en un atractivo más para quienes acuden a disfrutar de los encantos de la ciudad del Tinto.

Dos son las temáticas principales de la obra de Juan Fernández que podemos admirar estos días en Moguer, por un lado el agua y sus reflejos a los que está anclada la infancia del pintor, y por otro los paisajes urbanos del Madrid que lo acogió y lo vió crecer como artista.

El agua viva, inspiradora, cambiante pero eterna, tamizada de luz y de color por la paleta de Juan Fernández, adquiere en sus cuadros un especial protagonismo y nos descubre matices imposibles para el ojo humano que el pincel sensible del autor es capaz de mostrarnos en todo su esplendor, llegándonos a tocar en lo más hondo con su sinfonía de destellos luminosos y reflejos de color.

Además del agua, el paisaje urbano, especialmente el madrileño, se convierte también en protagonista destacado de la exposición con varias obras de gran formato en las que el autor hace gala de su dominio del dibujo hasta conseguir que los elementos arquitectónicos se definan con extrema minuciosidad entre destellos dorados de soñados atardeceres con un personal estilo que, más que hiperrealismo, podríamos definir como aquel “realismo mágico” que impregnó buena parte de la literatura hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX.

Detrás de cada cuadro de Juan Fernández se adivina su compromiso con la verdad y la belleza traducido en horas y horas de caballete, porque la minuciosidad de su trabajo y la paciencia que pone en su tarea le llevan a no escatimar ni tiempo ni esfuerzos para alcanzar el objetivo de trasmitir emociones y sentimientos al espectador. Como dijese en la presentación de una de sus exposiciones el Premio Nacional de Literatura moguereño Francisco Garfias “…estremecida está esta pintura de Juan Fernández de calidad, de honradez, de primor, de lucidez…”, elementos todos ellos que impregnan la obra de este gran artista del que podemos disfrutar este verano en Moguer.

La exposición nos acerca también en su sede de la casa-museo Zenobia-Juan Ramón a otra faceta pictórica del autor ayamontino como es la de retratista, con una treintena de rostros de distintos personajes, muchos de ellos populares, que forman parte de un proyecto más ambicioso denominado “Cien Miradas” en el que trabaja Fernández con la intención de recopilarlos en una posterior publicación. Los personajes de esta colección parecen cobrar vida a través de los pinceles de este magnífico artista que se nos muestra estos días en la ciudad del Nobel en toda su plenitud.

Y junto a la sensibilidad pictórica de Juan Fernández, en “De Palabras y Colores” nos acercamos también a la poesía del autor onubense Juan Ceada que complementa el atractivo de la exposición con sus textos cercanos y emotivos. Se trata de poemas extraídos en su mayor parte del libro “En Europa hacen falta poetas” que recopila más de medio siglo de creación literaria del que fuera alcalde de Huelva entre 1988 y 1995.

Los poemas de Ceada, muchos de ellos dirigidos al amor ausente, están relacionados también con el agua a través de sus referencias al mar o a los ríos, mostrándonos una parte del gran caudal literario que atesora este veterano autor que consigue también emocionarnos con su palabra. El espectador podrá además escuchar la voz del poeta recitando sus textos con un agradable fondo de música clásica gracias a la utilización de las nuevas tecnologías mediante la lectura de los códigos QR que acompañan cada poema.

La exposición puede visitarse hasta el 14 de septiembre, en el Felipe Godínez por la mañana de 19 a 14 horas de lunes a sábado, y por la tarde de 17 a 19 horas de martes a sábado;  y en la casa-museo  por las mañanas de martes a domingo de 10 a 14.30 horas, y por la tarde de martes a viernes de 16 a 20 horas.