José Manuel Alfaro / Sección Especial ‘El Cuaderno de Muleman’. El pasado viernes, un potente grupo editorial se puso en contacto con dos importantes escritores, para que hicieran de mediadores, en la entrega de una generosa oferta de compra a los propietarios, de uno de los cabezos más importantes y posiblemente el conjunto arqueológico mejor conservado de la ciudad. Aunque hasta la fecha, no se conoce la cuantía exacta de la se estaría hablando en esta operación. Lo que sí se sabe es, que las negociaciones secretas acaban de empezar. La oferta incluiría la compra del 100% del suelo, aunque esta operación contemplaría una cesión temporal del 5% del suelo a los inquilinos que actualmente viven allí en concepto de comisión, en caso de que la operación llegara a materializarse. Aunque aún es pronto para conocer los motivos que han llevado a este importante grupo editorial y de comunicación internacional a interesarse por la adquisición de este espacio de incalculable valor patrimonial. La operación incluiría, en primer lugar, una serie de cláusulas que se harán públicas la próxima semana y, en segundo lugar, la aprobación por parte del alcalde de la ciudad, de un plan especial que están redactando el equipo técnico y de producción del grupo. Aunque es pronto para saber el alcance de este operación, el presidente de la compañía ha querido dejar claro en un desayuno informativo para un grupo reducido de periodistas que el principal objeto de esta oferta es, de momento, paralizar un irreversible expolio del cabezo, que podría poner en peligro la recuperación de los restos arqueológicos, incluidos los posibles pasadizos que parecen haberse descubierto la semana pasada y que se encuentran actualmente en estudio por un equipo de espeleólogos de la Universidad.
-Sr Presidente, ¿qué os lo que ha llevado a su grupo a interesarse por el Cabezo?
-Una de las funciones ejecutivas de una presidente de una corporación como la que presido es tomar decisiones después de un desayuno a base de, zumo de naranjas frescas traídas diariamente desde Villanueva de los Castillos exprimidas a mano con un exprimidor bañado en oro y una tostada con aceite ecológico de Zufre y Jamón de Jabugo 5J. Decisiones algunas que no son fáciles, y que tienen que ver con despedir a editores a las que se les escapa una errata, decidir el número de ejemplares de una obra, exprimir los derechos de autor hasta escuchar su quejido, retrasar los pagos a los proveedores que son de mi ideología o buscar la forma de trasladar nuestros beneficios a paraísos fiscales. Pero otra de las funciones de un presidente es ver todos los días los titulares de la prensa, para poder justificar muchas de las decisiones que toma diariamente. Así que fue leyendo unos de esos titulares, sobre lo que está pasando en los cabezos de la ciudad que me vio nacer, en los que sentí un pálpito en el corazón que me hizo retrotraerme a los años cuarenta cuando yo era un niño y jugaba con mis amigos a tirarnos por sus laderas, escondernos entre los arbustos y refugiarnos en sus oquedades, el día de mi primer beso o la primera hostia del chulo de la clase.
-¿Qué es lo que queda de usted en esta ciudad Sr. Presidente?
-Todo el mundo sabe en esta ciudad, quién soy yo y en qué calle y número nací. Para eso hay una placa que lo pone y que inauguré hace unos meses, a pesar de que me fui muy joven a la capital. El tiburón que ves delante de ti jovencita, [refiriéndose a la periodista, en un tono amigable y nada ofensivo], fue hace muchos años una sardina plateada. Yo he tenido la suerte de conocer esos cabezos en todo su esplendor arqueológico, de hecho, el director de las primeras excavaciones importantes, fue por aquellos años uno de mis mejores amigos, hasta que un día todo cambió, porque él y yo nos enamoramos de la misma persona. Pero ella eligió mi ambición en aquellos años en los que yo vestía como un señorito andaluz y él se quedó en su mundo arqueológico y lleno de polvo. Desde aquel día ya no volvimos hablarnos, aunque años más tarde supe que él había tenido dos hijas, lo sé porque me envío una foto con ellas en una excavación, muy jovencitas, en la que me felicitaba por mis continuos éxitos empresariales, compras de empresas en quiebra, despidos, huelgas y pintadas deseando mi muerte. Una carta en la que deseaba lo mejor para mí, mi mujer de la que sabía que me había divorciado y para mis dos hijos. Creo que esa mañana, después de ver la noticia en uno de mis canales de televisión, toda esa nostalgia me golpeo como un puño en toda la cara y me puso el corazón tan arrítmico que tuvieron que llamar a mi cardiólogo. Supongo que aquello fue lo que hizo que detonara dentro de mi cabeza, la idea de hacer una oferta por aquel lugar. Cuando eres joven corres sin mirar atrás, pisas la hierba de tu memoria con tanta fuerza que desaparece, hasta que vuelve a reverdecer, cuando eres un octogenario al que le cuesta mear de pie sin manchar el suelo y sueñas con ser el nuevo Bill Gates de la filantropía de la ciudad que te dio la vida.
-¿Cuánto está dispuesto a ofrecer su grupo por el Cabezo?
-Le he dado a las dos personas que se van a encargar de trasladar mi oferta al actual propietario casi un cheque en blanco, estoy dispuesto a llegar hasta donde haga falta para hacerme con la propiedad de ese Cabezo. No voy a escatimar en recursos económicos, tengo a todo mi equipo de abogados dedicado a este tema, utilizare todos mis contactos políticos en la ciudad, llegaré donde tenga que llegar para hacerme con ese Cabezo. Si hay algo que me ha llevado a construir este imperio de la comunicación que presido, es mi constancia, que en este caso se ha convertido en una obsesión. De hecho, ya he dado orden a mis servicios financieros para que empiecen a capitalizar algunas de mis propiedades inmobiliarias más importantes de la ciudad, con el objeto de tener liquidez suficiente para afrontar la compra. Nunca he perdido una apuesta, nunca he dejado que se me vayan los derechos de autor de los escritores que mas vendían, huelo los best seller a kilómetros, tengo un talento especial para los negocios porque se dónde florece el dinero, más aún cuando en este caso se mezclan otras cosas que tienen que ver con los recuerdos, con historias que pasaban en esos cabezos y que mi madre me contaba antes de que el borracho de mi padre entrara por la puerta. Allí, con mis mejores amigos descubrí la amistad y allí mis peores enemigos me enseñaron el poder de la violencia y la venganza. Y todo eso está ahí, en ese albero color oro compactado, que puedes respirar en los días de viento, cuando el polvo se te mete en los pulmones colapsando tus alvéolos.
-Pero Sr. Presidente, ¿qué piensa hacer en el caso de que consiga adquirir la propiedad del cabezo?
-Aún es pronto para decirlo, aunque lo iremos sabiendo en las próximas semanas y meses, pero lo que sí le puedo asegurar, jovencita, es que ese Cabezo será lo que yo quiero que sea.