Laura Cebrino. «Cuando una familia te agradece lo que haces por su hijo y te asegura que formas parte de su evolución: ese es mi mayor regalo», Sofía Domínguez. Ya conocemos a Sofía, la onubense que ha convertido su pasión, la música, en su profesión y que cumple diez años al servicio de la psicopedagogía y la educación especial canalizadas a través del desarrollo y la aplicación de la musicoterapia.
En Huelva, centenares son los usuarios con los que Sofía ha trabajado ciertas dificultades y discapacidades con el tándem música-terapia, un método que visiblemente reporta una mejor calidad de vida en los niños y adultos que conectan con esta.
«La música es un recurso ilimitado maravilloso; utilizada de forma terapéutica es posible restaurar, modificar y desarrollar diversas funciones psicológicas, cognitivas y motoras que, afectadas o no por alguna circunstancia, logran alcanzar unos niveles que hasta entonces son desconocidos», asegura Sofía.
Social y emocionalmente hablando, Sofía defiende cómo a través de la musicoterapia se crea un vínculo especial tanto con la persona que acude a la sesión como con su familia o cuidador: «No es tarea fácil llegar a las emociones de todos los usuarios, pero la música es una aliada vital para ello, pues logra que nos expresemos con voz, mente y cuerpo, sin la necesidad de hablar, lo que ayuda a trabajar poco a poco las emociones, y sobre todo a liberar aquellas que por algún motivo están bloqueadas».
La joven imparte sesiones en el CDP Safa Funcadia en Huelva capital a varios grupos de niños con edades comprendidas entre los 3 y 8 años, y en el CEIP Fray Claudio de Trigueros, dónde lleva varios años; además de sesiones y talleres por toda la provincia.
Gracias a la Fundación Cajasol, Sofía también trabaja con diversas organizaciones onubenses como son la Asociación de Parkinson y Trastornos del Movimiento, la Asociación de Esclerosis Múltiple (Ademo), la Asociación de Fibromialgia (Fibronuba) y la Asociación de Alzhéimer (AFA) de Huelva.
Según nuestra terapeuta, los retos protagonizan su día a día, «pues nunca las sesiones son iguales y no hay día que algo no me sorprenda», comenta, «el usuario es diferente cada día y tras cada sesión; el estado y las necesidades de cada uno de ellos determina la forma en la que se adapta lo programado; es por ello que profesionalmente aprendo a diario de cada sesión«, añade.
De las sesiones con los niños, Sofía quiere destacar una anécdota que toma como motivo para seguir con orgullo trabajando en lo que tanto le apasiona (ayudar a los demás a través de la música): «Hace unas semanas, una mamá me hizo llegar un video en el que su pequeño, usuario de mis sesiones de musicoterapia, canta al salir del cole la canción de bienvenida que solemos interpretar al inicio de las sesiones. Esto me hace realmente feliz», detalla nuestra protagonista.
Con los adultos, también vive momentos muy especiales,»desde abrazos a sonrisas y lágrimas. Cuando acabamos la sesión y escucho por parte de los usuarios frases como ¿por qué se acaban tan pronto las sesiones?, me siento muy afortunada y me satisface mucho mi labor», concluye la joven.
Sofía se despide: «No me gustaría acabar sin agradecer al Colegio Safa Funcadia de Huelva el haberme abierto sus puertas y promover la difusión de la musicoterapia; a la Fundación Cajasol por aportar tanto para poder trabajar con las asociaciones con las que trabajo a los que están apostando por mi trabajo y por supuesto a vosotros, por volverme a dar cabida en vuestro medio que a tantos lectores llega. Mucha música y abrazos sonoros para todos».
1 comentario en «Sofía Domínguez Bervel y la musicoterapia, un tándem indispensable para conectar personas y emociones»
La verdad es que es la primera vez que he hecho. Musicoterapia y me ha ayudado muchísimo.Gracias Sofía por tus clases a la Asociación de Parkinson, nos has ayudado Nm muchísimo.Espersmos contar.contigo para el próximo curso.Gracias Sofía.