Redacción. Las aguas de las playas onubenses y del resto de la comunidad autónoma están en buen estado para que los ciudadanos disfruten de ellas durante esta Semana Santa. Un informe elaborado por la Consejería de Salud y Familias en 346 puntos costeros de Andalucía ha concluido que “todas las playas andaluzas se encuentran en condiciones higiénico sanitarias óptimas para su disfrute”. De estos puntos, 46 se ubican en la provincia de Huelva, distribuidos en 19 zonas de baño.
A este respecto, la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva, Bella Verano, ha resaltado que es “fundamental que, en estos días, en los que decenas de miles de personas se preparan para disfrutar de sus vacaciones, todo esté listo para mostrar la mejor cara, a los que vienen y a los que están habitualmente aquí”. Por ello, ha proseguido la responsable autonómica, “espero que se alcance ese casi 90% de ocupación hotelera que está previsto y se cumplan así las expectativas del sector”.
En el caso específico de la provincia onubense, se han realizado 47 muestreos en las aguas de baño de los 46 puntos censados, repartidos en 19 playas pertenecientes a 9 municipios costeros. Los resultados obtenidos demuestran que las aguas se encuentran dentro de los niveles de calidad establecidos en normativa para parámetros microbiológicos y la inspección visual es conforme.
La temporada oficial de baño en las playas empieza en Andalucía el 1 de junio y se desarrolla hasta el 30 de septiembre, si bien todos los años la Consejería de Salud y Familias realiza durante los días previos a Semana Santa un análisis extraordinario en los mismos puntos de muestreo establecidos en el Programa de Vigilancia Sanitaria de las Aguas de Baño del litoral andaluz con objeto de disponer de información puntual sobre la calidad sanitaria de las aguas en estas fechas.
En las analíticas se valoran los diferentes parámetros exigidos por la normativa vigente, entre los que se encuentran: microbiológicos, transparencia, color, aceites minerales, presencia de espumas persistentes y sólidos flotantes, restos orgánicos y cualquier otro residuo -de cristal, plástico, caucho, madera, etc.- que pueda afectar a la salubridad de las aguas y se considere de interés sanitario.