Redacción. Nuestro obispo, José Vilaplana, dará inicio mañana sábado, día 2 de febrero, al periodo jubilar previsto en Villalba del Alcor con motivo de la celebración de los 400 años de presencia carmelita en la localidad condal y coincidiendo con la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. A las 19.00 horas, partirá una breve procesión, con el Obispo, las madres carmelitas y la representación de las hermandades del Carmen y de Santa Águeda desde la puerta principal de la clausura del convento hasta la iglesia, donde José Vilaplana abrirá la Puerta Santa y dará comienzo la Eucaristía. Así quedará inaugurado oficialmente el tiempo jubilar en el Monasterio San Juan Bautista de las Madres Carmelitas de la Antigua Observancia, un tiempo que se prolongará hasta el 25 de marzo.
La comisión organizadora de estos actos ha elaborado un extenso programa entre los que destacan la misa que presidirá nuestro Obispo, el próximo 11 de febrero, a las 19.00 horas, para conmemorar estos 400 años de la llegada de las monjas desde el convento de Santa Ana (11 de febrero de 1619), de la formación de la primera comunidad y de la inauguración del convento, dos días más tarde. Así lo recoge en su obra El monasterio de San Juan Bautista de Villalba del Alcor (1619-1810) el historiador Pedro J. Godoy Domínguez: “Casi a las cinco de la tarde del 11 de febrero de 1619, lunes de carnestolendas, y después de haber parado a mitad de camino para pernoctar en el convento de las descalzas de Sanlúcar la Mayor, la caravana enfiló la antigua calle Real de Villalba. La recepción de las religiosas, a las puertas del aún deshabitado monasterio, debió de ser memorable, saliéndolas a recibir la mayor parte del pueblo, así eclesiásticos, como seglares, con grandes muestras de alegría y regocijo. Y después de entrar en el que sería su nuevo hogar durante al menos cuatrocientos años, todo aquel lunes en la noche, y otro día, martes siguiente, fueron visitadas de todas las señoras del pueblo, hasta que dio por clausura el dicho convento y se cerraron las puertas de él, como es costumbre”.
Otras citas reseñables que tendrán lugar con motivo de tal efemérides serán las jornadas de visitas guiadas por el convento los fines de semana del 28 de abril y 5 y 12 de mayo (previa inscripción); la procesión magna extraordinaria de la Virgen del Carmen, cuya hermandad celebra también este 2019 su cuarto centenario, el 20 de julio, con la participación de todas las hermandades del Carmen de la provincia, de los frailes del Carmelo, etc.; el ciclo de conferencias sobre la historia de Villalba y del Condado, de la Orden del Carmen y del convento y los conciertos de música clásica durante todo el año; la inauguración de la exposición “Las joyas de la clausura”, el 22 de noviembre; y la presentación, el 13 de diciembre, del libro El monasterio de San Juan Bautista de Villalba del Alcor (1619-1810). La fundación del primer convento español de carmelitas calzadas recoletas y su evolución durante el Antiguo Régimen.
Para la madre María del Carmen del Toro, de la comunidad carmelita de Villalba, este periodo jubilar supone “una bendición que nos despierta un sentimiento muy profundo de gratitud al Señor, porque Él es el verdadero protagonista de esta “obra de arte”… siglos de historia cotidiana, hacen de esta casa un testigo creíble, que tiene una palabra que ofrecer a nuestro mundo, y que la gente se está acercando a escuchar”, a lo que añade que el sentir de la comunidad es “el asombro, la admiración, la gratitud y un deseo grande de mantener el ritmo que nos permita seguir haciendo camino, en este suelo y entre esta gente”.
José Vilaplana les ha dirigido una carta en la que recuerda “la mirada al pasado, desde aquel día en que el sacerdote villalbero García Jiménez Franco decidiera dotar una fundación carmelita en Villalba del Alcor; o de aquel otro de 1619 en que llegaran las primeras monjas; o de aquellos otros en que sus monjas salieron a fundar en Cañete la Real, o a fundar y reforzar comunidades en Gran Canaria, en Kenia, en Santo Domingo, etc…”, una mirada al pasado que, según describe, “se convierte en una gratitud inmensa a quien origina todo esto: el Señor que ha querido reunir a sus esposas en este cenobio a lo largo de cuatrocientos años. ¡Cuántas hermanas han hecho y hacen verdad en este lugar y en esta vocación su camino de santidad! ¡Cuántas gracias se han derramado y se derraman a través de las manos alzadas”.