
Mari Paz Díaz. En la provincia de Huelva, entre la Sierra y la Costa onubense, encontramos un área geográfica de baja montaña, una región natural que cuenta con numerosas características propias que lo convierten en un lugar único y lleno de atractivos. Se trata del Andévalo, un espacio en el que han convivido a lo largo de la historia la minería y las actividades agropecuarias. Una zona territorial amplia, que abarca los municipios de El Almendro, Alosno, Tharsis, Cabezas Rubias, El Granado, Paymogo, Puebla de Guzmán, Sanlúcar de Guadiana, San Silvestre de Guzmán, Santa Bárbara de Casa y Villanueva de los Castillejos, en el Andévalo Occidental, así como El Cerro de Andévalo, Calañas, Valverde del Camino y Villanueva de las Cruces, en el Andévalo Oriental.

Sus ricas dehesas, el Castillo de Sanlúcar de Guadiana, el Cabezo de la Peña, en Puebla de Guzmán, o sus paisajes marcados por sus tradicionales molinos son sólo algunos de los muchos lugares singulares y atractivos de la zona. Pero, junto a sus monumentos y particularidades, son pocos los estudios que se han fijado en las viviendas del Andévalo, casas que forman parte de una arquitectura que dice muchos de estos pueblos, que han sabido conservar una identidad genuina con el paso de los tiempos.

Por lo general, la arquitectura popular andevaleña se caracteriza por su dispersión, con la presencia de caseríos irregulares, donde encontramos muros de piedra encalados sin enfoscar y cubiertas de tejas. Construcciones en las que se hace un uso abundante de la pizarra y la piedra seca en cercados y edificios menores. Una tipología que merece la pena conocer a través de sus viviendas, de ahí que hayamos querido realizar un recorrido, al menos de forma virtual, a través de este reportaje en el que nos paramos a contemplar algunas de sus peculiares casas, un trabajo en el que hemos contado con la colaboración de las fotografías del profesor e investigador Emilio Romero.
Las 20 viviendas que destacamos del Andévalo -a las que podrían añadirse muchas más- son:

1. Casa Señorial de la calle Regajillo (Alosno). Una vivienda del siglo XVII, propia de la arquitectura popular de la zona. Su principal característica es su fachada señorial.
2. Casa señorial de la Calle Nueva (Alosno): De arquitectura regionalista, construida a principios del siglo XX, esta casa destaca por el cierre de los artísticos balcones acristalados y los azulejos biselados.

3. Convento de la Congregación de Santa Ana (Alosno). Una casa-palacio donada por la Condesa de Barbate en el año 1951 a esta congregación religiosa. Un edificio sencillo, que se remata con una pequeña espadaña, bajo la que hay un retablo cerámico de 1940, que representa a Santa Ana enseñando a leer a la Virgen.

Pero, si hablamos de Alosno, es obligada una parada en el conjunto urbanístico de la Calle Real, la más emblemática y representativa de la localidad, dado que forma parte del folklore popular al ser citada en uno de los fandangos alosneros más conocidos. Una calle en la que es insólito que todas sus esquinas estén reforzadas con unos perfiles metálicos de acero, de donde proviene la letra del universal fandango: “Calle Real del Alosno, con sus esquinas de acero…”.
1 comentario en «Las veinte casas del Andévalo que demuestran que esta comarca ha sabido conservar sus señas de identidad»
Así se hace Patrimonio.
Cunda el ejemplo que nos ofrece de vez en cuando Mari Paz.
Bien por vosotros.
Y a patearse el Andévalo, que tiene mucho que ofrecer.
Fandango y Casinos incluidos.
Felicidades.
Miguel Mojarro, Equipo Azoteas.