Mari Paz Díaz. Esta semana en ‘Onubenses por el mundo’ os contamos la historia de Juanma Romero, un onubense de 36 años que se encuentra desde 2013 en Alemania, país en el que ha podido desarrollar su vocación periodística. Una historia vital que se mantiene hasta los 25 años en Huelva, donde estudió Marketing, junto a otras materias. Fue entonces cuando se fue a Sevilla con el objetivo de estudiar Relaciones Laborales. En la capital hispalense, este onubense estuvo viviendo cinco años.
Su vida dio un giro importante cuando en 2009, con 27 años, decidió apostar por su verdadera vocación: el periodismo. Para ello, cursó un Postgrado en Periodismo Deportivo. Un título que, a su regreso a Huelva, le permitió trabajar en diversos medios, como la Cadena Ser o Huelva24. Así fue hasta que el 23 de septiembre de 2013 se marchó a Alemania. Eso sí, no lo hizo por trabajo, sino por amor. Una experiencia de más de cinco años que ha querido contarnos en esta entrevista.
-Juanma, ¿por qué decidiste irte fuera?
-Por amor. Sé que suena a tópico, pero así fue. Mi novia de aquel entonces era alemana y las relaciones a distancia son muy jodidas. Creo que a eso también se le unió una cierta decepción, o frustración, por la situación de los medios de comunicación y del trabajo de periodista en general en España. Pero de eso me di cuenta más tarde.
-¿Qué haces en este país?
-Pelear. Es lo que tiene la vida de freelancer. Encontrar mi sitio en el mundo, no sé. Aquí he conseguido construirme un presente a base a mucho esfuerzo y dedicación y sería una pena dejarlo ahora.
-¿Es tu primera estancia en el extranjero?
-Sí durante tanto tiempo. Pero, antes, estuve viviendo tres meses en Creta, cuando tenía 21 años, y otro año en Florencia, cuando hice la Erasmus. Siempre tuve esa inquietud por salir de mi zona de confort.
-¿Cuál es tu lugar de residencia?
-Desde hace cuatro meses vivo en Colonia, aunque, anteriormente, estuve residiendo en Augsburg, en la preciosa región de Baviera.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia por ahora?
-Positivo. Los inicios fueron muy duros, los más duros de mi vida siendo honestos. Pero, a día de hoy, puedo decir que me siento feliz y ubicado en un país en el que nunca me planteé vivir. Y decir eso ya es mucho.
-¿Cómo es vivir ahí? ¿Es muy diferente a España?
-Si hay una cosa que detesto cada vez que bajo a Huelva, o a cualquier lugar de España, es tener que escuchar los manidos tópicos sobre el alemán. Que si son aburridos, serios, que si no saben disfrutar de la vida, que si parece que están enfadados cuando hablan…, en fin. Ya sabes. La diferencia está, quizás, en que aquí las normas se cumplen, que existe el civismo, que si no se sabe de un tema no se opina, que se piensa a largo plazo… Como todo, hay pros y contras, a veces, se echa en falta algo de espontaneidad, de flexibilidad. Pero no se puede tener todo. Lo que sí puedo decir es que Alemania, con su contraste respecto a España, me ha hecho valorar lo que es España, para bien y para mal, más que lo que España me había enseñado.
-¿Cómo es la ciudad de Colonia?
-Una vez, un amigo que lleva casi 20 años viviendo aquí en Colonia, dijo en ‘Españoles por el Mundo’ que Colonia es como la Andalucía de Alemania. Y, en estos cuatro meses viviendo aquí, casi que puedo corroborarlo. La gente es, seguramente, la más abierta de Alemania. Es una ciudad que vive por y para la fiesta, con una intensísima actividad cultural. Tener como símbolo el Carnaval te hace entender, rápidamente, que aburridos no deben ser. A mí me está encantando descubrirla.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
-Actualmente trabajo como redactor de la web oficial en español de la Bundesliga, la liga alemana de fútbol. Como autónomo también suelo hacer cosas para medios latinoamericanos, fundamentalmente de Chile y México, y con los departamentos españoles de algunos clubes de la Bundesliga. Antes de eso ejercí como corresponsal para Diario Sport durante un tiempo.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo?
-Va a sonar muy poco alemán, pero me suelo marcar objetivos a muy corto plazo. Ahora mismo, mi principal objetivo es trabajar duro para que la web en español de la Bundesliga esté lo mejor situada posible, con contenidos de calidad. Luego, siendo la radio el lugar donde más cómodo me siento, tengo siempre la esperanza de poder hacer algo relacionado con ese medio. En alemán va a ser complicado, pero, de momento, mantengo vivo un podcast (Radio Guardiolato), que me permite sacarme esa espinita y que, además, cuenta con el apoyo de mecenas. En España a muchos les suena a utopía, pero lo de pagar por contenidos de calidad, a poco precio, ya lo vemos en plataformas como Netflix o Spotify. Quizá mi objetivo o reto sea ese, un proyecto personal. Veremos.
-¿Qué piensa tu familia y amigos de tu aventura?
-Los que de verdad te quieren, solo quieren verte feliz. En mi caso, puedo decir que el apoyo ha sido constante. Tengo unos padres que siempre nos empujaron, a mi hermana -ella vive en Londres- y a mí, a perseguir fuera aquello que de alguna manera no encontrábamos dentro. Y claro que les duele no tenernos cerca, pero siempre recordaré las palabras de mi padre a los pocos meses de llegar. “No te vengas, aguanta”. Al mes había roto con mi novia. Aguantar tuvo su premio.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
-Como digo, no suelo pensar mucho en el futuro. Espero trabajar para más medios y poder embarcarme en proyectos interesantes. También quiero seguir mejorando mi alemán. Y, obvio, espero conocer por fin a la persona adecuada. Han sido muchas decepciones en ese sentido desde que llegué. Pero no es algo que me quite el sueño ahora.
-¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
-Aún no tengo vuelos, pero es muy probable que me vaya un mes entero a Huelva por Navidad. Una de las cosas buenas de mi trabajo es que puedo hacerlo desde cualquier lado. A veces es un trabajo 24/7, puede llegar a ser muy agotador, pero tiene este tipo de ventajas que uno agradece.
-¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra?
-La familia, el clima y la comida. Estrictamente en ese orden.
-Para terminar: un mensaje a tus paisanos.
-Cuidad de Huelva, que si alguien tiene que salir a buscarse la vida en otro país sea porque decidió hacerlo, no porque le ‘invitaron’ a marcharse.