Redacción. Como no podía se de otra forma, han causado una honda preocupación en la FOE los últimos datos hechos públicos que sitúan a Huelva como la segunda provincia con la renta más baja de Andalucía y el revés, una vez más, del Ministerio de Fomento que sigue marginando a Huelva en sus inversiones ferroviarias, con las repercusiones que ello tiene en el sector turístico fundamentalmente. En relación con este último asunto, no descartan los empresarios la posibilidad de tomar otras medidas que supongan un cambio al ostracismo que los gobiernos aplican sobre nuestra provincia en cuestiones tan vitales como la inversión en obra pública.
Por todo ello, le asiste la razón a los órganos de gobierno de la FOE cuando en sus continuos pronunciamientos por sacar de la agonía a nuestra economía pone el énfasis en el factor industrial como impulsor de la misma en todas sus variables.
A tenor de las circunstancias, apunta la FOE a la necesidad de que las actividades industriales alcancen un protagonismo de primer orden para llegar a un crecimiento económico equilibrado y sostenible en el futuro que nos permitan acabar con un un desempleo asentando de más de 48.000 personas que resulta del todo insostenible.
Cuando apostamos por la industria lo estamos haciendo decididamente por el empleo. Un empleo de calidad y estable, integrado por personas altamente cualificadas que cuenta con la ventaja de que no depende de ciclos cortoplacistas de actividad.
Además, la FOE considera que la contribución que realiza la actividad industrial a la economía y a la sociedad no se reduce a la riqueza y al empleo generado por sí misma, sino que trasciende al propio sector y va mucho más allá, con un significativo efecto arrastre en toda la cadena de valor provincial, aportando bienestar a los ciudadanos y generando un consumo de productos y servicios que a su vez posibilitan el desarrollo de actividades esenciales como el comercio, la hostelería, etc., sin olvidar que desde hace tiempo el turismo encuentra en la industria un nuevo segmento que ofertar a quienes nos visitan y que está obteniendo interesantes resultados nada desdeñables.
Aumentar el atractivo industrial debe y tiene que ser, por tanto, el objetivo desde los ámbitos administrativo, empresarial, económico y social, fundamentado en un mayor desarrollo del sector, una mejora de su estabilidad, calidad y seguridad, la innovación, la formación especializada, la internacionalización, la mejora de la productividad, la cooperación mutua entre empresas y el aumento de la dimensión empresarial. Todos ellos, factores esenciales para que nuestras empresas sean más competitivas y puedan caminar hacia posiciones de liderazgo en los mercados globales.
En definitiva, según la FOE, se trata de impulsar la competitividad de nuestra base industrial auxiliar y complementaria de las grandes industrias tractoras ubicadas en la provincia, y de aquellas otras que puedan instalarse, y a las que hay que saber atraer.
Desde la FOE se admite que este objetivo, compartido por las empresas, profesionales y representantes de los trabajadores del sector, es asumido igualmente por nuestra Administración, como recientemente lo hacía públicamente el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, en un nítido compromiso por hacerla una ciudad industrial o la propia Junta de Andalucía con el Pacto por la Industria, consensuado con organizaciones sindicales y la CEA a nivel regional. Pero habría que ir a más y para que se materialicen esas voluntades debemos dotarnos de una política verdaderamente pro industrial de largo plazo, estable y transversal que tiene que sustentarse en el compromiso y la implicación de todas las Administraciones Públicas a favor de la industrialización de Huelva.
Pide la FOE, en este sentido, actuar con soluciones concretas y eficaces para que la industria se convierta, sin fisuras, en el auténtico motor de nuestra economía, seña de identidad y garantía de futuro para vencer nuestro elevado desempleo estructural y que la sociedad en su conjunto así lo entienda, valorando los beneficios sociales y económicos que genera.
Actualmente, contar con un centro industrial del que dependen 10.000 familias, a lo que habría que añadir las derivadas de la actividad portuaria y otras actividades auxiliares, con una inversión acumulada de casi 6.000 millones de euros en las últimas dos décadas y media, es justificación más que suficiente para confiar en la industrialización de Huelva y exigir voluntad, compromiso y esfuerzo conjunto para respaldarla.
Se insiste, además, desde la FOE en asumir los objetivos que nos marca Europa que pasan necesariamente por creer en la industria y en una política que la desarrolle consecuentemente.