Paula Zorita. Cuando ayer salí de los toros mi sobrina, que no había ido al festejo, de lo cual me arrepiento precisamente por lo que aquí voy a narrar, me preguntó: ¿qué tal los toros, tía?; a lo que yo le respondí: ¡genial, han indultado a un toro!. Su respuesta ya me hizo sentir que soy algo irresponsable al no cumplir con mi tarea de ‘taurinizar’ a quien tengo alrededor (véase ‘taurinizar’ no sólo por llevarla a una plaza de toros, sino por hablarle de la Tauromaquia). Ella me respondió: ¿qué es un indulto, tía?. Brevemente le dije que cuando un toro era tan bueno que merecía seguir viviendo para tener descendencia. Su respuesta se me clavó en lo más hondo, yo que salía con la euforia del coso onubense tuve que oirme… ¡Como Ferdinando, tía!.
Mi respuesta, al decirle: ‘No, Ferdinando es un engaño’ debió sonarle algo dura y me contestó: ‘bueno, es que Ferdinando no quería que lo toreasen’. Efectivamente… He ahí la diferencia entre un cuento que una fuerte corriente animalista anglosajona ha desvirtuado para contar una mentira y el toro ‘Sereno’ al que Miguel Ángel Perera le perdonó la vida; que el segundo era un toro bravo. Un toro de esos de los que los animalistas no tendrían en sus casas como muestran en sus vídeos ni los abrazarían ni acariciarían. Los lobbys antitaurinos son mucho más peligrosos de lo que podemos imaginar y hacen mella en mentes tan manejables como las de los niños con algo tan sencillo como una película de dibujos.
Los que sentimos pasión por la Tauromaquia tenemos la obligación de mostrar a nuestro entorno lo rico que es este mundo y de mostrar el toro en el campo. Sólo así entenderán que Sereno se ganó el derecho a vivir porque fue un torrente de nobleza, clase, bondad y bravura y que tuvo ante sí a un Miguel Ángel Perera excelso que lo toreó a placer y lo llevó largo por ambos pitones. Pero no quiero quedarme en los detalles meramente técnicos, me apetece hablar, por si este artículo cae en manos de alguien precisamente ‘no taurinizado’, de lo que se siente en el ruedo cuando un toro es bravo de verdad y la vorágine de lo acontecido hace que el público en pie pida el indulto. Porque en contra de lo que piensen o digan los animalistas, los taurinos no disfrutamos con el sufrimiento del toro, entendemos que es parte de una liturgia, y no hay mayor satisfacción ni ‘fiesta’ que cuando un toro vuelve por la puerta de toriles y el campo le espera de nuevo.
Ayer Miguel Ángel Perera hizo historia al indultar a ‘Sereno’, herrado con el número 9 y de la ganadería de Torrealta. Es el segundo indulto de la época reciente en el Coso de la Merced. El más cercano fue ‘Culito’, de la ganadería de Pereda en el año 2000. A pesar de no ser un acto que se repita asiduamente en una plaza de toros, es sin duda una de las mejores sensaciones para un aficionado y también para un torero. Ojalá Disney supiese expresar con sus bonitos dibujos e historias lo bonito que tiene el toreo y no engañar como lo hace.
Perera fue a la postre el triunfador del festejo cortando dos orejas y rabo simbólicos de el bravo ‘Sereno’ y lo acompañó en su salida en hombros el peruano Roca Rey, quien desorejó al que cerró plaza y con el que estuvo rotundo y apabullante, algo que es ya ‘marca de la casa’. El Juli, primero en actuar, cuajó una gran faena al primero de sus oponentes con el que se mostró con mucho mando y al que toreó de forma imponente y el fallo a espadas privó al de Velilla de cortar trofeo. Lo del ruedo ayer fue una lucha de titanes, nada de cuento de Disney. Los tres salían a ‘revientacalderas’, como se suele decir en el argot taurino. Con el deslucido quinto nada pudo hacer. Roca Rey cortó dos orejas al que cerró plaza en una tarde que fue de más a menos en calidad ganadera, porque el peruano tuvo que hacer un gran esfuerzo para hacerle faena a este sexto. Con su primero, el trasteo fue algo intermitente y tampoco tuvo tino con la espada.
Habría que invitar a los señores guionistas de Disney a ver una tarde como la de ayer, a explicársela. A ver si así hacen una película dedicada a ‘Sereno’. Esa sí sería una buena película.
Julián López ‘El Juli’, saludos y silencio.
Miguel Ángel Perera, dos orejas y rabo simbólicos y saludos.
Andrés Roca Rey, saludos y dos orejas.
Galería gráfica de la tarde: