Mari Paz Díaz. La triguereña Elisabeth Franco Cáceres es una onubense de 29 años que, a pesar de su juventud, no ha parado de acumular experiencias intensas desde que terminó su Licenciatura en Química en la Universidad de Huelva en el año 2012, especialmente gracias a diferentes periodos de prácticas, realizados, tanto con becas, como con contratos laborales. Una serie de ayudas que le llevó, en primer lugar, a una estancia en Turquía para realizar el Trabajo Fin de Máster (TFM) en 2013, a través de una beca de la Fundación Atlantic Copper, para después trabajar en la Universidad Politécnica de Valencia durante varios meses, a partir de lo cual realizó un periodo de prácticas en el Departamento de I+D+i de Atlantic Copper.
Su siguiente paso también fue en la industria onubense, porque le concedieron una beca con contrato en prácticas en Fertiberia, donde llevó a cabo el proyecto de un segundo Máster en Química en 2015 y, finalmente, ha estado un año y medio realizando el control analítico de productos objeto de comercio exterior en el Servicio de Inspección (Soivre) de Huelva mediante otra beca del Ministerio de Economía y Competitividad. Experiencias de máximo interés que le han llevado hasta Holanda, donde se encuentra trabajando como analista química. Un logro que ha sido posible gracias a su esfuerzo y el apoyo recibido por las becas que ha ido obteniendo a lo largo de su carrera, tal y como nos cuenta en esta entrevista concedida a Huelva Buenas Noticias.
– Elisabeth, en el inicio de tu trayectoria fue fundamental la Beca que te otorgó la Fundación Atlantic Copper. ¿Cómo accediste a ella?
-Fue una ayuda que solicité mientras realizaba mi primer máster. En mi caso, pedí la beca Erasmus Prácticas para realizar mi proyecto en la Universidad Suleyman Demirel de Isparta, en Turquía, en el año 2013. Me informé que la Fundación Atlantic Copper también concedía becas para estancias de Erasmus, la solicité y, como cumplía todos los requisitos, me la concedieron.
–¿Qué supuso para ti?
-Esta beca supuso una gran ayuda económica en mi estancia en el extranjero, ya que residir fuera siempre conlleva más gastos que residir con la familia. Yo pertenezco a una familia numerosa de cuatro hermanos y, sin ayuda económica externa, no hubiera conseguido todo lo que he logrado, por lo que estoy muy agradecida a la Fundación Atlantic Copper por el apoyo que supuso para mí los dos años que me concedieron esta beca.
-¿Qué te permitieron conseguir estas ayudas de Atlantic Copper?
-La primera vez que me la concedieron me permitió realizar mi proyecto en un país extranjero y, la segunda vez, mientras realizaba el segundo máster, pude costearme gran parte del precio de éste.
-¿Cómo fue tu experiencia durante el desarrollo de los dos másters?
-He realizado dos másteres en la Universidad de Huelva. El primero fue el de Ciencia y Tecnología Química, con el proyecto enfocado al análisis de fármacos mediante técnicas cromatográficas, que incluyó la estancia en Turquía. Y, el segundo, fue el Máster Interuniversitario en Química, con un trabajo enfocado en la investigación y evaluación de diferentes tipos de fertilizantes en césped, realizado en Fertiberia en 2015. Ambas vivencias me permitieron seguir formándome, a la vez que adquiría experiencia profesional para mi futuro y, gracias a ello, ahora me ha servido para conseguir llegar hasta donde estoy.
-¿Cuál es tu balance de tu estancia en Turquía?
-Desde que realicé mi estancia en este país quedé encantada, tanto con el estilo de vida, la cultura, la gastronomía, la gente tan acogedora y tan buena anfitriona que hay en este país…, tanto que aún tengo muy buenas amigas turcas con las que sigo en contacto casi a diario y a las que iré a visitar en junio de este año.
–¿Por qué elegiste estos estudios de posgrado?
-Estos estudios los realicé porque, al terminar la licenciatura, después de probar en varias empresas para trabajar, la mayoría pedía experiencia o tener estudios superiores. Fue en ese momento cuando decidí seguir formándome y, a la vez, realizar prácticas que me ayudaran a conseguir ambos requisitos. A día de hoy, no me arrepiento de haberme llevado tantos años estudiando, porque veo que ahora va dando sus frutos.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
-En estos momentos, me encuentro en Delft, una ciudad holandesa que está entre Rotterdam y La Haya, trabajando como analista química, determinando residuos de pesticidas en fruta y verdura, procedente tanto de este país como del extranjero, mediante la técnica de cromatografía líquida con espectrómetro de masas (LC-MS).
-¿Qué ha significado para ti trabajar en Holanda?
-Aunque aún me estoy adaptando a este país, a su clima, a estar lejos de mi familia y a todo lo que ello conlleva…, la oportunidad de trabajar en ‘Groen Agro Control’ ha supuesto para mí un gran avance en mi carrera profesional. Gracias a ello, estoy haciendo lo que siempre he deseado: trabajar como química en un ambiente agradable y con gente joven que me ha acogido muy bien. Además, también ha supuesto para mí un gran desarrollo personal, ya que me he venido aquí completamente sola, sin conocer a nadie, empezando todo desde cero y comunicándome en inglés, un hecho del cual me alegro, ya que mejoraré mucho este idioma y espero también aprender holandés.
-¿Cómo has logrado este puesto de trabajo en Holanda?
-La oferta de empleo me la mandó a mi email la Agencia de Colocación de la Universidad de Granada, ya que me encontraba inscrita en la plataforma Ícaro, un portal de Gestión de Prácticas en Empresa y Empleo utilizado por varias Universidades, como demandante de empleo. Al ver la oferta, les mandé mi currículum a la Universidad y, después, la empresa se puso en contacto conmigo. Realicé varias entrevistas, me seleccionaron y así comenzó esta nueva aventura.
-¿Hasta cuándo tienes previsto quedarte ahí?
-De momento, me han hecho un contrato de un año y ya después, según como vaya todo, decidiré si me quedo más tiempo o vuelvo a España. Ahora mismo, considero que esta oportunidad la tengo que aprovechar para adquirir más experiencia, mejorar los idiomas y, en mi tiempo libre, viajar y conocer gente nueva y otras culturas, que es algo que me apasiona.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Lo que más echo de menos, por ahora, es la comida y el clima, aunque los echaré más de menos cuando se acerque el buen tiempo y me acuerde de las playas, el sol y las tapas de Huelva (risas). A mi familia, amigos y a mi chico también los echo de menos, pero gracias a Internet, hoy en día, es muy fácil contactar con ellos a diario, por lo que esto no lo llevo demasiado mal.
-¿Tienes alguna otra idea para el futuro?
-Ahora mismo, no tengo planes de futuro ni sé cuál será mi destino. Eso sí, si me sale alguna oportunidad interesante, me lo pensaría. Pero, de momento, pienso en el presente y en adquirir conocimientos que me sean útiles en mi futuro haciendo lo que me gusta. Cuando pienso que hace solo cinco meses no imaginaba que hoy estaría viviendo en Holanda, es cuando dejo de planear mi futuro. Nunca se sabe cuándo va a llegar nuestro momento en el que estemos 100% satisfechos. Por eso, lo mejor es no planear demasiado.
–¿Cuál sería tu sueño?
-Mi sueño sería trabajar como química, ya sea como analista o como investigadora, en mi tierra. Me encanta Huelva y me gustaría trabajar y vivir allí. No me importan los pasos que tenga que dar o el tiempo que tenga que pasar, si al final consigo lo que me propongo y espero que tarde o temprano llegue mi día.
-¿Algún mensaje final a los jóvenes investigadores onubenses?
-A todos los jóvenes que aún se encuentran estudiando o que acaban de terminar los estudios y no saben cuál será su futuro, les aconsejo que no se queden parados, que siempre hay alguna oportunidad de seguir formándose o realizar prácticas para adquirir experiencia y que, si en España no la tienen, que se vayan fuera una temporada y no se rindan. Que hay que luchar por lo que se quiere en la vida y que una estancia fuera de casa tiene muchas ventajas tanto personales como profesionales. Y si necesitan ayuda, también pueden contactar conmigo sin problema.
Por otra parte, quiero dar las gracias a todas las personas que han formado parte de mi carrera académica y profesional hasta ahora, -profesores, tutores de prácticas, compañeros de clase, de trabajo, etcétera-, y a toda la gente que me conoce, por animarme y apoyarme siempre en todas mis decisiones. Y, por supuesto, a la Fundación Atlantic Copper por concederme esta beca durante dos años de mi formación universitaria. ¡Un saludo a todos!