Carmen Palanco. nace en la localidad de Punta Umbría en el seno de una familia trabajadora, de la que hereda el amor por las pequeñas cosas. Desde muy niña Ferrera siente el compromiso por el ajeno y la necesidad de ayudar a las personas que ve tristes. Un sentido conciliador la empuja a preocuparse por la problemática social en aquellos que presiente necesitados de esperanzas; por eso acaba formándose como psicóloga en la Universidad de Sevilla.
Mónica cuenta, que el estudio de la psicología fue la salida a sus inquietudes y la respuesta a sus propias cuestiones existenciales. De alguna manera, no sólo quiso absorber la materia que la ayudase a impartir su profesión, sino que también, quiso que fuese la teoría que la auxiliase en primera persona. Debía pasar con anterioridad, por el mismo camino para llegar a ser la guía más completa de sus futuros pacientes. Esto no viene más que a validar su enorme implicación y su amor por la psicología, como instrumento de bien para esta sociedad necesitada de orientación.Por ello cuando se le pregunta, qué persigue, Ferrera concluye: Concibo la terapia psicológica como una potente herramienta para reestructurar la forma en que nos vemos a nosotros mismos, a los demás y al mundo, para así, ser capaces de crear una vida propia; amable, serena y equilibrada.
Su inquietud por la formación la lleva a especializarse en numerosas vertientes: problemas de pareja, confusión o desorientación existencial, baja autoestima, fobias, trastornos por pérdidas o duelo y un etcétera de causas que ella viene educando hacia el mejor de los efectos. Mónica es asidua a congresos, conferencias y cursos. Ella se amplía por la constante investigación; metodología vital, por la que se consolidan las sesiones terapéuticas que imparte en su consulta desde hace más de diez años.
Mónica y las humanidades; halo de concienciación por el que ha conocido la cara oscura en los páramos desiguales de nuestro mundo. Por diversos horizontes de dentro y también de fuera de nuestras fronteras, Ferrera ha sido soldado de primera fila para colores de la acuarela con la que trabaja. Su preocupación por ayudar la ha llevado a trabajar, a menudo de forma altruista, apoyando a víctimas de la violencia de género, enfermos de esquizofrenia, y familiares o personas con discapacidad.
Marcada por esa línea, Ferrera, vive una de las experiencias más enriquecedoras de su carrera y de su vida personal: en el año 2014 llega a Uganda de la mano del Proyecto Hegoak Sur desarrollados, que nace de una asociación sin ánimo de lucro que tiene como misión la reforma del Orfanato Mt Zion en Kampala.
La psicóloga se encuentra con el impacto propio de un país donde los niños invaden los orfanatos y la escasez los deja limitados y sin garantías. Un lugar que la acaba marcando y del que extrae una apertura conceptual importante, que la lleva a alentar a sus pacientes en la conciencia de ser feliz con lo que se tiene ya fomentar el valor que supone estar vivos en este lado amable del mundo.
Ferrera cuenta que llegó cargada de materiales que repartir entre aquellos niños, sin saber, que sería ella quien verdaderamente recibiese.
Mónica se completa en su afán por hacer llegar su trabajo y su conciencia, no sólo desde la sede de su consulta, también tiene un blog, donde publica con cierta asiduidad, artículos que llaman a la reflexión y que persiguen la educación emocional y condicional,para la mejora de los pesares que viene tratando de cerca:
La adicción al enamoramiento, La nostalgia en Navidad, Cinco decisiones para vivir intensamente, como si fuera el ultimo día, ¿Necesito un psicólogo?, La ansiedad por la comida, Reconquistar un amor, El poder de la gratitud en la transición al nuevo año, Superar la depresión sin fármacos son algunos de sus títulos.
También desde su página web, se atreve con algunos tutoriales que alecciona sobre técnicas de relajación y de meditación, donde su audio, Mujer valiosa, ha calado entre personas que padecen de una baja autoestima.
El amor hacia las personas dio a luz a una motivadora larva que cuelga de la rama de esta particular psicóloga, que en muchos casos cuaja en mariposa para alas de aquellos que la encuentran.