

Mari Paz Díaz. Los estudios de género están poniendo de manifiesto que la historia ha sido injusta con las mujeres, porque, en muchas ocasiones, han sido solapadas por los hombres, a pesar de que encontramos casos que rompieron barreras y fueron todo un ejemplo para su generación. Quizás sea por este motivo por el que el nombre de Eulalia Ruiz de Clavijo Aragón todavía esté poco extendido en la provincia de Huelva, a pesar de ser una onubense, nacida en Moguer en 1904, que fue la primera mujer procuradora a los Tribunales de España. Es cierto que, en los últimos años, la Asociación ‘Eulalia Ruiz de Clavijo’ de Moguer ha venido trabajando para dar visibilidad a la vida y trayectoria de esta mujer. Sin embargo, todavía es una figura bastante desconocida de forma generalizada.

Pero, ¿quién fue Eulalia Ruiz de Clavijo Aragón? Su biografía ha sido estudiada por el investigador moguereño Juan Manuel Moreno Orta, que recoge cómo Eulalia nació el 12 de febrero de 1904 en la Plaza de la Iglesia de Moguer. Luego, estudió en el colegio de las Monjas Esclavas Concepcionistas de la localidad, desarrollándose su infancia y juventud con total normalidad. Su vida, sin embargo, iba a cambiar a raíz de que se instala en la localidad moguereña el Servicio Telefónico en el año 1927. Entonces, una joven Eulalia Ruiz de Clavijo sería nombrada la encargada del centro, mudándose con su familia a la sede telefónica, situada en un edificio de la calle Burgos y Mazo. Su padre acaba de fallecer, por lo que, para cuidar de su familia, incluso, llegó a montar una casa de huéspedes.

Una actividad que compaginó durante la década de los treinta con los estudios de Bachillerato y de Magisterio conjuntamente. Una cuestión que llama más la atención si tenemos en cuenta que lo hizo por sí misma, sin profesor, acudiendo al instituto y a la Escuela Normal de Magisterio de Huelva sólo a hacer los exámenes, en los que obtuvo unas notas brillantes, puesto que la nota media fue de Sobresaliente. De hecho, impartió clases en su casa para ayudar a sus alumnos a sacarse el título de Bachillerato, al tiempo que daba clases de piano y de solfeo a estudiantes de Magisterio, poniendo de manifiesto así su enorme afición a la música.

Era una persona brillante, con muchas inquietudes, por lo que decide dar un paso más y estudia para ser Procuradora de los Tribunales, preparándose con la biblioteca personal del Juez de 1ª Instancia de Moguer, Aurelio Álvarez, con el que mantuvo una gran amistad. Estudió por su cuenta, acudiendo a la Audiencia de Sevilla a examinarse, pruebas que superó, convirtiéndose en la primera procuradora femenina de España. Comenzó ejerciendo la profesión en su localidad natal, al darse de alta como Procuradora en Moguer, una ocupación que compaginó con su labor como maestra y telefonista.

Así fue, al menos, hasta que sintió la necesidad de trasladarse a Madrid, donde residía la mayoría de sus hermanos. Tal y como recoge Moreno Orta, en 1946, Eulalia obtuvo la plaza de Procuradora en Alcalá de Henares, donde ejerció durante unos años, al cabo de los cuales consiguió ser dada de alta en Madrid, siendo también la primera mujer que lo conseguía. Realmente, no fue una etapa exenta de problemas, puesto que, incluso, tuvo que reclamar el lugar que le correspondía en el Colegio de Procuradores. Superadas las dificultades, en el año 1948 abrió un Despacho de Procuradora en su domicilio, al adquirir un piso en la calle Ferraz de Madrid, donde compartía domicilio con el poeta moguereño Francisco Garfias y una amiga de él, Amalia Junquera.

Una amistad que le permite a Eulalia mantener un importante contacto con la vida cultural y literaria de la capital madrileña, conociendo a personalidades como Antonio Oliver y su esposa Carmen Conde, otra mujer pionera, puesto que años más tarde, en 1978, ingresaría en la Real Academia de la Lengua. A ambas les uniría una gran amistad a lo largo de toda su vida.

Su intensa actividad, además, le lleva a mantener el despacho en Madrid mientras ejerce por las mañanas como Procuradora de la Delegación Nacional de Sindicatos, de cuya Asesoría Jurídica formó parte. Es más, estuvo trabajando hasta el año 1981, cuando tenía 76 años. Fue con esa edad cuando decidió retirarse del ejercicio de Procuradora de los Tribunales. Una labor que fue reconocida con la Medalla al Mérito Profesional, que recibió al cumplir los 25 años de ejercicio de la profesión. Su fallecimiento se produjo en Madrid el 16 de noviembre de 2000, cuando tenía 96 años.

Una trayectoria impecable que, sin duda, puede ser inspiradora para otras muchas personas, mujeres y hombres. Por ello, el mejor homenaje que le podemos hacer a esta pionera del ámbito judicial en España es recordar su historia. Pero, además, este año, el Colegio de Procuradores de Madrid, donde Eulalia fue la primera mujer en ejercer, decidía crear el premio ‘Eulalia Ruiz de Clavijo’, que se entregaba por primera vez con motivo del Día de la Mujer de 2017, un reconocimiento que en esta edición fue concedido a la Fundación Mujeres, por su labor en favor de la igualdad de oportunidades.

Durante la entrega del galardón, que tuvo lugar el 8 de marzo en Madrid, se puso de manifiesto la necesidad de seguir trabajando por la igualdad real entre hombres y mujeres. Una decisión que fue comunicada desde el colegio madrileño a la Asociación ‘Eulalia Ruiz de Clavijo’ de Moguer, que se mostraba muy agradecida y satisfecha por este reconocimiento a una moguereña, una onubense, que abrió muchas puertas en un campo, el jurista, que tradicionalmente había estado vedado para los hombres. Su ejemplo debe seguir inspirándonos. Gracias Eulalia.