Martínez Navarro. En sus lares patrios también se admira la labor musical del onubense universal. Así, en la revista “La Rábida”, de abril de 1928 el periodista que firmaba bajo el seudónimo de “Il Picolo” le dedicaba este artículo:
<<Pedro García Morales. Este onubense, es un prestigio musical conocido. La gran prensa inglesa y española se ocupan muchas veces de sus resonantes triunfos y al publicar hoy su retrato no hacemos más que rendir un tributo a uno de nuestros paisanos más ilustres.
Perico, como aquí se le nombra cariñosamente, casi desde la niñez se fue a Londres, donde perfeccionó con ardor los estudios de violín que había hecho con el maestro Hierro en Madrid. Joven de posición desahogada, su amor a la música le hizo maestro; entusiasta propagandista del arte español, escribió varias composiciones para violín y para canto, con letra inglesa, italiana y francesa, cuyos dominios domina. Tanto de algunas de sus obras de Infantes, Manen, Turina y otros autores españoles han hecho versiones con acompañamiento de orquesta; ha organizado y tomado parte en algunas fiestas musicales para Beneficencia en Londres, habiendo sido muy señalado el concierto en Wigmore Hall el año 18 bajo el Patronato del rey don Manuel y las reinas Victoria Augusta y Amalia de Portugal y varios Altezas Reales y sobresalientes figuras de la diplomacia, en beneficio del hospital de Dunston. Este invierno actuó con la orquesta de Boumermonth, en el Winter Garden, y Birmingham, para la B. B. C. Es amigo grande de las musas y las letras; pues publicó un libro de poesías, “Gérmenes” y colaboró en periódicos como “Country-Life”, “Hispania” y otros y fue muy señalada su intervención en la confección de un Diccionario de Música y Músicos modernos. En “The Queen”, decía el célebre crítico Fyrink que el trabajo por él empezados lo llevarían prominentemente hasta el público artista tanto en Inglaterra como en España.
Según leemos en la prensa últimamente llegada, ha tomado parte en un festival que empezó el 12 del actual, siendo así seguramente el primer músico de festivales que haya dirigido música española en esta clase de festivales ingleses. Su espíritu inquieto le ha hecho emplear su energía con una diversidad muy prolífica y sobre todo en la música que como dijo hace poco el crítico Legge del “Daily Telegraph”, aún todavía para mantener nuestra música y nuestra frontera, los trabajos son sin cuento mucho más que para introducirla y es a ambos fines a lo que ha dirigido y dirige su esfuerzo García Morales. Una de las composiciones últimamente interpretadas bajo su batuta por primera vez en Inglaterra, es la composición orquestal “Sevilla”, de Turina, y otra, la primera parte de la gran Sinfonía “Evocación” del maestro Torroba
Terminamos estas líneas sintiendo no poder ser más extenso sobre la interesante personalidad de nuestro paisano, felicitándole por el éxito de sus trabajos, deseándoselos mayores y manifestándole la alegría que en esta su Huelva, tan asociada al nombre de Colón con el famoso convento de La Rábida, lugar de sol radiante, fruta deleitosa…, etc., hay grandes deseos de verle y oírle, si posible fuera, con orquesta, bajo la influencia de su exquisita sensibilidad>>.
El 6 de septiembre de 1930 fallece en la Clínica del Dr. Macdonald, de Huelva, su hermano Francisco, después de una semana de cruel agonía, a consecuencia de la cornada que le infirió en su finca una vaquilla a la que había criado personalmente desde su nacimiento y a la que le daba de comer en sus propias manos.
Francisco García Morales siempre había militado en las filas del partido liberal. Fue Alcalde de Huelva, Diputado Provincial y cuando murió desempeñaba una tenencia en la Alcaldía.
Pedro se desplaza desde Londres, vive los últimos momentos de su hermano y llora desconsoladamente en su sepelio.
El día 4 de febrero de 1935, aparecía en la primera página del diario “La Provincia” la noticia de que por el radio podría escucharse, desde Londres, un concierto dirigido por don Pedro García Morales:
<<Desde Londres. Esta noche será radiado un concierto dirigido por don Pedro García Morales. Esta noche a las diez y cinco será radiado por la emisora de Londres Nacional, un concierto por la Orquesta Sinfónica de aquella capital, dirigida por nuestro querido amigo y paisano el prestigioso compositor don Pedro García Morales.
El programa será el siguiente:
Vaciaciones sobre un tema de Haydn, Brahms.
Balada de Senta. “El buque fantasma”. Wagner.
Soprano: Oda Slodvnskaya.
“Rapsodia”, Gaspar Cassadó (Primera audición en Inglaterra).
“Poemas en forma de canciones”, de J. Turina (Primera audición en Inglaterra).
Soprano: Oda Slodvnskaya.
“Danzas del juego del amor” (“Las campanas del amanecer”) “El amor brujo”. M. Falla.
“Rondalla”. E. Granados.
Los numerosos aficionados a la buena música estarán hoy pendientes de la onda de Londres (1.140 K. C. 201.1 M. 60 Kw) para a la par que saborean un admirable concierto, “escuchar” el éxito de un onubense que triunfa en Londres>>.
Asistamos, acompañados del gran crítico musical Carlos Rey Mora, e inserto en el diario “La Provincia” del día 5 del citado mes, a este concierto:
<<La Sinfónica de Londres y Pedro G. Morales. Anoche, a las 10 y 6, como estaba anunciado, radió la Emisora Londres Nacional, un magnífico concierto de la excelente Orquesta Sinfónica de Londres, bajo la dirección de nuestro paisano don Pedro G. Morales.
Los numerosos radios-escuchas onubenses escucharon con gran perfección el gran concierto admirablemente dirigido por nuestro paisano Pedro de Morales (que es su nombre profesional) que eligió un precioso programa en el que al lado de dos obras maestras de la música alemana, hubo trozos de la buena escuela española moderna.
Las obras extranjeras fueron las ocho variaciones sobre un tema de Haydn, de Brahms, a la que dio una justa y sobria versión y la “Balada de Benta” (de “El buque fantasma”), de Wagner, en la que colaboró la célebre cantante rusa de la Opera de Petrogrado, Oda Srodvoscaya, la cual posee una voz sencillamente maravillosa.
La “Rapsodia” de Cassadó, me pareció excesivamente larga en su desarrollo, aunque bien construida; en cambio un encanto las “Canciones” de Turina, que la citada cantatriz dijo de modo admirable y en español por influencia y gran amistad con nuestro paisano.
Terminó el programa con dos danzas de “El amor brujo” del gran Falla.
Todas las obras fueron dichas magistralmente por la Orquesta y muy bien dirigidas.
A nuestro gran amigo Pedro de Morales, que tan excelente labor españolista está haciendo en Londres y de la que nos ocuparemos otro día, vaya nuestra más cariñosa felicitación y un fuerte abrazo>>.
En 1936 fallecerá su hermano Santiago, gran rociero…
Ya hemos dicho que un momento de luz para Pedro García Morales fue la primera inclinación amorosa hacia Zenobia Camprubi, cortada drásticamente por la boda de ésta con su amigo Juan Ramón Jiménez. Sin duda alguna, otras mujeres se cruzaron en la vida del ilustre compositor andaluz. Pero es difícil aventurar entre las posibles relaciones sentimentales que el músico mantuvo con ellas; quizás, por el testamento verificado en Madrid el 1 de diciembre de 1933 ante el abogado y notario don José Valiente y Soriano, en el que Pedro García instituye heredera usufructuaria de todos sus bienes a Miss Clara Barnett, nacida en Briston (Gran Bretaña) en 1869, de estado indeterminado, por no constar la existencia de su marido, vecina de Londres, en la calle Asmond Road Bedford Park, Distrito W. 4, del que deducimos que fue con esta señora inglesa con la que vivió García Morales una larga relación sentimental, ya que si no, parece absurdo que la dejara como la única heredera. Pueden existir otros motivos ajenos a los dardos de Cupido, pero…
En el comienzo de la guerra civil española, García Morales empieza a pasar apuros económicos, no le llega el dinero que le proporcionan sus vastas posesiones en su ciudad natal. El administrador de estas fincas le decía que había entonces dificultades para la remisión de capital por la situación bélica que atravesaba el país. Pero, lo que en verdad ocurría es que E. Pérez, que así se llamaba su administrador y al que Pedro conocía desde la más tierna infancia, al estar revestido de los más amplios poderes, vendió una parte considerable de los bienes del compositor, colocó otros a su nombre o al de algún pariente y se apropió del dinero obtenido por las ventas y rentas.
Esta situación económica que “presentía”, unida a la etapa de transición que vivía y al estallido de la contienda, que también le afectó, lo pusieron al borde de la desesperación. Viendo el cariz que tomaban los acontecimientos, la familia de la señorita Barnett se puso en contacto con la familia del compositor con el fin de llevarlo a Huelva. Y así ocurrió: un hijo de la señora Barnett lo acompañó en un barco hasta Gibraltar, donde era esperado por su sobrina Emilia García Limón y el esposo de ésta, Juan Luis Martínez del Cerro, que lo llevaron a vivir con ellos a Cádiz, ciudad en la que residió algunos meses. Nada más llegar a Andalucía don Pedro, que, como hemos citado anteriormente, se imaginaba lo que estaba pasando, encargó a Juan Luis Martínez que determinase la situación de sus posesiones, y cuando, tras las oportunas investigaciones, le comunicaron la necesidad de demandar al administrador, el músico se opuso a ello, ya que se consideraba también culpable de lo ocurrido, puesto que si hubiese prestado más interés a la gestión de sus asuntos el secretario no habría podido obrar como lo hizo.
Durante su estancia en la bella Tacita de Plata, García Morales continuó con la fuerte depresión que le embargaba. No se vestía ni se afeitaba, caminaba por la calle pensativo, procuraba no hablar con nadie, evitaba comer con el resto de la familia. En estos meses llevaba puesta una visera verde porque “le molestaba el sol de Andalucía” y se apoyaba en un bastión.
Un día fueron a visitarlo a Cádiz el Sr. Bermúdez y dos íntimos amigos de don Pedro, ambos médicos y uno de los cuales había sido alcalde de Huelva. Esta visita le produjo una fuerte conmoción emocional, ya que le disgustó que lo encontraran desaseado y con el espíritu tan abatido. Una vez que se marcharon se mostró inconsolable, muy violento, llegando incluso a romper algunos objetos a bastonazos.
Los hermanos Duclós aconsejaron que se le sometiese a tratamiento. Por ello, tras una breve estancia en una casa de salud, lo trasladaron a Huelva donde se le habilitó una vivienda en una de las posesiones de uno de los hermanos García Morales llamada “Villa Conchita la Chica”, a la entrada del Conquero. Fue entonces cuando a consecuencia de la depresión decidió acostarse y no levantarse más, por lo que fue preciso contratar a un enfermero y a otras personas para que se ocupasen de su cuidado. Al parecer se negó a recibir visitas con la excepción de un padre de la Compañía de Jesús.
Esto no le extrañó a la familia, ya que era un hombre de profundas convicciones religiosas, que quizás influyeran en sus depresiones, toda vez que creía no haber llevado una vida acorde con sus creencias.
El 9 de diciembre de 1938, aquel compositor cuya música se filtraba a través de un velo poético que mostraba su inconfundible sello, aquel español que desdeñó la dirección permanente de una de las mejores Orquestas de Inglaterra y el título de Sir del Imperio Británico para seguir teniendo la nacionalidad española, fallecía en la hacienda del Conquero de su amada Huelva.
La prensa local se hacía eco de este fallecimiento en las páginas del día 11, con el siguiente texto:
<<Ha muerto don Pedro García Morales, a los sesenta y un años de edad. Ha muerto cristianamente, como vivió siempre. Que don Pedro era modelo de caballero cristiano.
En la buena sociedad de Londres, en la que contaba con grandes simpatías y con verdadera admiración, como ciudadano español ejemplar y como compositor inspiradísimo y sublime maestro del arte de la Música, que tanto supo sentir y hacer sentir en el violín, del que era dominador y virtuoso magnífico, causará esta muerte el más hondo pesar. Allí convivió muchos años y allí brilló por su talento artístico. Y desde allí tuvo siempre su recuerdo constante y cariñoso para Huelva, la tierra que lo vio nacer.
La noticia del fallecimiento que registramos, al ser conocida en nuestra capital produjo consternación entre las muchas amistades con que contaba el ilustre paisano que acaba de desaparecer de este mundo, siendo el último de los cuatro hermanos que han muerto.
La estimación de la que gozaba y de la que goza la distinguida familia doliente, se han visto patentizadas en el acto del sepelio, verificado ayer a las once y media de la mañana, constituyendo una sentidísima manifestación de duelo.
El féretro fue colocado en coche estufa de la Agencia de Pompas Fúnebres V. Morales.
Y en la presidencia del fúnebre cortejo figuraba el arcipreste Guzmán López y el Padre Vergara; sobrino del finado, don Pedro Enrique García Sandón; sobrino político, don Manuel Garrido Garrido; don Andrés Bermúdez Cifra, don Santiago Osorno y otros afectos.
En paz descanse el alma del caballeroso señor don Pedro García Morales. Y reciban la expresión de nuestra condolencia, doña María de la Cinta Morales, tía del extinto, y hermanas políticas, sobrinos y demás familia>>.
Por la belleza musical que brotaba de su alma, Pedro García Morales merece ocupar un puesto en el escalafón de los grandes de la música culta hispana. Si Turina fue un lírico, y un genio de música arrolladora Granados. Si Albéniz hizo de la melodía el lenguaje del alma española, y Falla lo sumergió todo en la más pura armonía, el Boceto Andaluz tuvo, y tiene, el don de atraer y fascinar a las almas generosas.