A.R.E. ‘La vida cambia en un instante’ es una frase hecha, pero no por ello menos cierta. Un pestañeo y todo lo construido con esfuerzo y devoción a lo largo de los años puede irse al traste sin opción de retorno. Algo así le ocurrió a Antonio Chaves, un onubense polifacético cuya historia bien podría dar para el argumento de una película.
En 2011, Antonio trabajaba en una empresa de pescados y mariscos. Se levantaba a las cuatro de la madrugada para ir a la lonja, adquirir el género, envasarlo, distribuirlo y venderlo. Un día, tras regresar de un reparto que había realizado en Sevilla, fue a tomarse una cerveza. Estaba cansado y le dio una bajada de tensión con tan mala suerte que se desvaneció y cayó por una escalera golpeándose en un lateral de la cabeza.
Cuando se despertó estaba en el hospital. Había pasado 20 días en coma a causa de un traumatismo craneoencefálico y no recordaba nada, ni siquiera era capaz de hablar o andar. «Los médicos me dijeron que era un milagro, porque estaba medio muerto. Abrí los ojos y no sabía ni cómo me llamaba. No podía hacer nada. Fue como si a los 45 años naciera de nuevo«, afirma ahora Antonio, quien poco a poco ha ido recuperando las capacidades que perdió aquel fatídico día de 2011.
Tuvo que poner el contador a cero y aprender de nuevo a hablar y a andar, recibiendo para esto último rehabilitación en el hospital. Palabra a palabra, paseo a paseo, la evolución ha sido constante en estos seis años y pico, aunque tremendamente dura, teniendo aún problemas de equilibrio y pronunciación. Pero como cualquier situación, incluso la más difícil, puede volverse en oportunidad, para aprender a escribir de nuevo se apuntó a un curso para mayores y acabó sacándose la ESO, pues hasta entonces sólo había completado los estudios de EGB.
Pero Chaves es consciente de que aún le queda camino por recorrer para ser el que era, de que necesita tiempo: «soy una persona normal, pero mi cabeza no está bien aún. Sigo tomando una medicación que me ayuda a unir los puntos de la mente, para hacer conexiones», explica el onubense.
Y es que Antonio, divorciado y padre de dos hijos, era una persona tremendamente activa y versátil, que había desarrollado multitud de trabajos, siendo una de sus facetas más conocidas la de músico. Siempre fue autodidacta, empezó tocando el acordeón con 14 años y a los 16 entró en la famosa Orquesta Sagitario, cuyos componentes, impresionados por sus dotes musicales innatas, lo contrataron e integraron en la empresa. «Éramos ocho músicos, pero de los de verdad, y actuábamos por toda España, Portugal y también en el norte de África. Yo era pianista, compositor, cantante… Toqué en algunas ocasiones con David Bisbal cuando aún no era conocido e iba por los pueblos de Andalucía», asegura Chaves, quien de tanto viajar llegó a aprender varios idiomas.
Asimismo, el onubense compaginaba la Orquesta con varios trabajos, de electricista, fontanero, oficial de albañilería, escayolista… Era tan manitas que sus amigos lo llamaban MacGyver, como el habilidoso personaje de la serie americana de televisión. Además, siempre se le ha dado bien la informática, llevando a cabo actuaciones en este sector desde hace más de 20 años.
Cuando se disolvió la formación musical, Antonio entró como empleado de mantenimiento en Mapfre y, posteriormente, formó parte de la plantilla de la citada empresa de mariscos y pescados hasta el día en que se quedó en coma. «A partir de aquel suceso todo se acabó. Fue un palo muy gordo. Cuando desperté, mi pareja, que ha sido mi salvavidas, estaba allí y, al cabo de los años, empecé a recordar cosas. Ahora, por ejemplo, me vienen claros recuerdos de mi niñez, de cuando tenía siete u ocho años. Es como si mi memoria empezara a resetearse«, explica Chaves.
En relación a sus días en el hospital, Antonio también cuenta que vivió una experiencia muy similar a la que narran personas que, como él, se han encontrado al borde de la muerte. Según el onubense, durante aquellos 20 días de pérdida de consciencia, tuvo la sensación de que se encontraba en una especie de limbo, de universo paralelo, en el que se le apareció un amigo que había fallecido hacía unos años. Ambos mantuvieron una conversación que Antonio recuerda así: «Él iba en un barco y yo le pregunté ‘¿me voy contigo?’. Me respondió: ‘No, tú te quedas’. Y así fue, desperté».
Como es lógico, al recuperar su vida Chaves empezó a reflexionar sobre todo lo que le estaba pasando y se planteó una cuestión que cualquiera en su lugar se habría hecho: ¿por qué? ¿por qué me está ocurriendo esto a mí? Después de darle muchas vueltas, el músico concluyó que si había vuelto a la tierra era porque tenía que hacer algo, marcándose un cometido muy concreto: ayudar a las personas que tienen problemas de discapacidad.
Así pues, cuando se encontró en condiciones, hace aproximadamente dos años y medio, Antonio se puso en marcha y afrontó esa misión desde un punto de vista divulgativo, poniendo su granito de arena a través de su trabajo en varios medios de comunicación. En este sentido, Chaves se ha convertido en un técnico multimedia todoterreno que desempeña su labor en tres emisoras on line: radiomazagon.com, huelvaradiovision.com y RadioDisc.com, teniendo la peculiaridad esta última de que todos los empleados de ésta son personas con alguna discapacidad.
En este sentido, el onubense también reconoce que desde su renacimiento ve la vida de manera muy diferente y que, sobre todo, se ha vuelto mucho más empático. Como él explica: «soy una persona que siente mucho más que antes. Yo veo a alguien que lo está pasando mal y lo siento como si me pasara a mí. Me hago cargo de las cosas de los demás quizá más que de las propias».
Conociendo su historia, no es de extrañar que este 2017 su esfuerzo por recuperarse y ayudar a otros a que afronten sus adversidades haya sido reconocido con el Premio Superación Personal que otorga el Consejo Local de Autonomía Personal de Huelva. Un galardón que el onubense recogió en la noche del 26 de enero y por el que se siente muy honrado y agradecido.
En suma, Antonio Chaves es uno de los increíbles casos reales de personas que logran sobreponerse a la adversidad y salir adelante, siendo un ejemplo de esfuerzo, paciencia y trabajo para toda la sociedad.