Antonio J. Martínez Navarro. Fue comediógrafo notable y casi nadie lo recuerda ahora, salvo el que viva en la calle que en el nomenclátor onubense toma su nombre o sean vecinos que moren en vías muy cercanas a ella, vía situada entre las de Sánchez Barcaíztegui y Ramón López, o bien que repasemos las vicisitudes del pasado onubense, como es nuestro caso. Nos estamos refiriendo a Luis de Vargas y Soto.
Nació don Luis en Huelva el sábado 6 de junio de 1891, en el seno de una familia compuesta por don Carlos de Vargas y Díez de Bulnes y doña María de Soto y Colóm.
Cursó el Bachillerato en el Instituto General y Técnico situado en la calle Méndez Núñez y, siendo adolescente, marchó a Madrid con su familia, donde fijaron su residencia.
En la ciudad del Oso y del Madroño se dio cuenta cabal, siendo joven hecho y derecho, de que no había conquistado ningún título, ni para curar enfermos, ni para defender ningún pleito, ni incluso, para enseñar y, hallándose sin dinero y necesitando vivir, echó sus cuentas, las cuales le advirtieron que, escribiendo comedias y con un buen caudal de esperanza, acometividad, entusiasmo y ganas de triunfar, podría escalar las cumbres, pobladas entonces por hombres de la talla de Pedro Muñoz Seca, los hermanos Álvarez Quintero, José Echegaray, Vital Aza y un largo etcétera.
Se embarcó al mundo de la comedia, mostrando el talento que le asistía, en una obra teatral titulada “Santo con gracia”. Fue su primera obra y su primer éxito.
El 11 de febrero de 1914 se metió en la imprenta y se puso a la venta el aplaudidísimo y citado sainete en un acto “Santo con gracia”, original de Luis de Vargas y Soto, y que había estrenado a fines de diciembre del año anterior con gran éxito en el Teatro Lara de Madrid.
Siguieron a esta obra, con buen gusto literario, pues era su estilo las que se titulaban “Juan de Madrid”, “Cinema”, “Modistillas y perdigones”, “Las de Mochales”, «Los lagarteranos” y “Don Floripondio”, aplaudidas, como se debía, en los diarios de toda España, sobre todo de Madrid y de su patria chica.
A los once o doce años de comenzar a escribir, todo el ámbito nacional quedó convencido de que la letra de Luis de Vargas era algo extraordinaria.
Luis de Vargas interesa al gran público. Así, en la página 76 de la revista “Blanco y Negro” del día 29 de enero de 1928 se recordaban, ante el inminente estreno de “Los lagarteranos”, sus inicios en Madrid:
<<…En la temporada de 1920-21 estrena por primera vez con Loreto y Chicote un chico sencillo y modesto que se llama Luis de Vargas. Ofrece al “respetable” una obrita: “Modistillas y perdigones”. Este muchacho, encogido y asustadizo, con aspecto de fraile, vuelve de nuevo al escenario del Cómico cinco años después para recibir los aplausos que le vele el estreno de “Las de mochales”. Al año siguiente (1926) él es quien devuelve al teatro de la calle de Capellanes el esplendor de sus mejores días. “Charlestón” se sostiene en el cartel más de trescientas noches y da al autor y a la Empresa miles y miles de duros.
Por fin nos encontramos en los días que corren, frígido invierno de 1927-28, Loreto y Chicote, ¡siempre ellos! Estrenan una nueva comedia, que no interrumpe la brillantez de sus temporadas, sino que, por el contrario, la continua; esta comedia es otro éxito “de los suyos”, y hace el número quinientos de los estrenos que en sus treinta años de vida artística juntos la pareja insigne ha traído al mundo. Esta comedia se llama “Los lagarteranos”, lleva más de doscientas representaciones y la firma Luis de Vargas, el muchacho sencillo y modesto, con aire asustadizo.-..>>.
Vargas Soto, erre que erre, continuó haciendo centenarias en las carteleras de los grandes teatros obras como “Don Floripondio” y llegó a la cúspide más alta con su obra genial “Charlestón”. El Ayuntamiento onubense estaba convencido de que las letras de Luis de Vargas y de su paisano Luis Manzano, también comediógrafo, eran algo extraordinario. Menudísima, dicharachera, sin tachadura, firme, como impresa pertenecían al pensamiento de dos grandes onubenses, también precisos, expresivos, con galanuras adecuadas para que sus obras permaneciesen durante meses en los mejores teatros y, en la sesión municipal del 11 de noviembre de 1926, el Ayuntamiento onubense los declaraba a ambos Hijos Predilectos de la Ciudad, de su ciudad, Huelva:
<<…A continuación el Sr. Alcalde recogió la idea lanzada a la publicidad de un homenaje de cariño y admiración a los ilustres hijos de esta ciudad don Luis Manzano Mancebo y don Luis de Vargas Soto, que en plena juventud han conquistado un lugar preeminente en la literatura dramática y solicitando de los Sres. dela Comisión su parecer.
El Sr. Rey dedicó calurosos elogios a los citados onubenses, cuya gloria es orgullo de la ciudad, y propuso se declarase a los mismos “HIJOS PREDILECTOS DE LA CIUDAD”, como muestra del cariño y admiración a que se han hecho acreedores.
El Sr. Plata se asoció calurosamente a la propuesta e indicó que este homenaje debía ser sin perjuicio de asociarse el Ayuntamiento a otros actos que se organicen en honor de los ilustres y jóvenes paisanos.
Así se acordó y por unanimidad>>.
El día 1 de abril de 1927 los amigos y admiradores de los aplaudidos comediógrafos onubenses don Luis de Vargas y don Luis Manzano, le ofrecieron un espléndido almuerzo en el Círculo Mercantil y Agrícola. Al día siguiente, el diario onubense “Las Noticias” comunicaba a sus lectores tan merecido acto:
<<Ayer a la una y media de la tarde se efectuó en el Círculo Mercantil un espléndido almuerzo en honor de los aplaudidos autores de “Doña Tufitos” y “Charlestón”.
En la mesa presidencial se situaban estos autores. A su derecha el Gobernador Civil interino don Rafael Barnuevo y a su izquierda el Alcalde de Huelva, don Juan Quintero Báez.
Leyó unas cuartillas don José Pablo Martínez que puso de manifiesto la obra en pro de Huelva de sus ilustres hijos>>.
Ambos autores, Vargas y Manzano, se hallaban en el apogeo de su gloria. De esta forma, “Diario de Huelva” les comunicaba a sus lectores el 24 de noviembre de 1928 una excelente noticia cultural:
<<Nueva Agrupación Artística. Llevará el nombre de los espléndidos autores onubenses Vargas y Manzano.
Varios señores amantes de la cultura organizan con verdadero entusiasmo la creación en esta capital de una Agrupación Artística bajo los fines de cultivar el bello arte de Talía.
Los entusiastas organizadores han tenido la feliz idea de titular a la nueva entidad próxima a constituirse, con el nombre de “Vargas y Manzano”, afortunadísimos y aplaudidos autores onubenses que honran a su patria chica.
Es la primera vez que una Sociedad Cultural onubense lleva el título de autores locales>>.
Entretanto, este empedernido solterón había decidido casarse y escogió como esposa a Ángeles Díez Aguirre que iba a ser para él una compañera excelente.
El casamiento de Luis de Vargas era contado en el “Diario de Huelva” el viernes 14 de diciembre de 1928:
<<A las seis de la tarde del día 12, como habíamos anunciado, se ha celebrado en la iglesia de San Jerónimo el Real, de Madrid, la boda de la bella y distinguida señorita Ángeles Díez Aguirre con nuestro queridísimo amigo y paisano el aplaudido autor cómico, don Luis de Vargas y Soto.
La bendición tuvo lugar delante de una preciosa imagen de la Virgen del Pilar, que regalaron al nuevo matrimonio los artistas que forman la Compañía Aurora Redondo y Valeriano León; el altar estaba preciosamente adornado con profusión de luces y flores.
Fueron apadrinados los contrayentes por don Gonzalo Díez Aguirre, hermano de la novia; y doña Dolores de Vargas, hermana del novio. Actuaron como testigos por parte del novio don Pedro Muñoz Seca, don Manuel Sánchez Ramos, don Luis Manzano y don Nicolás de Vargas, y por parte de la novia, don Jorge de la Cueva, don Manuel Gutiérrez Navas, don Laureano Peralta y don Leopoldo Oria.
Terminada la bendición, los numerosos invitados que casi llenaban la iglesia se trasladaron al Hotel Ritz, en donde se sirvió una merienda.
Los novios salieron para Algeciras, Granada, Huelva y Sevilla, estando de regreso a Madrid el día 22 para continuar a Zaragoza, Valencia y Barcelona.
En la última de estas poblaciones asistirá Luis de Vargas al estreno de ¿Quién te gusta a ti?, por la Compañía Redondo-León>>.
La presencia en su ciudad natal del eminente comediógrafo no pasó desapercibida para sus paisanos. Así, el “Diario de Huelva” daba cuenta de su estancia en Huelva en su viaje de luna de miel:
<<En viaje de bodas se encuentra en Huelva, acompañado de su joven y bellísima esposa, nuestro muy querido amigo y paisano el aplaudido autor cómico, don Luis de Vargas y Soto
El nuevo matrimonio se propone permanecer en Huelva varios días.
Saludamos a los señores de Vargas…>>.
En 1930 José Caballero se traslada a Madrid para estudiar Ingeniería Industrial que abandona dos años después para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En estas fechas, a través de su padre conoce al comediógrafo Luis Vargas Soto y ambos quedan fascinados por el quehacer artístico del otro. Y advirtiendo que las comedias de don Luis tenían mucho “gancho”, don Valentín del Pedro, propietario y director de la Editorial “Estampa”, que había creado una colección con mucho prestigio en su tiempo titulada “La Farsa”, que cada semana publicaba una obra de teatro de un autor consagrado, creyó que las obras del autor onubense tenían en encanto, originalidad e interés propios.
Don Luis de Vargas necesitaba que alguien le hiciese las portadas e ilustraciones interiores y vio para este menester como dibujante idóneo a su joven amigo y paisano José Caballero.
Imaginemos a Luis de Vargas sentado ante su mesa y creando las graciosas comedias que llenaban de encanto las noches de los teatros de Madrid. A su lado, solícita, su esposa…
El martes, 26 de diciembre de 1933, el diario “La Provincia” anunciaba un nuevo éxito que engrosar el haber literario de Luis de Vargas:
<<Nuestro querido paisano Luis de Vargas, acaba de conseguir un nuevo y resonante éxito que tiene que sumar a los muchos ya por él conseguidos en su carrera de autor teatral, con su nueva comedia “MI abuelita la pobre”, que se estrenó en la tarde del pasado sábado en el teatro Cómico de Madrid.
La prensa madrileña elogió de manera encomiástica esta nueva producción de Luis de Vargas que ofrecen tanto Prados como Milagritos Leal, sendos papeles de gran lucimiento.
Nuestra enhorabuena más cordial y entusiasta a Luis de Vargas, digno hijo adoptivo de Huelva, que hace nombre en sus escritos, al suyo, el nombre de nuestra capital>>.
Tanto en Madrid como en su patria chica el renombre de Luis de Vargas crecía cada año. Y para saciar la gran necesidad que existía en nuestra capital de que se pusiera en algún proscenio onubense, el día 23 de febrero de 1934 venía a actuar a la prestigiosa ciudad de armadores y minería la Compañía de Anita Adamuz. Al día siguiente, contaba el diario “La Provincia” aquel acontecimiento teatral:
<<Anoche y por la Compañía de Anita Adamuz que con tanto éxito ha venido actuando en el Gran Teatro se descorrió la cortina de dicho coliseo para presentarnos la nueva obra de nuestro querido paisano Luis de Vargas “Mi abuelita la pobre”.
Ya los críticos más autorizados de la prensa madrileña en ocasión del estreno, recibieron esta nueva producción con la más entusiasta acogida.
La obra era según aquellos críticos de indiscutible factura, de la mejor cotización en el mercado de comedias, en el arte y la ciencia de hacer las cuales Luis de Vargas está perfectamente definido, y no de ahora precisamente.
Así vienen opinando los beligerantes del mundo de la crítica teatral y así opinaron cuando, por primera vez, apreciaron los valores de la comedia “Mi abuelita la pobre”.
Después de ello, y habiendo leído todos aquellos comentarios que pregonaban anchamente las excelencias teatrales de esta producción, poco hemos de decir nosotros solo nos resta añadir que el éxito que anoche alcanzó en Huelva puede muy bien parangonarse con el de su estreno en Madrid, y así le irá sucediendo a esta producción en cuantas ciudades se vaya dando a conocer.
La interpretación de la obra estuvo muy acertada por parte de Anita Adamuz y sus huestes sobresaliendo sobremanera Natividad R. Casanova en su papel de Mili, el “chico” audaz., travieso y muy de hoy que juntamente con doña Campanitas llevan el peso de la obra>>.
Madrid, visto desde los Carabancheles, era una tierra de promisión, por lo menos para Luis de Vargas, quien, gracias a sus inteligentes creaciones contemplaba el caserío matritense con la avidez de un hambriento ante una hogaza de pan. ¡Allí seguía estando su futuro! De allí arrancaban los caminos del éxito y obtuvo un triunfo clamoroso con una nueva comedia titulada “Compañero del alma”. El miércoles, 9 de mayo de 1934, “La Provincia”, jubilosa, narraba las peripecias teatrales de su honrado paisano:
<<Anoche en el Teatro Fontalba de Madrid y por la Compañía de Carmen Díaz, se estrenó una nueva comedia de nuestro muy querido paisano Luis de Vargas titulada “Compañero del alma”.
La obra desde sus comienzos entró de lleno en el público y, al echarse la cortina en el primer acto, el autor escuchó clamorosas ovaciones que se repitieron con mayor entusiasmo, si cabe, a la terminación de los otros dos actos restantes.
Luis de Vargas, triunfó clamorosamente anoche en el Fontalba, triunfo que compartió con la genial Carmen Díaz, quien protagoniza la obra haciendo una verdadera creación del tipo a ella encomendado.
Sinceramente nos congratulamos de este nuevo éxito de nuestro paisano, que viene a engrosar la suma de los muchos tan resonantes por él obtenidos en su ya fecunda carrera artística>>.
Apenas cuatro meses más tarde era coronado con el stephanus del éxito en la presentación de la comedia “Madrileñita bonita”. “La Provincia” del 17 de septiembre de 1934, siempre atenta, decía al respecto:
<<Nuestro muy querido paisano el aplaudido autor Luis de Vargas, que tantos éxitos tiene ya obtenidos en su brillante carrera artística, ha estrenado en el teatro Cómico de Madrid, por la Compañía de Loreto y Chicote, una nueva producción.
“Madrileñita bonita” es el título de la más reciente obra de Luis de Vargas y con ella en la noche del sábado –noche de su estreno- obtuvo un clamoroso triunfo.
Nuestra más entusiasta enhorabuena a este hijo de Huelva, que al colocarse con personalidad tan definida en la primera fila de los autores españoles tan alto pone fuera de su tierra el pabellón de ésta>>.
Si los sainetes de Luis de Vargas siguen siendo vistos, a pesar de los cambios de costumbres y conceptos de vida, diametralmente opuestos de aquella época a la actual, como bellos y festivos testimonios literatos, es curioso divulgar una biografía donde garbo y pena, gracia y dramatismo se presentan muy entrañablemente unidos, como en la vida. Así, al unísono que los éxitos, Luis de Vargas recibió la visita de la Parca en su propia casa. Sobre esta desgracia decía “La Provincia” del día 29 de septiembre de 1934:
<<Al cielo. Angelita de Vargas Díez. Nuestro querido amigo y paisano don Luis de Vargas, y su distinguida esposa doña Ángeles Díez Aguirre, tienen hoy la pena del fallecimiento de su hija Angelita. El hogar de los señores de Vargas siente el vacío que deja una preciosa criatura que ha dejado de existir a los dos años de edad., cuando se hallaba con sus padres en ocasión de residir éstos en Moralzarzal (Madrid) pasando la temporada veraniega.
Es la pérdida para siempre de la hija única en esa edad del mayor encanto de las criaturas, cuando toda la felicidad de los que le dieron el ser se cifra en ellas. Es el dolor horrible que se adueña delas almas de los padres por obra de la inexorable transición de la vida a la muerte.
Al contagio de tal pena, trazamos estas líneas deseando resignación a los padres ante tan rudo golpe, por el que le testimoniamos nuestra más profunda condolencia, haciendo extensiva nuestro pésame a toda la demás distinguida familia doliente.
Con tal motivo han salido para Madrid donde mañana por la tarde se verificará el sepelio, don José y don Federico Muñoz de Vargas>>.
No muchos años después fallece doña Ángeles Diez de Aguirre. Y don Luis volvió a su soledad poblada de fantasmas, de tristezas sin fin… Pero, el ilustre comediógrafo no estaba olvidado en su ciudad. Así, en el abono de la Compañía de Fernando de Granada y Tina Gascó, que hacía su presentación en el Gran Teatro, de Huelva el día 11 de mayo de 1942 anunciaba el siguiente repertorio de siete obras: “Salón de té” de Luis de Vargas. “El delirio “y “Filigrana” de Antonio Quintero. “Viaje de negocios” de Rafael López de Haro; “Papá se casa” de Leandro Navarro, “La cura” de Pedro Muñoz Seca y García Velloso y “Cristina Guzmán, profesora de idiomas” de Carmen de Icaza y Luis de Vargas.
La salud de Luis de Vargas no es de esperanza en el año 1949. No llega a los sesenta años y está envejecido. Ni Madrid ni aún Huelva le es suficiente para seguir aspirando a vivir un solo instante más. La grave enfermedad que lo llevó a la muerte lo llevó de nuevo a las páginas de los periódicos. El viernes 19 de junio de 1949 el diario “Odiel” les decía a los onubenses que Luis de Vargas había fallecido:
<<Ha muerto en Madrid, ayer día 18 de agosto, don Luis de Vargas y Soto, Hijo Predilecto de Huelva.
Luis de Vargas, como entrañablemente le llamaban sus paisanos, cultivó con éxito la difícil tarea de escribir para el teatro y su nombre, en Madrid, llegó a escalar la cumbre de la fama para orgullo nuestro.
Sus obras tenían la virtud de deleitar al espectador, ofreciéndole vivas estampas de la vida real sazonados de fino humor y de no menos depurada ironía.
De talento claro y abierto siempre al optimismo, más que comediógrafo fue un genial sainetero.
Las empresas se disputaban sus obras y muchas de ellas lograron hacerse centenarias en los principales teatros de Madrid.
Aún recordamos el éxito clamoroso de “Charlestón”, en la que fustigaba la cursilería de la juventud de aquella época, haciéndole popularísimo en todo el ámbito nacional.
Huelva le premió entonces con el título de Hijo Predilecto de la Ciudad, en unión de Luis Manzano, otro paisano nuestro que también sabe honrarnos como autor teatral.
Poseía Luis de Vargas, entre otras virtudes, su ingénita caballerosidad.
La noticia de su muerte en Madrid ha causado profundo pesar en Huelva, donde tanto se le quería.
Testimonio de ello son las numerosas muestras de pésame que viene recibiendo su distinguida familia, muy en especial su hermana, la respetable señora doña María luisa de Vargas, viuda de Muñoz>>.
Repasemos con rapidez la vida literaria de Luis de Vargas. Estrenó las siguientes comedias: “Santo con Gracia”, “Juan de Madrid”, “Cinema”, “Modistillas y perdigones”. “Las de Mochales”. “Los lagarteranos”. “Don Floripondio”. “Charlestón”. “Seis pesetas”. “Las pobrecitas mujeres”. “¿Quién te quiere a ti?”. “La de los claveles dobles”. “Mi abuelita la pobre”. “Concha Moreno”. “Los vestidos de la señora”. “El señorito Pepe”. “Salón de té”. “Mis chavales”.
Las obras de Luis de Vargas fueron editadas en La Farsa, Sociedad General Española de Librería, Establecimiento tipográfico de Sáez Hermanos, Imprenta de L. Rubio, Establecimiento Tipográfico de J. Amado. Sucesor de R. Velasco y Talleres Grafica Piñera. Y estrenadas en el teatro Cómico de Madrid, Teatro Lara de Madrid, Teatro Infanta Isabel de Madrid y Teatro Eldorado, de Barcelona.
Escenificó la novela de Carmen de Icaza, “Cristina Guzmán, profesora de idiomas”.
Pero Huelva no lo olvidaba. Así, en la sesión Permanente del día 15 de mayo de 1965 se acordaba acceder a la petición del Ateneo de Huelva y rotular a dos calles de la ciudad con los nombres de Luis Vargas y Luis Manzano Mancebo.
<<…De conformidad con lo informado por la Comisión de Régimen Jurídico y Personal se acordó acceder a lo solicitado por el Ateneo de Huelva y rotular, con los nombres de los ilustres onubenses, hijos predilectos de la capital, don Luis Manzano Mancebo y don Luis de Vargas Soto, dos calles dela ciudad…>>.