La olontense Irene Pachón cumple su sueño de investigar un nuevo fármaco contra el cáncer en un centro de referencia de Francia

Irene estuvo trabajado de camarera para costearse su estancia en Francia mientras estudiaba un máster.
Un viaje a Sierra Nevada para conocer la nieve le cambió la vida. En la imagen, en Los Alpes.
Un viaje a Sierra Nevada para conocer la nieve le cambió la vida. En la imagen, en Los Alpes.

Mari Paz Díaz. Irene Pachón Angona es una joven onubense de Gibraleón a que le cambió la vida realizar un viaje a Sierra Nevada, cuando la llevó su padre a conocer la nieve. Tenía quince años, por lo que entonces no fue consciente de que lo que conoció en ese viaje era una de las cosas que más le apasionaban en el mundo, junto con el chocolate y la cerveza. Y ha sido esa pasión la que, precisamente, le llevó a residir en Francia, convirtiéndose de este modo en una ‘Onubense por el Mundo’. Y es que, durante los años universitarios, comenzó a esquiar cada vez más, haciendo, entre otros, viajes a lugares como los Alpes franceses, que le gustaron tanto que se prometió a sí misma que algún día viviría allí. Y así ha sido.

En los años de Universidad sintió la necesidad de salir y conocer gente.
En los años de Universidad sintió la necesidad de salir y conocer gente.

Por otro lado, ya desde el instituto supo que quería dedicarse a la investigación, una certeza que en 2009 le llevó a ingresar en la carrera de Farmacia en la Universidad de Sevilla, residiendo durante los estudios universitarios en el Colegio Mayor Santa María del Buen Aire. Quizás fue este hecho el detonante de que sintiera la necesidad de salir fuera, conocer gente y explorar el mundo, porque en este centro tuvo la oportunidad de convivir con personas muy diferentes. No en vano, asegura que «gracias al Colegio, la Universidad fueron los mejores años de mi vida».

Estuvo un año de Erasmus en la ciudad italiana de Pavia.
Estuvo un año de Erasmus en la ciudad italiana de Pavia.

En su último año de carrera, en el curso académico de 2013/2014, solicitó una beca Erasmus que le concedieron para Pavia (Italia). Al principio no le motivaba mucho al ser una ciudad pequeña a una hora al sur de Milán, pero, sin embargo, pasó allí los diez meses más intensos de su vida. Tanto que, hoy en día, es una sus ciudades preferidas en el mundo. Es más, cuando estaba a punto de terminar su estancia en Italia se percató de que, si volvía a España, no iba a poder trabajar en la investigación, que era lo que quería hacer.

Se marchó a investigar en la capital de Los Alpes.
Se marchó a investigar a la capital de Los Alpes.

Fue así como se topó con Grenoble, la capital de los Alpes, donde se encuentra situado uno de los centros científicos más importantes de Francia. Se trataba del Laboratorio del Cáncer y las Infecciones en el CEA de Grenoble. Así que, sin pensárselo dos veces, solicitó la Erasmus Prácticas para este centro y se la concedieron.


Puerto de Huelva

En 2014-2015, gracias a esa beca, trabajó como alumno en prácticas en el centro de investigación CEA de Grenoble, llevando a cabo la validación de una combinación de fármacos como potencial tratamiento para un tipo concreto de cáncer de riñón. No obstante, en este periodo, se dio cuenta de que la biología no era lo suyo. No solo quería probar que un nuevo fármaco funcionase, sino crearlo ella misma.

Irene estuvo trabajado de camarera para costearse su estancia en Francia mientras estudiaba un máster.
Irene estuvo trabajando de camarera para costearse su estancia en Francia mientras estudiaba un máster.

El problema era que no tenía dinero, así que comenzó a buscar modos de financiación. Fue así como comprobó que en Francia los másteres son gratuitos en la universidad pública, encontrando un máster cuya temática le fascinaba y que se impartía precisamente en Grenoble. Así que consiguió entrar en estos estudios de posgrado y, para costearse su estancia, trabajó durante un tiempo como camarera. Un esfuerzo que tuvo su recompensa, porque logró el dinero, el máster y ahora trabaja haciendo lo que más me gusta de lunes a viernes, mientras que dedica los fines de semana a esquiar. Así lo descubrimos en esta entrevista.

Han sido muchas las motivaciones las que le empujaron a salir fuera.
Han sido muchas las motivaciones las que le empujaron a salir fuera.

-Irene, ¿cuáles fueron tus motivaciones para irte fuera?
-Fueron varias razones, realmente. La primera es porque la investigación en España está más que infravalorada. Los pocos recursos que hay para hacerlo son casi imposibles de conseguir para una persona que no haya obtenido un 28 sobre 10 como nota final en la carrera, y por supuesto, no esperes vivir de ello.

Siempre ha pensado que merecía la pena conocer mundo.
Siempre ha pensado que merecía la pena conocer mundo.

La segunda es más personal. Siempre me ha llamado la atención salir fuera. Por suerte, gracias a mis padres, crecí con la idea de que el mundo es muy pequeño, y de que podría viajar a donde quisiera; que la interculturalidad es importante en el siglo XXI. Por ello, a mis 23 años, mis objetivos no eran montar una farmacia en mi pueblo sin salir de mi zona de confort teniendo todo el mundo aún por conocer. Y la última, porque se lo prometí a mi Irene del futuro, y si en algo nos caracterizamos los Pachón Angona, es en que somos muy “cabezones”. Al terminar mi carrera, no había nada que me atara en España. Así que, aproveché la oportunidad.

En la actualidad, está investigando un nuevo fármaco que puede ser vital en el tratamiento contra el cáncer.
En la actualidad, está investigando un nuevo fármaco que puede ser vital en el tratamiento contra el cáncer.

-¿En qué consiste la investigación que estás llevando a cabo?
-Actualmente investigamos una proteína que se llama ABCG2, que está implicada en muchísimos mecanismos biológicos de la célula. Entre ellos, se encarga de expulsar al exterior sustancias tóxicas, dañinas o mortíferas para la misma. Una célula cancerígena no es más que una célula que funciona mal, y que en cierto modo “no sabe” que funciona mal. ABCG2 está sobreexpresada en células cancerígenas de diversos tipos, entre ellos, donde más se expresa es en el cáncer de mama. Es decir, la célula cancerígena tiene sus funciones vitales alteradas, por lo que necesita más proteínas ABCG2 para sobrevivir.
Al tratar estas células con medicamentos anticancerígenos, la célula, que no sabe que es anormal y maligna, reconoce estos fármacos como toxinas mortíferas. Por lo que los medicamentos son expulsados como medida de supervivencia por medio de la proteína ABCG2. Esto, lógicamente, repercute en el éxito del tratamiento, que disminuye increíblemente. Este proceso de defensa en el que está implicado ABCG2 se llama farmacorresistencia, y concretamente en el cáncer, es la causante del 80% de los fracasos de las terapias anticancerígenas.

Irene se siente afortunada porque ha conseguido lo que quería.
Irene se siente afortunada porque ha conseguido lo que quería.

En mi proyecto, intentamos crear moléculas inhibidoras de esta proteína. De modo que al tomar un fármaco contra el cáncer junto con esta nueva molécula que inhibirá a ABCG2, se aumentará la concentración del medicamento en el interior celular, y consecuentemente, las probabilidades de que el tratamiento funcione.

Ha logrado sus objetivos.
Irse es fácil. Hacer lo que quieres, no.

-No ha tenido que ser fácil llegar hasta ahí…
-Irse es fácil, llegar a hacer lo que quieres, no. Por eso, personalmente creo que he tenido la mayor suerte del mundo, hasta el momento. Quise venirme a Grenoble, para investigar de lunes a viernes y esquiar sábados y domingos, y lo conseguí.

-¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
-Desde el 18 de septiembre de 2013. Desde entonces solo vuelvo a Huelva en vacaciones.

Vive en la ciudad que está considerada la capital de Los Alpes.
Vive en la ciudad que está considerada la capital de Los Alpes.

-¿Cuál es tu lugar de residencia?
-Ahora vivo en Grenoble, capital de la provincia de Isere, al sureste de Francia. A una hora de Lion y hora y media de Ginebra. Es una ciudad pequeña al pie de los Alpes, conocida, de hecho, como la capital de los Alpes franceses. De unos 150.000 habitantes, como Huelva, pero cambiando la playa por la montaña. Tranquila, de edificios bajos, bohemia, rodeada de montañas, preciosa.

Está en Francia desde septiembre de 2013.
Está en Francia desde septiembre de 2013.

-¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar?
-El mismo que el que puede tener una piedra. De hecho, no fue nada fácil llegar a poder mantener una conversación fluida con alguien. Estuve mis primeros cuatro meses callada. Sin pronunciar palabra. Fue muy frustrante, la verdad, porque además hablo mucho, y el hecho de no poder decir lo que quieres, de no poder hacer bromas, de que no te entiendan en general, es duro.

-Ahora, ¿cuál es tu balance de la experiencia?
-Tan bueno que espero tener la suerte de no parar en un tiempo. Sé que Huelva siempre estará ahí. Pero hay demasiado mundo por conocer. Hay demasiadas ciudades que pueden ser mi nueva ciudad preferida en la que vivir.

La forma de vivir en España es muy diferente al resto de Europa, asegura.
La forma de vivir en España es muy diferente a la del resto de Europa, asegura.

-¿Cómo es vivir en Los Alpes? ¿Es muy diferente a España?
-Como bien dice el eslogan: “Spain is different”. Aunque yo lo cambiaría por única. El clima, la gente, la forma de salir, las costumbres, lo que es divertido y lo que no, la comida, el humor, los horarios, lo que es cortés y lo que no. Con decirte que, para saludarse, se dan los dos besos empezando por el lado contrario a como lo hacemos en España, lo digo todo. Ahora puede que estés pensando, “¿por dónde empezamos en España?”. Te contesto, por la derecha. En Francia lo hacen por la izquierda, por lo que hasta que no te acostumbras a eso tienes una ligera tendencia a querer besar en la boca a todos. Hablo por experiencia. He ahí porqué creo que en Europa piensan que la sangre latina es caliente (risas).

Vive en Grenoble, considerada la capital de Los Alpes.
Imagen de Grenoble.

-En concreto, ¿cómo es Grenoble?
-Como he comentado, es una ciudad pequeña a los pies de los Alpes franceses. Se encuentra a tan solo 60 kilómetros de uno de los glaciares más importantes del sur de Europa, el cual se mantiene abierto en verano, permitiendo que la temporada de esquí dure ocho meses en vez de cuatro.
Es una ciudad muy tranquila, puede que, porque tiene la suerte de estar al lado de Lion y Ginebra, y no es masificada por el turismo. De edificios bajos y calles de piedra, cruzada por el río Isere y rodeada de montañas. Es una ciudad preciosa que reúne el encanto de una ciudad de montaña, con las ventajas de una capital. Además, tiene una Universidad muy importante en todos los sectores, además de uno de los polos científicos más importantes de Francia. En resumen, es una ciudad en la que la gente lee artículos científicos cuando va en el transporte público, y nadie te mira raro por ir vestido de nieve con los esquís en la mano. Un paraíso.

La mayoría de sus habitantes es gente joven que hace mucho deporte.
La mayoría de sus habitantes es gente joven que hace mucho deporte.

-Y sus habitantes, ¿cómo son?
-Muy franceses (ríe). Muy secos al principio. De hecho, cuesta hacerse amigo de un francés. Comen a las 12 del mediodía, en media hora, y a las 5 de la tarde han terminado de trabajar. Y eso quiere decir que las tiendas cierran a las 6. Es decir, que, si no tienes qué comer, vuela porque el súper te cierra. Son muy protocolarios y rectos, por lo que el choque de culturas con la espontaneidad, alegría, nerviosismo y campechanía de un andaluz, los deja descolocados. Por otro lado, en Grenoble hay algo que me llamó la atención y es que no hay ni gordos ni personas mayores. La media de edad debe estar sobre los 30, y como mínimo todos salen a correr cuatro veces por semana. Es una ciudad increíblemente deportiva, con muchísima gente yendo al trabajo en bici, o corriendo a todas horas del día, ya sea por la misma ciudad o por los miles de caminos entre las colinas de alrededor de la misma. He de añadir también que es una ciudad muy universitaria, por lo que hay muy pocos grenobleses. De hecho, en los dos años que llevo aquí solo he conocido tres. No obstante, y haciendo referencia al cliché, hay muchos que son muy de croissants los domingos por las mañanas, y vinitos con salchichón y baguettes a las 18.00 horas después del trabajo. Eso sí, sin boinas ni camisetas de rayas. Y sí, dicen “Oh là là”.

Sus habitantes tienen una imagen distorsionada de la realidad española.
Sus habitantes tienen una imagen distorsionada de la realidad española.

-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-Pues el típico fiestero que duerme 14 horas al día, trabaja 4 y el resto las pasa borracho y comiendo. De hecho, mi jefe fue a Sevilla. Intentó ir a comer a las 12 del mediodía. Obviamente todo estaba cerrado y acabó comiendo en alguna multinacional de comida rápida que no cierra. Terminó sobre las 14.00 horas y quiso ir de tiendas, pero solo se encontró las grandes superficies abiertas. Mágicamente, alrededor de las 17.00 horas todo empezó a abrir y la gente empezó a inundar las calles. Por la noche, como vivía en un hotel cerca del centro, el gentío ebrio no lo dejó dormir. En Francia la fiesta comienza a las 19.00 horas, así que a la 1 de la mañana están todos más que bebidos volviendo a casa, y los más valientes aguantan hasta las 3 en antros que forman fiestas llamadas “after parties”.
Conclusión, los españoles duermen hasta las 12, se despiertan, comen sobre las 14.00, y empiezan a trabajar a partir de las 17.00 para luego salir de fiesta.

Quiere hacer un doctorado en Química Medicinal.
Quiere hacer un doctorado en Química Medicinal.

-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
-Terminando de darle las últimas pinceladas a mi trabajo en el laboratorio entre semana, buscando las últimas nieves los fines de semanas y en mis ratos libres buscando doctorado, para poder dedicarme definitivamente a la ciencia. Mi objetivo es llegar a hacer un doctorado en química medicinal en una ciudad que me permita poder compaginar mi pasión por el esquí con la profesión que quiero. En el futuro, lo que quiero es ser feliz. Y si me doy cuenta de que no lo soy, ser lo suficientemente valiente para cambiar y serlo.

En su familia hay opiniones contradictorias sobre su estancia en Francia.
En su familia hay opiniones contradictorias sobre su estancia en Francia.

-¿Qué piensa tu familia?
-Hay opiniones de todo tipo, contradictorias, podría decirse. Algunos me admiran, otros me dicen que están orgullosos, y otros se enfadan porque nunca pongo fecha de vuelta. Aunque los que han podido venir han vuelto satisfechos porque han visto que aquí soy feliz.

Sus amigos siguen contando con ella, a pesar de estar lejos.
Sus amigos siguen contando con ella, a pesar de estar lejos.

-¿Y tus amigos?
-Son los mejores del mundo. A pesar de vernos días contados al año no me borran de su lista de contactos. Cuentan conmigo cada vez que vuelvo, si hacen planes grandes me avisan con tiempo por si puedo cogerme un avión y llegar…, son geniales.

-¿Tienes previsto volver a España, a Huelva, en breve?
-En verano. Cuando eres pequeño y te preguntan en el colegio que qué prefieres, si playa o montaña, yo contestaba playa en verano y montaña en invierno. Tengo la suerte de vivir en un sitio con unas playas preciosas, ¿cómo voy a desperdiciar un verano entre montañas?

Esta foto significa mucho para ella. Es de su 25 cumpleaños el pasado mes de marzo. Estaba deprimida al sentirse sola y gracias a dos personas de allí fue uno de los mejores cumpleaños que ha pasado nunca.
Esta foto significa mucho para ella. Es de su 25 cumpleaños el pasado mes de marzo. Estaba deprimida al sentirse sola y gracias a dos personas de allí fue uno de los mejores cumpleaños que ha pasado nunca.

-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-¡El jamón! (risas). Sé que debería decir mi familia y amigos, pero por suerte me ha tocado vivir en una época en la que estoy a 0.2 segundos de una conexión por Skype y a 50 minutos de vuelo Lyon – Sevilla. Mi hermana que estudia en Valencia tarda más que yo cada vez que quiere volver. Por supuesto, me encantaría tenerlos en todo momento a cinco minutos de mi casa, pero saben que estoy feliz y haciendo lo que me gusta. Y yo soy feliz si ellos son felices. Es un hecho que es difícil no poder estar cerca de los tuyos en momentos feos cuando os necesitáis mutuamente.

Sin dudarlo, recomienda a todo el mundo que salga un tiempo fuera.
Sin dudarlo, recomienda a todo el mundo que salga un tiempo fuera.

-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España?
-Sin dudarlo. Como dijo el escritor Mark Twain “viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”. Vivir en otro país te da una capacidad de adaptación y superación increíbles, sin hablar de la resolución. Te hace saber qué necesitas para ser feliz y qué no. Te hace darte cuenta de quién es importante en tu vida, y lo más importante, para quién eres importante. Te hace romper con todos los clichés habidos y por haber. Te hace crecer como persona y te hace conocerte a ti mismo. Estar fuera de España y salir, no solo ileso, sino contento, es una sensación que todo el mundo debería tener.

Anima a los onubenses a viajar.
Anima a los onubenses a viajar.

-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Viajad. Salid de vuestra zona de confort, y volved porque queréis, no porque no sepáis si os gusta o no lo que hay fuera.

Para los que quieran saber más de Irene, podéis ver los videos que ha publicado en Youtube en este tiempo, en el siguiente enlace https://www.youtube.com/watch?v=GhO4fVYA34Y o ver su canal de Vimeo: https://vimeo.com/user44646822



1 comentario en «La olontense Irene Pachón cumple su sueño de investigar un nuevo fármaco contra el cáncer en un centro de referencia de Francia»

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