Antonio José Martínez Navarro. Esta ha de ser, amigo lector, una página elegíaca. Prepara tu espíritu a la melancolía y perdona que te lleve con la rapidez que exige un periódico. Pasamos por la Gran Vía con premura. Esta Avenida tiene, sobre su desbordante alegría actual, la pesadumbre de la historia antigua de la marinera calle Enmedio.
Se siente un olor comercial, un ocre perfume de bares, y se advierte como una inevitable y sórdida monotonía gris de papeles burocráticos que se presentan en los Registros de la Diputación Provincial, en el Ayuntamiento, o en el Gobierno Civil.
Y, no obstante, caro lector, amigo curioso, hace apenas ochenta años la esencia choquera se enseñoreaba en la citada calle Enmedio, muy renombrada y principal, con su mil y una tabernas y con su Cristo, aunque hoy te parezca mentira, se ha transformado en una Gran Vía que en la actualidad te lleva desde el Punto a la bien nombrada Plaza de las Monjas.
Pero pasemos, sin más dilación, a contar cómo se fueron dando los pasos para alcanzar esta hermosa realidad.
En la sesión municipal del 10 de enero de 1940 el alcalde, Sr. González Barba, manifestaba el cambio que debía sufrir la plaza de San Francisco:
<<…Mostró su complacencia el alcalde por las constantes peticiones que se habían hecho al Ayuntamiento de la adquisición de los solares que han de quedar en la hoy plaza de López Muñoz, al ser derribados aquellos viejos inmuebles para la ejecución de la gran avenida que partiendo de la plaza de José Antonio Primo de Rivera, finalizará en la Alameda Sundheim.
A este efecto, se dio lectura de un oficio del Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación dirigido al Excmo. Sr. Gobernador civil de la provincia, en el que se interesa la cesión de uno de aquellos solares para la construcción de un Palacio destinado a Gobierno civil.
A tenor de este oficio que traslada el Gobernador al Ayuntamiento manifestó el alcalde que nuestra primera autoridad civil, camarada Joaquín Miranda, cuantas veces va a Madrid se interesa por el engrandecimiento de Huelva, habiendo hecho gestiones cerca del Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación para la construcción de un edifico propio para Gobierno civil.
En tal sentido las gestiones del camarada Joaquín Miranda han dado sus frutos, puesto que el Ministro ha solicitado del Ayuntamiento los terrenos para la ejecución del referido edificio y la Gestora municipal unánimemente acordó satisfacer los deseos de las citadas personalidades, cediendo gratuitamente el terreno solicitado.
Muy razonadas fueron las palabras del Sr. Alcalde al decir que Huelva carecía de locales propios para Centros oficiales, y a tal efecto, puso en conocimiento de sus compañeros de Comisión el proyecto de edificaciones que se acometerán en la antigua Plaza de San Francisco…>>.
Con el fin de que se llevase a efecto la ampliación interior de la ciudad que daría lugar a la Gran Vía, en el diario “Odiel” del día 23 de enero de 1940 se publicaba “El concurso de derribo para la casa número 8 de la Plaza de José Antonio Primo de Rivera –Plaza de las Monjas, aclaramos nosotros- y aprovechamiento de los materiales resultantes”.
Creyéndose lesionada en sus derechos, la Compañía minera interpone un contencioso administrativo del que se da cuenta en la sesión municipal del día 6 de septiembre de 1940:
<<…Fue leído un informe de Letrados en el recurso administrativo interpuesto por la Compañía de Río Tinto Limitada contra resolución del Excmo. Sr. Gobernador civil, fijando la cantidad a abonar como precio justo de una parcela de terreno expropiada para la apertura del trozo tercero de la vía de unión de la Plaza de José Antonio con la Alameda Sundheim…>>.
Una semana más tarde en la sesión municipal que se celebró algunos propietarios perjudicados con la apertura de la nueva vía (Gran Vía) pedían indemnizaciones:
<<…Dada cuenta de escrito de don Félix García Ortiz de la Torre, propietario del Bar Ambigú instalado en el local ocupado por el Cinema Park afectado por las obras de apertura de una vía entre las plazas de José Antonio y de San Francisco, interesando una indemnización de mil quinientas quince pesetas en compensación de los perjuicios que se le irrogan por tener que levantar la aludida industria, después de hacer uso de la palabra el Sr. Alcalde y el Sr. Echagüe y Sedano, se acordó unirlo al escrito presentado por don Manuel Fuentes Mellado, propietario del referido Cinema Park solicitando aumento de la indemnización que le fue concedida para resolver al mismo tiempo ambas peticiones…>>.
En la sesión del Cabildo onubense del 23 de noviembre de 1942 se les ofrecía alguna ventaja económica a los dueños de determinadas fincas por donde debía construirse la Gran Vía:
<<…Se acordó sancionar acuerdo de la Comisión Municipal Permanente de 21 de octubre próximo pasado, de solicitar del Ministerio de Hacienda para atender a las obligaciones de las obras de reforma interior, de apertura de una vía entre la Plaza de José Antonio y la Alameda Sundheim, el importe de la contribución territorial, riqueza interna, que durante treinta años debe satisfacer cada uno de los fincas comprendidas, en la zona general de dicho Plan de reforma anterior, deduciendo cada año para el Estado una suma igual a la que percibía por aquel concepto en el año económico anterior al que se comience a disfrutar del recurso; todo ello en sentido de lo dispuesto en el número uno del 13 de la Ley de Ensanche de 27 de julio de 1892…>>.
Se reúnen los munícipes el día 19 de junio de 1946, en vista de que la subasta de los solares números 11 y 13 que haría posible la creación de la Gran Vía se acordó sacarla nuevamente a subasta:
<<…Visto expediente de subasta de los solares números once y trece, de la reforma interior de la ciudad (Gran Vía)cuya subasta ha sido declarada desierta por falta de postores; por unanimidad se acordó sacarla nuevamente a subasta con el mismo pliego de condiciones que fue aprobado para la subasta anterior e iguales condiciones…>>.
La vieja Huelva, antañona, llena de empaque se iba quedando atrás. No obstante, al ver lo que iba surgiendo le servía de bálsamo dulcísimo para la irremediable realidad de sus lacerías. El día 4 de junio de 1949 publicaba el célebre “Duende de la Placeta”, en su Perfil del día, la transformación de nuestra capital:
<<Estamos asistiendo –sin darnos cuenta cabal, todavía- a la iniciación de una nueva época en la historia de la ciudad. Huelva se despereza de un letargo de muchos años. Parece como si, de pronto, se hubiesen puesto en acción las potencias dormidas de su carácter emprendedor y voluntarioso.
Y ahí están –además del Litri-las edificaciones de la Gran Vía: el bello conjunto arquitectónico del Palacio Municipal, la Delegación de Hacienda y el Gobierno civil…>>.
Las expropiaciones iban dando lugar a la espléndida y moderna Gran Vía. En la sesión municipal del 24 de febrero de 1954, se tasaba la vivienda sita en la calle Díaz Quintero, número doce:
<<…Dada cuenta por el Ilmo. Sr. Alcalde de que en el expediente de expropiación forzosa de la casa número doce de la calle Díaz Quintero, propiedad de la Testamentaria de don Julián Monís Morales se ha emitido dictamen por el perito tercero don Francisco Sedano Arce, el cual asigna al expresado inmueble un valor de sesenta y dos mil ochenta y cinco pesetas, se acordó aceptar la expresada cantidad con un valor de la finca sujeta a esa expropiación y autorizar al Ilmo. Sr. Alcalde para abonarlo a los propietarios del inmueble en el caso de que sea aceptado por éstos, una vez oficiado el pago, proceder a la ocupación de la finca, existiendo una diferencia en más, respecto a la primitiva valoración señalada por este Ayuntamiento de veintisiete mil ochenta y cinco pesetas…
En la sesión municipal plenaria del 7 de abril de 1954, y entre otros logros del Gobernador Civil don Manuel Summers, se decía:
<<…4º …Expropiación de edificios e industrias en las calles Bailén y Díaz Quintero por un importe de 3.200.000 pesetas para su derribo y apertura del tercer tramo de la Gran Vía de la reforma interior de la ciudad.
5º Apertura y urbanización del referido tercer tramo de la Gran Vía; obra cuya subasta, se encuentra actualmente anunciada por un importe total de pesetas 801553,81…>>.
La Gran Vía se construyó en cuatro tramos. En 1955 se pretendía realizar el último de ellos. Así, el día 1 de mayo de 1955, en un Suplemento Dominical del diario “Odiel”, se quería “saber algo de la Gran Vía. Es una aspiración de la ciudad entera que llegue a su completo desarrollo”. La respuesta era:
<<Y llegará. El Ayuntamiento no puede olvidar que este es el problema principal, desde el punto de vista de la urbanización. Con carácter de urgencia, se están haciendo las valoraciones de fincas urbanas del cuarto y último tramo. Una vez terminadas, se procederá a la confección de un presupuesto extraordinario, con empréstito del Banco de Crédito Local, que abarcará varios millones de pesetas. La venta de terrenos de la Diputación y Delegación Provincial de Sindicatos, contribuirá al hermoseamiento de nuestra primera vía urbana…>>.
En la reunión municipal del día 30 de noviembre de 1955 y teniendo como tasador a don Alejandro Herrero, el Ayuntamiento iniciaba las expropiaciones que dieran lugar al último trozo de la Gran Vía:
<<…Dada cuenta de la valoración de las fincas expropiables del último trozo de la calle Bailén con exclusión del edificio conocido por Brasil Grande, que importa un total de dos millones quinientas sesenta y tres mil doscientas ochenta pesetas, formulado, por el Sr. Arquitecto Municipal don Alejandro Herrero Ayllón, para ejecutar el último trozo de las obras de reforma interior de la ciudad de apertura de una vía que une la plaza de José Antonio con la Alameda Sundheim, acordado por acuerdo de este Excmo. Ayuntamiento Pleno de 10 de enero de 1940 y por la Comisión Central de Sanidad Local con fecha 14 de septiembre de 1940, se acordó aprobar la referida valoración y proceder a la ejecución de las obras de apertura del último trozo de la vía de referencia autorizando a tal efecto al Ilmo. Sr. Alcalde para comprar a los propietarios interesados las fincas incluidas en la referida valoración, otorgando las correspondientes escrituras públicas y caso de no ser esto posible, incoar entre los mismos propietarios los oportunos expedientes de expropiación forzosa…>>.
En esa misma sesión, se añadían las circunstancias económicas que llevarían las obras de apertura de la Gran Vía:
<<…Visto anteproyecto de presupuesto extraordinario para la terminación de las obras de apertura de la Gran Vía, que asciende nivelado a cinco millones seiscientas cincuenta y cuatro mil seiscientas cuarenta y dos pesetas, que se construirá con un préstamo del Banco de Crédito Local de España, se acordó aprobarlo y exponerlo al público por quince días durante los cuales se admitirán las reclamaciones que se presenten a iniciar el expediente para contratar dicho empréstito…>>.
Y como hubiera que resolver el acerado, alcantarillado y suministro de agua a los vecinos y establecimientos comerciales que se establecieran en este último trozo de la Gran Vía, en esa misma sesión se decía:
<<…Se acordó aprobar proyecto de pavimentación, alcantarillado y agua del último trozo de la Gran Vía, formulada por el Arquitecto don Alejandro Herrero Ayllón y el ingeniero don Eligio Vallejo Tirado, cuyo presupuesto asciende a un millón doscientas mil pesetas…>>.
En la misma sesión municipal se decía al respecto:
<<…Por unanimidad de los señores concurrentes que son más de las dos terceras partes del número de hecho y de derecho de la mayoría absoluta legal de los miembros de la Corporación, se acordó hacer constar que el proyecto de pavimento, alcantarillado y agua del último tramo de la Gran Vía cuyo presupuesto asciende a un millón doscientas mil pesetas aprobado por este Excmo. Ayuntamiento Pleno en sesión extraordinaria del día 30 de noviembre de 1955, comprende además de la pavimentación, el acerado de la indicada vía; y que fue aprobado por la Comisión Central de Sanidad Local con fecha 10 del corriente mes de noviembre. Igualmente se acordó exponer al público el indicado proyecto por término de treinta días hábiles durante los cuales podrán formularse reclamaciones…. >>.
El 29 de febrero de 1956 se daba como cierto que aquel año Huelva contaría con su Gran Vía terminada.
Poco a poco, fueron surgiendo viviendas en la Gran Vía. Así, en la sesión municipal del 20 de julio de 1956 leemos:
<<…Se acordó aprobar proyecto de construcción de seis viviendas de renta limitada en la Gran Vía número 10, formulado por el Sr. Arquitecto don Alejandro Herrero Ayllón, cuyo presupuesto de contrata asciende a dos millones setecientas mil seiscientas noventa y ocho pesetas con cuarenta y cuatro céntimos, siendo el presupuesto de tres millones noventa y dos mil seiscientas ochenta y dos pesetas con cuarenta y seis céntimos, solicitar del Instituto Nacional de la Vivienda un préstamo sin interés amortizable en cincuenta años de un millón doscientas treinta y siete mil setenta y dos pesetas con noventa y ocho céntimos, y del Instituto para la Reconstrucción Nacional un préstamo complementario por igual cantidad, amortizable en el mismo tiempo…>>.
Finalizaba 1957 y la Gran Vía no se concluía. El día 17 de noviembre del citado año Montero Escalera, en su “Pulso de Huelva”, hacía ver el caos en que estaba sumida la futura Avenida:
<<También nuestro alcalde en la última reunión del Pleno municipal dio cuenta de haber recibido una comunicación del Banco de Crédito Local de España, remitiendo contrato de préstamo para la prolongación del último tramo de la Gran Vía. Cuanto más rápido se haga esto mejor. Nadie como los que viven en lo que resta de la calle Bailén, sabe de las molestias que tienen que soportar dentro de la interinidad en la que como vecinos se encuentran. La mayoría de las casas se vienen abajo con la mayor indiferencia de sus propietarios, por aquello de que van a ser derribadas, y mientras tanto trague usted “quina”, desde que se inició el proyecto, que no es de ayer>>.
Si hubiera habido en nuestra capital Carnaval algún grupo habría cantado:
Tengo que echar una copla
Por encima del Alcalde,
para ver si la Gran Vía
Se hace o no se hace.
En la sesión municipal del 1 de junio de 1959 se decía: “Fueron aprobados los compromisos de venta suscritos por el alcalde para adquirir las fincas de la calle Bailén necesarias para la apertura del último tramo de la Gran Vía con lo que quedará terminada tan importante obra…”.
En la sesión plenaria del Ayuntamiento de Huelva del sábado 19 de septiembre de 1959 “se acordó sacar a subasta por un millón doscientas mil pesetas las obras de urbanización del último tramo de la Gran Vía”
El día 13 de julio de 1962 vuelven a reunirse los señores concejales y acordaban autorizar al Sr. Alcalde para contratar obras que remataban la Gran Vía:
<<…Por unanimidad de los señores concurrentes que constituyen las dos terceras partes de hecho que integran la Corporación y más de la mayoría absoluta legal de la misma, se acordó autorizar al Ilmo. Sr. Alcalde para ejecutar por administración o contratación directa por razón de urgencia, acreditado en expediente sumario, las obras de urbanización del último tramo de la Gran Vía, cuyo presupuesto asciende a la cantidad de un millón doscientas mil pesetas…>>.
En la sesión celebrada por la Comisión Municipal el sábado 20 de abril de 1963 “Se acordó rotular la actual Gran Vía con el nombre de Avenida de Martín Alonso Pinzón y proponer al Ayuntamiento Pleno la iniciación de los trámites necesarios para erigir, en la entrada de la misma, un monumento al insigne marino; consignándose la correspondiente partida para este fin en el presupuesto de 1964…”.
En la sesión municipal del 12 de noviembre de 1962, se trataba de la instalación de luz eléctrica en la Gran Vía:
<<…Visto proyecto formulado para las obras de instalación de alumbrado en la prolongación del último tramo de la Gran Vía de esta capital, importante trescientas ochenta y seis mil trescientas veintiséis pesetas con trece céntimos, por unanimidad de los señores concurrentes que son más de las dos terceras partes del mismo de hecho de los miembros de la Corporación y de su mayoría absoluta legal, se acordó su aprobación y darle a la misma la tramitación reglamentaria…>>.
Sobre esta instalación eléctrica en el último tramo de la Gran Vía se volvía a insistir en la sesión municipal del 5 de julio de 1963:
<<…Visto expediente de urgencia constituido para la instalación del alumbrado en la prolongación del último tramo de la Gran Vía, por unanimidad de los señores concurrentes que constituyen el quorum exigido en la vigente Ley de Régimen Local, se acordó su aprobación y facultar al Ilmo. Sr. Alcalde para contratar directamente, exceptuándolo de los trámites de subasta o concurso, la contratación de dichas obras en el precio de trescientas ochenta y seis mil trescientas veintiséis pesetas con trece céntimos, según proyecto formulado por el Ingeniero Municipal don Eligio Vallejo Tirado…>>.
Aunque popularmente se la conocía, y a pesar de las décadas trascurridas se la conoce, como la Gran Vía, en la sesión municipal del 31 de mayo de 1963 el Cabildo le adjudicaba nombre oficial, Martín Alonso Pinzón, de modo definitivo. También, se acordaba levantarle una estatua en honor del ilustre y citado Palermo:
<<…Por unanimidad se acordó ratificar acuerdo de la Comisión Municipal Permanente de 19 de abril del corriente año, de rotular la actual Gran Vía de esta ciudad con el nombre de Martín Alonso Pinzón, como asimismo iniciar los trámites pertenecientes a fin de erigir a la entrada de la misma un monumento al insigne marinero y que sean redactadas las bases para convocar concurso nacional de proyectos para la construcción de dicho monumento…>>.
En la sesión municipal del 5 de julio de 1963, don Alejandro Herrero y don Eligio Vallejo proponían las obras necesarias para la construcción de un aparcamiento de vehículos en la Gran Vía que, posiblemente, no se realizó:
<<…Por unanimidad de los señores concurrentes que constituyen el quorum exigido por la vigente Ley del Régimen Local se acordó aprobar expediente de urgencia para la realización de las obras de construcción de un aparcamiento de vehículos en el último tramo de la Gran Vía de esta ciudad, según el proyecto formulado por el Sr. Arquitecto don Alejandro Herrero Aylllón e Ingeniero don Eligio Vallejo Tirado, cuyo presupuesto asciende a la cantidad de cuatrocientas veintiséis mil ciento cuarenta y nueve pesetas con treinta y nueve céntimos, y facultar al Ilmo. Sr. Alcalde para contratar las obras de referencia por administración o contratación directa, exceptuándola de los trámites de concurso o subasta…>>.
En la sesión municipal del 21 de febrero de 1964, se acordaba la propuesta de venta pública, mediante subasta, de un solar en la Gran Vía, propiedad del Ayuntamiento:
<<…Propuesta por el Ilmo. Sr. Alcalde la venta mediante pública subasta la venta del solar número veinte sito en la Gran Vía, propiedad de este Ayuntamiento, de una extensión de trescientos setenta y seis metros cuadrados en el precio de setecientas ochenta y nueve mil seiscientas pesetas; por unanimidad se acordó su aprobación, como igualmente la del pliego de condiciones económico-administrativas por las que ha de regirse la correspondiente subasta y darle al mismo la tramitación reglamentaria…>>.
En el diario “Odiel” del viernes 13 de junio de 1964 “Flery” se mostraba orgulloso de que la Gran Vía fuese un logro y también de que se inaugurara la última fase del alumbrado público:
<<Registramos –con jubilosa felicitación por nuestra parte al Ayuntamiento de esta ciudad, autor y protagonista del caso- la inauguración de la última fase del alumbrado público, estupendo y magnífico, de la Gran Vía, Avenida de Martín Alonso Pinzón, según acuerdo reciente de la Corporación Municipal…>>.
A mediados de junio de 2006, con las obras de mejora del espacio público, la Gran Vía pasó a ser de sentido único. En este punto, se eliminó el carril bus y en su lugar se rehabilitó un nuevo tramo de zona azul, reservando un área para la Diputación Provincial, 30 metros en línea para carga y descarga y un espacio para la parada de taxis.
En el diario “Huelva Información” del miércoles 24 de diciembre de 2008 se comunicaba que meses más tarde se produciría un cambio radical en el bulevar de Martín Alonso Pinzón. Y a partir de los primeros días de 2009 comienza un prólogo de controversia cuando el alcalde, Pedro Rodríguez, anunció la reforma de la Avenida que nos ocupa. El viernes 5 de junio de 2009, según leemos en el diario “Huelva Información”, se inician las obras de semipeatonalización de la Gran Vía instalándose las paradas de taxis en la Alameda Sundheim y en la calle Rafael López. El clamor popular continuaba y dio su veredicto: la Gran Vía sería a partir del miércoles 7 de abril de 2010, semipeatonal. Así, un sistema de bolardos automáticos restringiría el tráfico de la Avenida al transporte público y residentes con garaje. El coste de la ejecución de la obra supuso tres millones de euros a las arcas municipales.
Son muchos los lances históricos que le ha tocado vivir a nuestra Gran Vía. Así, recordamos (aunque sea con la velocidad del rayo) el célebre Drago que en ella se levantaba, la popular casa de vecinos “Brasil Grande”, el Banco de Huelva, el aristocrático bar “Pelayo”, el Cinema Park y que de la puerta de su Ayuntamiento salían las camionetas que marchaban rumbo al Rocío.
Algunas de sus inauguraciones notables fueron:
El 20 de febrero de 1949 se inaugura el Ayuntamiento. Fue construido por la empresa “Agromán”. Las obras comenzaron en 1946.
En 1955 se inaugura el Gobierno Civil.
El día 2 de diciembre de 1960 se inaugura la Cámara de Comercio.
El 12 de junio de 1960 se inaugura el Instituto Nacional de Previsión.
Hogaño son muchos los puntos de interés de esta Gran Vía: la Casa de la Cultura, Gestoría “Morga”. “Chasyr” Seguros, el hotel “Tartessos”, los bares “Monteluna”, “Garun”, “Gran Vía”…
En la actualidad apenas si podemos evocar, viendo esta Avenida, todo su esplendor marinero antiguo. Ni en los zaguanes de aquellas modestas viviendas ni sobre sus puertas nada hablaba de nobleza ni de rancias ejecutorias, pero tenían un espléndido golpe de vista que evocaba el mar cercano, a aquellas construcciones les han sucedido bellos y altos edificios que son resguardados por recios soportales, pero la Historia siempre guardará en su memoria los dichosos días pasados.
1 comentario en «Un recorrido por la Avenida Martín Alonso Pinzón (Gran Vía) »
Ha dedicado Vd. dos renglones para citar a la C/Enmedio de pasada y dando a entender que fué una calle marinera donde predominaba la pesadumbre y donde habìan mil y una taberna.
Si hubiera leido el Sr. «Flery» su artìculo se hubiera sonreido, porque precisamente èl viviò muchos años en la citada calle el primer piso del numero6.
Sr.Martinez Navarro,en c/Enmedio junto con Bailèn nunca hubo ni una sola taberna.
En c/Enmedio viviò el periodista citado, naciò y viviò el Dr. Ginecòlogo Talamante,Jefes de negociados de la Deleg. de Hacienda, Remitentes de pescados y mariscos como Rafael Ortiz, Encargado y Jefe de Mantequerias Rubio,Carpinteria de los Hermanos Moreno,Arturo dueño que lo fuè de Heladerìa que llevaba su mismo nombre en c/berdigón,Panaderìa Luna,Plateros y relojeros como lo fuè mi amigo Tony,tambièn nacieron en esta calle y vivieron la familia del kiosco de «Manué» en plaza de las monjas y como olvidar a la Modista de renombre como lo fuè Concha Marquez,Familia dinastìa de los Navarro del mundo taurino y una larga listas de magnificos profesionales.
Las mujeres de familias marineras, mientras sus maridos faenaban en la mar, ellas se dedicaban a tejer paños de redes para las artes de pesca, así como los mayores dedicaban su tiempo a fabricar nasas para la pesca de chocos, cangrejos etc.
Osea que la C/Enmedio no fue de marineros y tabernas.
atentamente,