RFB/MPD. El Partido Socialista ha elegido a José Juan Díaz Trillo (Huelva, 1958) para encabezar su candidatura al Congreso de los Diputados por la provincia de Huelva. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, con estudios de posgrado, este conocido onubense, amante de las letras, vuelve a la primera plana de la política onubense después de su paso por el Parlamento andaluz y el Ayuntamiento de Huelva. No podemos olvidar que fue consejero de Medio Ambiente y portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Consistorio de la capital, entre otros cargos.
Tras dejar la Cámara andaluza este año 2015, Díaz Trillo volvía a su puesto de trabajo como coordinador del Servicio de Publicaciones de la Delegación de Educación en Huelva. No era la primera vez que regresaba a su empleo, como nos confesaba. Sí, «tras dejar la Consejería de Medio Ambiente de la Junta en 2012, año en el que fui en la candidatura al Parlamento andaluz por la provincia de Huelva, lo dejé en enero de 2015, cuando me incorporo en mi puesto de trabajo de coordinación de Publicaciones de la Delegación de Educación de Huelva, algo que ya hice en otras ocasiones, como cuando dejé el Patronato del V Centenario. También volví cuando dejé el Ayuntamiento de Huelva. Es un trabajo que me gusta mucho», asegura.
Un tiempo que también ha aprovechado para dedicarse a la literatura, puesto que acaba de terminar de escribir una novela, una de sus asignaturas pendientes. En concreto, según nos adelanta, «se trata de una versión de Cándido, o El Optimismo de Voltaire». Una obra que se une a sus publicaciones de poesía, puesto que tiene editados diez libros. Una novela que ha escrito a lo largo de dos años y tres veranos. Todo ello sin olvidar que José Juan Díaz Trillo también ha sido de nuevo papá, puesto que tiene una niña, Martina, de veinte meses, una pequeña de la que se siente muy orgulloso y que tiene dos hermanas de 25 y 26 años.
Un bagaje personal que ahora compagina con la campaña electoral de cara a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre, donde concurre, como decimos, como cabeza de lista del PSOE de Huelva al Congreso de los Diputados. Una apretada agenda en la que ha hecho un hueco para conceder esta entrevista a este diario, al que recibe en un lugar predilecto cuando se habla de literatura: la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez de Moguer.
-José Juan, ¿cómo recibió la propuesta del Partido Socialista para que encabezara la lista al Congreso de los Diputados por la provincia de Huelva?
-Me sentí muy honrado. Es toda una responsabilidad encabezar la lista al Congreso por Huelva, siguiendo la estela de Javier Barrero y Carlos Navarrete, que ocuparon este puesto con anterioridad. Considero que es una responsabilidad altísima. Además, en un momento en el que el país necesita una transformación tras cuatro años de Gobierno del Partido Popular.
-¿Considera que nos encontramos en un momento crucial?
-Sin duda alguna. Desde hace cuarenta años, prácticamente desde la Constitución, este país no se enfrenta a una encrucijada como la que tenemos en estos momentos. Como entonces, el diálogo tendrá un papel protagonista y el PSOE trabajará en este sentido para, desde la posición que nos dé los ciudadanos, hacer los cambios que el país necesita, que desde luego no van en la dirección de lo que ha hecho el Partido Popular en estos cuatro años. Creo que hay que hacer cambios que tengan que ver con la estructura institucional de nuestro país, que ha perdido crédito y tenemos que reconstituir ese marco de alguna manera, haciendo esa reforma de la Constitución que demanda el país, para resolver problemas sociales, territoriales y de representación.
-¿Cómo espera trasladar su experiencia en el Cámara andaluza, en el Parlamento, y en el Ayuntamiento de Huelva hasta el Congreso de los Diputados?
-Creo que es una de las cuestiones por la que el partido ha pensado en mí, porque, como digo, estamos en un momento crucial en el que se valora la experiencia, la experiencia también en el territorio, como es la provincia de Huelva. Creo que la política es un trabajo plural, un trabajo de equipo, y esa experiencia puede ser importante para el momento que va a vivir este país. Y la provincia tiene que compartirlos no sólo en clave nacional, porque los diputados y senadores que vayamos a Madrid tenemos que hacer leyes de carácter estatal, pues vamos con un compromiso español y andaluz, pero, además, creo que esta provincia necesita ponerse en su sitio.
-¿Cuáles cree que son las prioridades de la provincia de Huelva para la próxima legislatura?
-Creo que todo el mundo estará de acuerdo conmigo en que esta provincia necesita unas comunicaciones mejores, porque no se ha hecho nada nuevo desde que en el año 1996-1997 se inauguró la Autovía de Ayamonte. Esa Huelva minera y marinera que luego fue y es industrial y turística, sectores que tienen muchas expectativas. Tan sólo hay que mirar el caso de la minería que en el año 2000 parecía que se había acabado cuando, hoy por hoy, cuenta con proyectos de mucha solvencia y futuro en la provincia. Y queremos que sea una minería del siglo XXI, que sea sostenible medioambiental y socialmente. Por ello, Huelva no se puede permitir tener unas comunicaciones tan endebles, tanto por tren como por carretera.
Ahora mismo tenemos unos déficits como la N-435, la Huelva-Zafra y la unión con Sevilla, llámese AVE o como le quiera llamar, pero estar a 45 minutos en Sevilla es fundamental. En este aspecto, un reto inmediato es la 435, por todo ese desarrollo de la Cuenca Minera y el Andévalo, una carretera que se ha quedado a mediados del siglo XX. Por tanto, esa asignatura pendiente de las comunicaciones, y una puesta a punto a nivel general de la provincia con un compromiso del Estado en inversiones, me parece que será uno de los retos de la nueva legislatura para los representantes de Huelva que vayamos al Congreso, seamos del partido que seamos, aunque un gobierno socialista mirará más a Huelva.
-¿Y la llegada del AVE?
-Yo me sentiría satisfecho si ahora mismo volvemos al momento en el que nos encontrábamos en el año 2010, cuando por lo menos se licitó la variante Beas-Trigueros, cuando ya había una obra adjudicada y las vías del tren para el AVE estaban adjudicadas y licitadas. Es cierto que ha habido una crisis, no soy un insensato, pero aún así en otros lugares ha llegado el AVE y se han hecho carreteras.
-En este ámbito de las comunicaciones, ¿qué papel cree que puede jugar el aeropuerto?
-Desde luego no podemos cerrarnos a ninguna opción, y si encima es de iniciativa privada, no podemos decirle que no, ni podemos entorpecer ese proyecto. A Huelva le vendría muy bien el aeropuerto, bien dimensionado, lógicamente sin caer en errores como en Levante con el de Castellón o el de Ciudad Real, pues son ejemplos para no cometer el mismo error. Y, sobre todo, si viene de la iniciativa privada, con un proyecto que tiene un gran anclaje en el turismo o entre los grandes productores, bien de la minería metálica o la agricultura, podemos pensar que se trata de un proyecto viable, así que podemos pensar por qué no. No es incompatible con otras infraestructuras. De hecho, la línea Huelva – Zafra lo que necesita es una modernización, no una construcción desde cero. Sobre todo para acabar con el debate que hay en una Huelva que existe desde principios del siglo XX que inocula un cierto conformismo y una falta de rebeldía. Con ese lamento de que estamos marginados, de provincia pequeña aislada que se queda en la formulación de ese lamento. En este aspecto, quiero citar un proyecto interesante como es la Agrupación de Interés por las Infraestructuras de Huelva, donde hay consenso y diálogo, con prácticamente todas las instituciones. Huelva necesita sacudirse esa especie de alma doliente que tiene la provincia y particularmente la ciudad. Necesita ser un poco audaz y rebelde, no sólo reivindicativa, sino también capaz de hacer. Me conformo con el nivel de los años ochenta, cuando fuimos capaces de hacer la Autovía Huelva-Sevilla y la que nos conecta con Portugal, que se hizo en un periodo de diez años. Ahora llevamos veinte años en seco. Me refiero a que Huelva hay que ponerla en el mapa, y los políticos tenemos una responsabilidad, pero la sociedad también.
–La línea Huelva – Zafra es una vía neurálgica que une el norte con el sur de la provincia.
-En este tema hay una visión histórica, que se presenta como algo circular, como sucedió con la minería en el año 2000, cuando pensábamos que se acababa y ahora tenemos iniciativas tan llamativas como la de Almonaster la Real, siendo una provincia con unos 100 proyectos mineros y con grandes expectativas en el sector, puesto que en Minas de Riotinto ya se está sacando mineral. Y lo mismo sucede con el Puerto de Huelva, que se está convirtiendo nuevamente en lo que fue en la historia de Huelva hace un siglo, esa gran locomotora económica. En este sentido, la línea férrea Huelva-Zafra me parece vital. No sólo para el transporte de viajeros, sino fundamentalmente de mercancías. Es una línea muy necesaria, sin menospreciar la necesidad de la carretera 435, donde incluso existe un problema de seguridad. Y hay que tener en cuenta que ahora está prevista la marcha de camiones desde la mina de Riotinto. En general, aunque también haya otras prioridades, el Gobierno nos tiene que mirar en el tema de las comunicaciones.
-Hablemos del agua. ¿Cuál es su posición en las reivindicaciones de la Plataforma del Agua del Condado de Huelva?
-Es un tema que conozco muy bien porque tuve la oportunidad de firmar como consejero en el año 2010, con el presidente Griñán, la posibilidad de trasvasar 15 hectómetros cúbicos, porque nuestra cuenca del Tinto-Odiel-Piedras -como saben los agricultores- tiene mucha agua porque es sedentaria. Es una cuestión que tiene un apoyo legal claro y lo que tiene que hacer el Gobierno, como hizo en el año 2008 un gobierno socialista -por cierto con una ministra, Cristina Narbona, que era anti trasvase-, que aprobó la transferencia, porque hay agua suficiente y tiene amparo legal. Yo, con todos mis respetos a la ministra Fátima Báñez, paisana nuestra además, ha venido ahora a dar unos certificados y lo que hay que hacer es un proyecto de ley del trasvase. Porque hace dos Consejos de Ministros se aprobó el trasvase del Ebro, por lo que el Gobierno ha estado autorizando transferencias hasta hace dos viernes, así que es un argumento que no vale. Así que creo que el trasvase había que haberlo puesto en marcha ya, como se hizo con los 4,9 hectómetros. En definitiva, el trasvase debe ser una realidad pronto.
-Con respecto a Huelva, ¿cómo se siente viendo un gobierno socialista en el Ayuntamiento de la capital?
-Los que me conocen y saben que me he pateado esa ciudad saben que estoy muy contento con que haya un gobierno socialista en el Ayuntamiento de Huelva. Es verdad que ha habido un alcalde que ha ocupado un espacio en la ciudad seguramente porque la gente lo demandaba, pero estaba en la prórroga y ha perdido. Una satisfacción por ver que mi ciudad se abre a un nuevo camino. Creo que hay un buen alcalde, con un equipo joven con muchas ganas, con el que Huelva va a tomar ese impulso que debería haber tomado hace unos años.
-Ya que estamos en Huelva, ¿qué le parece el debate sobre las balsas de fosfoyesos?
-Es una cuestión sobre la que en Madrid tendremos tarea, pues que el Ministerio tiene una alta responsabilidad. La Junta de Andalucía está cumpliendo su cometido. A mí, como consejero, me correspondió cesar los vertidos, lo que se produjo el 31 de diciembre de 2010. Desde entonces, la empresa tenía que trabajar. Por eso, cada vez que hablo, reclamo que la empresa no puede dejar de hacer los deberes, con el agua residual que tiene allí, agua que tiene que depurar. Y con respecto al proyecto, soy respetuoso. Creo que la Comisión de Expertos del Ayuntamiento de Huelva es todo un acierto.
-Sobre el resultado electoral del 20-D, ¿cuáles son las expectativas de la lista que usted encabeza en la provincia de Huelva?
-Las expectativas son buenas, teniendo en cuenta que Huelva es la provincia que más vota al PSOE, junto a Sevilla y Jaén. En este sentido, aunque la gente creo que está más concienciada y politizada que nunca, como lo demuestra el éxito que tienen los programas de debate o tertulia que se emiten en televisión, pero lo que hay es una crisis de representación. Por eso hay que hacer una reforma institucional, porque tenemos que conectarnos con la gente. Se ha perdido mucha confianza y la democracia es fundamental, es donde se sustenta todo. Entonces que creo que nos vamos a encontrar un escenario donde nos van a poner el listón muy alto. La gente, aparte de honestidad, nos pide ejemplaridad. Quieren ver a los políticos como hace treinta años, gente que inspiraba confianza. El político tiene que ser ejemplar. Y se suele meter a todo el mundo en el mismo saco. Por eso, me gusta decir que en Huelva lleva treinta años el PSOE con mucho poder y yo no conozco ningún caso de corrupción en nuestro partido. Tampoco en el PP.
-¿Es usted optimista?
-Sí. Decía Gramsci que para ser «revolucionario» hay que ser optimista.
-¿Qué mensaje le gustaría destacar de cara a los onubenses?
-Me gustaría que, junto a los retos provinciales, recordar que también existen retos generales. Porque un socialista, sea de Huelva o de Pontevedra, se va a tener que emplear en la recuperación del Estado del Bienestar, porque en cuatro años han quedado tocadas la Salud, la Educación, la Dependencia y las Pensiones. Y esa es una tarea urgente. La otra es la Reforma Laboral. Porque en estos cuatro años se ha creado lo que los economistas denominan ‘el precariado’, al haber dejado una brecha que en este país no se había producido. Porque lo que trae consigo la democracia es la clase media y esto se ha perdido en cuatro años, con 2,5 millones de trabajadores que se dicen pobres. Así que debe haber una mayor igualdad. Como socialista, son cosas que deben ser prioritarias.
-Para terminar, una vez que hayan pasado las elecciones, ¿qué sería para José Juan Díaz Trillo una buena noticia?
-Volviendo a esa Huelva de optimismo, si tengo que pedir algo de las comunicaciones, sería comenzar las obras de la 435 en 2016. La comunicación interior de la provincia norte – sur es fundamental.
