Redacción. Teatro, danza, magia, cine, y por supuesto música en sus más diversos estilos, han llenado de contenido desde principios de julio el festival Luna de Verano que se cierra este viernes 21 de agosto con la presentación de las fiestas en honor a la patrona moguereña, la Virgen de Montemayor.
Desde el inicio de la programación a primeros de julio con el Festival Flamenco de Moguer, hasta la actuación anoche de la compañía Acuario Teatro en un abarrotado patio de armas del castillo, más de 10.000 personas han disfrutado de esta variada y completa oferta cultural que cada verano llena de alicientes las veladas estivales de Moguer y Mazagón.
Para la concejala de Cultura del consistorio local, Lourdes Garrido, «esta gran respuesta del público viene a confirmar que el esfuerzo realizado para organizar este ambicioso programa de dinamización ha merecido la pena». Garrido destacó la masiva afluencia a los espectáculos programados en el castillo moguereño, y el buen funcionamiento del bono para el ciclo completo que se ha puesto a la venta por vez primera este año «lo que nos ha llevado a colgar el cartel de completo en todas las sesiones, pese a que este año no hemos contado con la presencia de alumnos de la UNIA como venía siendo costumbre desde hacía décadas».
Los números del festival Luna de Verano confirman por si solos el éxito de este gran programa cultural, pionero en su día en la provincia de Huelva, que cierra mañana viernes su edición de 2015 con el acto del Pórtico de Velada en el que se presentan el cartel, la revista de festejos y los programas de actos y cultos de las fiestas patronales de septiembre en honor de la Virgen de Montemayor, que tendrá lugar en el castillo a partir de las 22 horas
Desde su inicio han sido más de 30 propuestas culturales las que han permitido a vecinos y visitantes acercarse a los más diversos espectáculos, con un número total de asistentes que ha superado con creces los 10.000 espectadores. Y ello sin contar el público que asistirá mañana al Pórtico de Velada, o las personas que han disfrutado de la intensa programación expositiva complementaria, entre la que destaca la muestra «Black» que el artista gráfico moguereño, Miguel Rodríguez, ofrece hasta final de mes en el teatro Felipe Godínez.
La responsable municipal de Cultura ha querido reconocer también «la colaboración prestada por entidades como la Peña de Cante Jondo, el Liceo de la Música o la Banda Hermanos Niño, sin olvidar a la concejalía de Juventud o las áreas municipales de Turismo, Deportes y Urbanismo, sin cuyo esfuerzo y complicidad no hubiésemos podido desarrollar un programa tan variado e intenso».
También destacó Garrido «la singularidad de algunos espectáculos como los celebrados en el patio interior del Faro de Mazagón donde hemos disfrutado de una magnífica fusión de estilos musicales o las tres representaciones del musical infantil del Liceo, sin olvidar al grupo de teatro de la asociación Zenobia que también contribuyó al éxito de esta Luna de Verano 2015, que ha vuelto a demostrar la importancia y la repercusión que el arte y la cultura tienen en Moguer».
Acuario, brillante colofón. El último espectáculo antes del Pórtico de Velada se convirtió anoche en un brillante colofón a esta intensa Luna de Verano 2015, ya que la complicidad que se estableció entre el público y los integrantes de la compañía Acuario Teatro, volvió a deparar momentos inolvidables que hicieron disfrutar a toda la familia.
Con el patio de armas del castillo repleto de espectadores, Acuario demostró una vez más que se trata de una de las mejores formaciones de teatro infantil de España, haciendo disfrutar a pequeños y mayores durante una hora de intenso espectáculo marcado por las características que definen su gran trayectoria: una cuidada puesta en escena, una labor actoral admirable, una cuidada selección musical y una entretenida historia, elementos con los que Acuario volvió a conquistar al público moguereño, que incluso participó en el espectáculo cuando varios niños y niñas subieron al escenario invitados por los protagonistas. La trama, una inesperada visita de los Reyes Don Felipe y Doña Leticia a un restaurante, se enreda y complica para deparar situaciones desternillantes, que provocaron constantes risas y aplausos entre los espectadores, que despidieron a la compañía con una sonora y merecida ovación.