Redacción. Las familias onubenses y del resto de la comunidad tienen ya a su disposición una nueva guía con recomendaciones para ayudarles a detectar y actuar ante la violencia de género en adolescentes. El delegado del Gobierno andaluz en Huelva, José Fiscal, y la coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Eva Salazar, han presentado este documento, promovido por la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.
La ‘Guía para madres y padres con hijas adolescentes que sufren violencia de género’, cuya elaboración parte de la experiencia vivida en los grupos de apoyo a las familias usuarias del Programa de Atención Psicológica a Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género, tiene por objeto ayudar a los progenitores de jóvenes en esta situación a detectar a tiempo y saber cómo y cuándo actuar ante un caso de violencia machista. El 29,4% de las mujeres de entre 15 y 19 años de todo el mundo ha sido maltratada por su pareja, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La iniciativa está dirigida fundamentalmente a las madres y padres de las chicas usuarias del Programa de Atención Psicológica a Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género, que arrancó a finales de 2012 con la finalidad de prestar atención psicológica gratuita a víctimas de entre 14 y 18 años, así como proporcionar información y orientación a las madres, padres o tutores de dichas mujeres.
El servicio se presta a través de un equipo de psicólogas que atiende a las víctimas en sesiones de terapias individuales y grupales, para restaurar el daño sufrido por las menores en las relaciones que mantienen con los agresores, prevenir recaídas y fomentar las relacio-nes igualitarias. Junto a ello, se deriva a las jóvenes a la red de atención (sanitaria, social, jurídica, policial…) que requieran (previa autorización de sus tutores), al tiempo que se desarrollan grupos de apoyo para orientar a las familias.
Desde sus inicios, el programa ha atendido en la provincia de Huelva a 21 víctimas adolescentes. El 71% de las chicas no sólo habían sufrido violencia psicológica, sino también agresiones físicas, y un 8% violencia sexual.
Asimismo, la guía se trasladará a profesionales que trabajan con menores y servirá también como material de trabajo en los programas de coeducación con Ampas y docentes, con el fin de fomentar la prevención y la detección precoz de estas situaciones.
El material, editado en formato digital y disponible en la web del Instituto Andaluz de la Mujer, cuenta con un cuaderno de iniciación para las familias, así como con una guía más detallada, dirigida a expertos que trabajen en este ámbito o que tengan interés en profundizar aún más en la materia.
Tanto el cuaderno como la guía buscan fomentar una estrategia de actuación común y coordinada para familias y profesionales, con el fin último de lograr la recuperación integral de las víctimas adolescentes, prevenir recaídas y fomentar futuras relaciones sentimentales sanas e igualitarias.
Según ha explicado el delegado del Gobierno de la Junta en Huelva, la guía surgió de las necesidades detectadas en los grupos de apoyo a familias del Programa de Atención Psicológica a Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género, donde el equipo de psicólogas “responde cada día a las dudas y miedos de madres y padres de víctimas adolescentes”. “Queremos que se convierta en una herramienta útil para ayudar a otras familias a prevenir y afrontar el maltrato que sufren sus hijas, así como servir de apoyo a profesionales que trabajan con menores”, ha añadido José Fiscal.
Claves y recomendaciones
El cuaderno cuenta con una parte introductoria en la que se empatiza con las familias y en la que se explica el concepto de violencia de género y el largo, pero posible, proceso para salir de ella. A partir de ahí, se ofrecen claves para detectar el maltrato en cualquier momento, y se abordan las reacciones naturales de las familias, señalando cuáles de ellas son inadecuadas a la hora de ayudar a su hija (intentar controlarla, avergonzarse, reprocharle o enjuiciarla, o hablar con el agresor o sus familias, entre otras).
El documento ofrece, además, una lista de recomendaciones para actuar con la víctima. Entre ellas cobran especial relevancia: hacerle sentir escuchada, mostrar cercanía, garantizar la confidencialidad, confiar en ella, hablar de la situación de violencia o abuso que vive sin atacarle a él si ella no lo hace, invitarle a recurrir a especialistas si está receptiva, reforzar los pasos que ella proponga para salir de la situación, respetar sus tiempos si ella no quiere aún romper la relación y no corre peligro, o ayudarle a hacer un plan de actuación, entre otras.
Por otra parte, también incluye una lista de primeros auxilios psicológicos para la actuación más inmediata con vistas a combatir el posible aislamiento que esté sufriendo la joven, buscar soluciones a los problemas de seguridad, minimizar riesgos tecnológicos como el compartir claves, explicarle el ciclo de la violencia o buscar ayuda profesional. Asimismo, ofrece un apartado más extenso con las estrategias a medio y largo plazo para apoyar la recuperación, en las que destacan la búsqueda de apoyo profesional para ella y las familias, el refuerzo de los vínculos familiares y de la comunicación, la creación de una red de apoyo o evitar el apagón tecnológico.
Al objeto de sensibilizar a las familias sobre el proceso, el documento aborda también las posibles recaídas y recoge información sobre los recursos existentes para pedir ayuda y apoyo, tales como el 016, el teléfono de información y asesoramiento a la mujer de la Junta de Andalucía (900 200 999), los centros provinciales del IAM, los centros municipales y el Servicio de Asistencia a Víctimas de Andalucía (SAVA), así como sobre las aplicaciones móviles disponibles en la red y dirigidas a las jóvenes (APP DetectAmor).
La guía específica para profesionales ofrece la misma estructura, aunque algo más extensa y detallada en contenidos, con el objetivo de ahondar en la violencia de género y en las especificidades de ésta en la población juvenil.