Benito A. de la Morena. Un joven muy competente, al que sigo habitualmente por la calidad de sus comentarios, David Barrera, acaba de publicar un interesante artículo dirigido a los jóvenes en paro y su “zona de confort” http://www.procesosyaprendizaje.es/la-falacia-de-la-zona-de-confort/
Como siempre, muy inteligente el mensaje de David que espero llegue a esa multitud de jóvenes compañeros desilusionados que no han alcanzado sus objetivos todavía, pero que no se han rendido y saben que lo conseguirán porque ellos ¡valen mucho!
Yo estoy entrando ahora en una nueva zona de confort para mí, ¡la jubilación! Y me estimula el pensar lo mucho que puedo hacer en esta etapa que ahora comienzo pero… es evidente que tengo mi pensión asegurada y ello me anima, una remuneración que el público al que va dirigido estos mensajes todavía no ha conseguido.
Coincido con David en que tanto repetir lo que se debe hacer y cómo realizarlo es algo que llega a ser tedioso para el joven que busca realizar su vida y que no por insistencia se consigue mejor resultado, pero es evidente que las recetas son la que son y los huevos con patatas tienen su forma de elaboración, aunque luego haya matices y se invente eso de los “huevos estrellados”, pero hablar de “zona de confort” es afrontar una multitud de escenarios individuales y peculiares que hay que compatibilizar con las circunstancias personales de cada individuo.
Hoy en día, sin idiomas, un universitario tiene más dificultades para buscar empleo en la Unión Europea a la que pertenece, sin inquietud por buscar nuevos rumbos en países de habla hispana que están en vías de desarrollo, también limita sus posibilidades de encontrar trabajo. Son dos opciones de cómo entrar en una “zona de confort” que nunca es ideal, ni siquiera la que ahora yo empiezo de jubilado y con un determinado riesgo artrítico, por la edad, pero esa es mi zona de confort actual y a ella debo adaptarme.
Pero también están las circunstancias personales, esas que definen los límites de tu zona de confort, así como tú “actitud” ante la vida. Nada es perfecto, nada es sencillo, pero debemos saber aprovechar la multitud de valores positivos que cada uno dispone, solo que hay que buscarlo dentro de uno mismo y ser valientes aceptando lo que somos, lo que tenemos en nuestra mochila, no lo que desearíamos tener y, desde luego, algo que yo considero muy importante, es que debemos ser siempre nosotros mismos y no aquello que a nuestro entorno (padres, novios, etc…) les gustaría que fuéramos. Cada uno es lo que es y debe saber vivir con sus circunstancias buscando el mejor de los objetivos, LA FELICIDAD.
Revelarse o “morir” en vida es uno de los retos que tiene los jóvenes ahora, pero no me refiero a ese “revelarse” con tinte politicucho que solo sirve para apoderarse de las almas bienintencionadas de los jóvenes desesperados, no, me refiero a que el joven debe ser lo que desea ser realmente y quitarse de encima ese duro caparazón que se ha formado a lo largo de su vida a base de tanto hacer caso a lo que nos dicen los que tanto nos quieren, aunque sea verdad que nos adoran y solo buscan nuestro beneficio, pero que, sin querer, te hace ir hacia un camino que tu no deseas porque hay algo, quizás intuitivo, que te hace desear ir por otra ruta y te lo están frustrando, mas por el miedo de tus protectores, que por el tuyo propio. Ahí es donde yo animo a esa “rebelión” que no es más que “ser tu mismo”, descubrir la belleza de caerse de vez en cuando y levantarte por ti mismo, separarte de “miedos ajenos” y buscar los “miedos propios”, encontrar tu propia IDENTIDAD.
No es fácil, por eso buscamos la zona de confort ajeno, esa que nos protege y nos consuela pero que no nos hace ser completamente felices. Luchar contra egoísmos ajenos, ser tu mismo es complejo y no todo el mundo puede logarlo, por eso existe la otra zona de confort, la de la ACEPTACIÓN de los sistemas, sean los que sean, que también vale pues cada uno está hecho “a su manera”, pero tampoco está mal que sepamos que existe otra forma de ver la vida y que está a nuestro alcance.
2 comentarios en «Zona de confort»
Eso de ser amigo de los que piensan, obliga a mucho y al mismo tiempo reconforta, porque uno comprende que está cerca de lo bueno.
Las píldoras que Don Benito deja caer de vez en cuando, hacen desear una mayor frecuencia de su presencia aquí. Pero lo bueno, si escaso, ….
Que se prepare para lo que le espera en esa nueva etapa de jubilación que afronta. Por cierto, jubilado viene de júbilo, que no es fisicamente correcto.
Pero hoy deja caer algunas cosas para sentarse a pensar en el bordillo de la acera: «… debemos ser siempre nosotros mismos y no aquello que a nuestro entorno (padres, novios, etc…) les gustaría que fuéramos. Cada uno es lo que es y debe saber vivir con sus circunstancias …»
Sobre todo porque es bueno que juguemos con nuestras cartas la partida. No con las que no tenemos.
Nuestra partida. Pero los otros también tienen la suya. Y hay otras partidas diferentes. Y otros juegos con otras fichas. Y otras fichas con otras manos.
Hoy me gustaría terminar mi comentario a Don Benito con palabras de él mismo: «… tampoco está mal que sepamos que existe otra forma de ver la vida …»
Apreciado Benito,
Muchísimas gracias por la mención en el artículo que compartes en este espacio; gracias de corazón porque tus ánimos nos estimulan a seguir con nuestros proyectos, siempre con una mentalidad y un sentido de la contribución muy sano y necesario.
Nos seguimos encontrando y compartiendo!!
Un abrazo,
@davidbarreda_db