Mari Paz Díaz. La música es una seña de identidad de cualquier pueblo y, por supuesto, del momento social que vive una sociedad. La provincia de Huelva ha realizado una gran aportación en este sentido a lo largo de la historia, una riqueza antropológica y cultural que a veces pasa desapercibida, a pesar de la importancia que posee como forma de expresión de los ciudadanos y un elemento vital de su forma de ser.
Con el fin de dejar constancia de la aportación, no sólo de Huelva, sino de toda la comunidad autónoma andaluza a este ámbito, dos profesores de la Universidad de Huelva, Francisco José García Gallardo y Herminia Arredondo Pérez, han elaborado un estudio en el que revisan las formas en la que la cultura de Andalucía se ha construido a sí misma a través de la música.
El trabajo tiene en cuenta que son múltiples y muy diversas las manifestaciones musicales que se dan en Andalucía, fruto de una tradición construida históricamente y mantenida con el carácter propio de cada pueblo. Para demostrarlo, estos profesores de la Onubense han coordinado una publicación titulada ‘Andalucía en la música. Expresión de comunidad, construcción de identidad’, publicada por el Centro de Estudios Andaluces.
Un estudio donde se hace un recorrido desde la música de las catedrales e iglesias en la Edad Media hasta la música cofrade del siglo XXI, prestando una especial atención a los géneros más populares de las centurias del XIX y XX, estilos locales que han devenido en géneros regionales como el carnaval, por citar algún ejemplo concreto. Una amplia cronología, a pesar de que los autores no han pretendido hacer una historia de la música en Andalucía.
Pero, ¿cuál es la aportación realizada por Huelva a la música andaluza? En este sentido, según se recoge en esta investigación, «la aportación de Huelva es muchísima y sorprendente», aseguran García Gallardo y Arredondo.
Para estos estudiosos, «la música en Huelva y en general en Andalucía occidental, está viva. Para cantar, para bailar, para danzar, para tocar la guitarra, las castañuelas o palillos, la flauta y el tamboril, no ha sido necesario acudir a una escuela o institución, sino que se aprendía en casa, en tu comunidad, en nuestras fiestas, celebraciones… Si bien, hoy están muy extendidas las escuelas municipales o de diversas asociaciones, hermandades y entidades que promueven el aprendizaje de estas prácticas musicales, ampliando el número de intérpretes y el género de éstos. Por ejemplo, son ya muchas las mujeres que tocan la gaita y el tamboril en nuestra provincia».
Todo ello provoca que la música sea una manifestación muy activa en la provincia onubense, puesto que la gente aprende a cantar, bailar o tocar de forma autodidacta en muchos casos, por lo que estas expresiones no están encerradas en una sala de conciertos para un público reducido, sino todo lo contrario. Es una manifestación que se vive y siente en la calle por un gran número de gente, sea un desfile procesional con música cofrade, una danza de espadas del Andévalo onubense, una agrupación de carnaval o un fandango cantado en una romería o en una peña flamenca.
Por tanto, este trabajo quiere dejar claro que el fandango de Huelva es una seña de identidad de la provincia, pero que la música onubense es mucho más que eso. «Huelva es más que fandango, aunque esta manifestación musical y cultural sea de las más emblemáticas de nuestra sociedad y de las de mayor proyección fuera de nuestro entorno», explican los coordinadores de la obra. No hay que olvidar que el fandango de Huelva hunde sus raíces en la tradición árabe, celta y judía, jugando un papel destacado en la vida social y política de la provincia de Huelva, además de que cada pueblo cuenta con un estilo propio.
Junto al fandango, ‘Andalucía en la música’ recoge la importante presencia en Huelva de danzas rituales, de espadas y otras similares (palillos, palos, lanzas, arcos, garrotes…), desarrolladas especialmente en las comarcas de la Sierra y el Andévalo onubense, de gran relevancia en sus localidades o poblaciones de origen, tanto a nivel social, como cultural, político, económico, religioso e ideológico, articulando la fiesta, la identidad, la propia vida de quienes las interpretan y de toda la comunidad y la comarca de la que forman parte.
Una riqueza de la que los onubenses son conscientes, según Francisco y Herminia, pues suelen darle mucha importancia. Un hecho que se muestra, por ejemplo, con el Carnaval, donde «se valoran sus textos, su temática, mientras que pareciera que la música quedara en segundo plano y, realmente, sin música no tendría sentido, no entraría por los sentidos ese texto, ese mensaje, la corporeización, transmisión y vivencia de esa práctica sociocultural y festiva».
La idea de poner en marcha este proyecto surgió del Centro de Estudios Andaluces, dentro de su colección ‘Imagen’. Su puesta en marcha, desde luego, no ha sido fácil, teniendo en cuenta que ha sido una tarea compleja, pues se da voz a «muy variadas tradiciones musicales, lo que aporta en parte su originalidad, pues en trabajos anteriores no se trataban tantas músicas distintas (música de las iglesias, compositores románticos, ópera, carnaval, música cofrade, la cadencia andaluza, el rock, la copla, el flamenco…), todo en una misma obra y desde una misma mirada. Hemos buscado cómo a través de la música el hombre construye y expresa su identidad”, aclaran los autores.
La elección de Francisco José García y Herminia Arredondo como coordinadores del proyecto supone, además, un reconocimiento a la Universidad en este ámbito. Profesores del Área de Música de la Onubense, ambos son miembros del Grupo de Investigación ‘Observatorio de Cultura y Patrimonio’, además de mantener una vinculación con la Universidad de Granada como miembros del Proyecto MAR (Música de Andalucía en la red) y profesores del Máster en Patrimonio Musical.
Su elección para este estudio no es casual, puesto que también son coordinadores del grupo de trabajo sobre Tradiciones Musicales en la Sociedad de Etnomusicología (SIbE) habiendo publicado trabajos sobre el Carnaval en Huelva y Cádiz, las canciones infantiles de tradición oral, el fandango de Huelva y la mujer flamenca, así como las danzas de espadas y danzas rituales en Huelva.
Por otra parte, aunque en el libro han participado especialistas de diversas universidades, se pone de manifiesto que desde Huelva se pueden liderar trabajos de esta envergadura, en muchos casos con proyección internacional, sin olvidar que durante la investigación se ha detectado que una inmensa mayoría de las manifestaciones descritas se han gestado y desarrollado desde Andalucía Occidental.
Entre los conceptos tratados en la obra a nivel general se encuentran la música de la Edad Media, composiciones del romanticismo, los autores andaluces de ópera, la música de las iglesias, el carnaval y sus formas musicales de pasodoble, tango y cuplé o el papel de la mujer en la copla.
Del mismo modo, resultan llamativos otros capítulos del libro, como sucede con el llamado rock andaluz a partir de los años setenta, sin olvidar la relevancia de la música de la Semana Santa andaluza como expresión del sentir cofrade, y, por supuesto, los grandes autores del flamenco, como Camarón, Morente o Paco de Lucía, entre otros muchos.
Con todo, ‘Andalucía en la música. Expresión de comunidad, construcción de identidad’ realiza una gran aportación a un campo de estudio poco investigado en comparación con otros ámbitos. Un trabajo muy relevante sobre las manifestaciones musicales tradicionales en Huelva, que, en diversas ocasiones, se han divulgado desde el punto de vista antropológico y que ahora se explica desde una dimensión cultural. Su difusión, sin duda, ayudará a comprender mejor la forma de ser de los onubenses, puesto que nuestra música popular es una manifestación más del sentir de Huelva. No sólo la música clásica es cultura. La música que emana del pueblo y que se transmite de padres a hijos también lo es.