Sapiensity/@Sapiensity. Ni que decir tiene que todo lo smart es una evolución de otros muchos conceptos previos. Podemos retrotraernos al fenómeno de la social media, de las webs 2.0, del gobierno abierto o de la participación ciudadana, incluso. Son conceptos que han calado con mayor o menor acierto, ahínco o convencimiento según qué territorios. Las personas, ciudadanos, en su etapa estudiantil se relacionan de forma natural hoy día con la tecnología disponible para poder iniciar cualquier tipo de actividad, una “actividad social”.
Por otra parte, podemos retrotraernos igualmente a que la esencia del ser humano es que somos “sociales”, necesitamos relacionarnos para desarrollarnos y evolucionar. Y no podemos olvidarnos de un aditivo bastante importante en nuestro modelo de convivencia: nos desenvolvemos en un entorno democrático, afortunadamente.
Con todo lo anterior, podríamos concluir que es vital para conseguir un cambio profundo en entornos educativos, que tienen como reto convertirse en Smart Campus, dotarse de modelos transparentes, participativos y colaborativos en la gestión del conocimiento y de la información que administran.
Si un smartcitizen es un alumno conectado, por decirlo así, toda la estrategia del Campus debe ser citizen-centric. El alumno es el centro porque hablamos de Smart City Human.
Pero si seguimos profundizando, y si el que escribe fuera un alumno de una Universidad cuyo reto fuera caminar hacia lo Smart, agradecería la existencia de los siguientes recursos y espacios:
– Que el Campus fuera un Living Lab
– Que el Campus dispusiera de un Observatorio de Tendencias en el campo de la ingeniería
– Que el Campus contara con una Red Social Corporativa
– Que el Campus contara con un Sistema de Detección de oportunidades de negocio
– Que el Campus creará las condiciones para tener presente acceso directo al crowdfunding
– Que el Campus dispusiera de espacios de Innovación Social
– Que el Campus organizará un first Tuesday para la práctica de competencias
– Que el Campus contara con un panel de expertos y empresas que aporten una visión continua del mercado
Uno podría seguir escribiendo, bicheando, comparando y analizando pero el factor determinante es el sentido de pertenencia y empatía a un territorio, a un entorno, a un campus, a una facultad y a un aula. Es muy importante hacer partícipe a los alumnos de las medidas que se toman, de los retos que existen, de las apuestas estratégicas y de que todo ello corresponde a un plan a varios años. Porque todo ello contribuirá a que el alumno demande, contribuya, proyecte y al final se convierta en un embajador de su territorio.
Los territorios venden porque atraen turistas y en Huelva este sector es fundamental. Alumnos satisfechos, ciudadanos satisfechos y una comunidad universitaria, en definitiva, satisfecha proporcionará un espíritu y un sentido de empatía muy potente.
Pero claro, ésto hay que ir creándolo, “regándolo”, analizándolo mediante fotografías y análisis continuos para tomando las medidas necesarias ante los cambios que se avecinan. Cuando, además, los Campus reciben estudiantes Erasmus, deben plantearse estrategias de integración, de intercambio de experiencias y de conocimiento y generar las sinergias y las relaciones estudiantiles necesarias para fomentar el espíritu global necesario. Fomentar todo ello es una de las piedras angulares del H2020.
No podemos olvidar que las universidades deben conocer las exigencias de los entornos laborales actuales que van más allá del conocimiento. Competencias como espíritu crítico, trabajo en equipo, capacidad para la toma de decisiones y de emprendimiento son exigencias que nos hacen competir en mejores condiciones.
Proporcionar esas nuevas competencias exige de la transformación de los espacios/centros educativos: espacios arquitectónicos sostenibles, modulables, y eficientes energéticamente. Equipamientos de última generación en aulas y laboratorios así como nuevas plataformas didácticas de evaluación de conocimientos son otros elementos clave en la configuración de la enseñanza del futuro inmediato o presente.
La incorporación de tecnología en las aulas se conforma como la herramienta principal en los procesos de enseñanza.