Alberto Gil / Rosario Paniagua. En la tarde el 17 de Diciembre, casi a punto de acabar el Año Centenario, el Grupo Platero de Madrid y el Club de Lectura Braille celebraron un Acto Literario de especial significación en las instalaciones de la ONCE. Este encargo nos lo proporcionó la Fundación Zenobia Juan Ramón al que accedimos con sumo gusto.
Ha sido una suerte para todos, poder disfrutar conjuntamente de un acto que tuvo unos registros nuevos muy emocionantes. Gustamos, una vez más, de una obra universal de nuestra literatura y la dimos a gustar al numeroso público asistente, que llenó la sala y quedó muy satisfecho por lo vivido esa tarde. Fue una iniciativa del Club Braille de la Delegación Territorial de Madrid que quiso hacer un homenaje a Platero y yo para finalizar el año centenario.
Hubo total apoyo de la Unidad de Atención al mayor, Cultura y Ocio de la Once en la persona de David Olalla y colaboradores/as. La mesa fue presidida por Carmen Hernández Pinzón, que como siempre nos acompaña y engrandece los actos con su palabra y su presencia, Comenzó hablando de la emoción de Juan Ramón cuando una niña ciega le leyó un capítulo de Platero.
Por parte del Grupo Platero participaron su coordinadora: Rosario Paniagua a continuación Pedro Paniagua, Rosa María Arroyo y Jorge Sánchez Cascos. Por parte del Club de Lectura, dirigidos por su Coordinador Alberto Gil, del Servicio Bibliográfico ONCE-Madrid Departamento de Dirección Técnica, participaron por el sistema Daisy y Braille: Alfredo Arquero, Carlos Peral, Manuel de Antón, Felisa de la Hera y Carmelo Molina que dieron lectura a cinco capítulos de Platero, elegidos por ellos y que ya había trabajado en sus clases con anterioridad.
La voz de Juan Ramón y la música de Chili Valverde, vistieron de gala al acto. Con la emoción a flor de piel, dimos por concluido el homenaje intercambiándonos recuerdos: el libro disco Mamá Pura de la cantautora Chili Valverde y un ejemplar en Braille del libro de Platero y yo.
Nos hemos comprometido a seguir colaborando juntos, un ejemplo claro de integración cultural como vía a seguir, vía que enriquece y ayuda a que las personas ciegas, y la labor de la Once sean más conocidas por la sociedad. El próximo año seguiremos apostando por esta línea de acción, para seguir reivindicando el Braille y compartir eventos literarios que den realce a la buena marcha del Club Braille, que diez años después de su creación, mantiene intactas su ilusión y entrega en pro de la Cultura y el sistema que legara el genial maestro francés Louis Braille a mediados del siglo XIX.
Como queda de manifiesto Platero no tiene fronteras, Juan Ramón no tiene fronteras y se puede leer, gustar y saborear desde muy distintas perspectivas, lo que se puso de manifiesto esa tarde. Felices fiestas, felices lecturas, y un brindis por la magia y por ese niño que todos llevamos dentro y que a Juan Ramón tanto le importó.