Domingo Prieto. No es fácil llevar a la escena el mundo poético de Juan Ramón Jiménez y más difícil aún si se trata de poner sobre un escenario estampas de la historia y el espíritu de Platero y yo. La tentación de caer en un ternurismo fácil, en un sentimentalismo dulzón era grande y peligrosa.
El libro en prosa del poeta de Moguer, de cuya publicación se cumplen ahora 100 años, ha sido abundante fuente de inspiración desde la falsa creencia de que era un libro infantil, un libro escrito sólo para niños. La belleza y profundidad de su escritura, dentro de su exquisita sencillez, ha sobrepasado hace tiempo esa etiqueta y ha entronizado a “Platero” como una de las cumbres de la lírica en prosa de la literatura española.
Por eso es más de admirar lo conseguido por Abel Moreno y su equipo de la Asociación Musical Colombina al montar esta recreación musical sobre la inmortal obra, a la que han denominado ‘Mariposas blancas’. Recreación especialmente audaz porque se ha realizado sobre música flamenca: toque de guitarra, cante y baile, con el aditivo de clarinete y percusión sin perder nunca la línea flamenca que la inspira.
La estructura de la obra consiste en intercalar, con justa medida, pasajes de lectura de capítulos de Platero (realizados con propiedad y mesura por el profesor Juan Campos en una sorprendente colaboración), con las intervenciones musicales todas de gran calidad de jóvenes artistas: el clarinete del propio Abel Moreno, la percusión de Nicolás Pérez, las guitarras armoniosas y eficaces de Paco Cruzado y Joaquín Brito, el baile elegante de Elisa Vélez y el cante poderoso y sentido de Laura Oliva. Las letras de los cantes, inspiradas en “Platero” e incluso entresacadas de sus textos, han sido compuestas con estilo y sensibilidad por Manuel Contioso.
En el florilegio flamenco que se desarrolla en ‘Mariposas blancas‘ sobresale la amplia selección de fandangos de Huelva de las más variadas procedencias, ya que hasta 11 o 12 estilos distintos creo recordar. De igual manera ocurre con la importante presencia de los cantes de ida y vuelta (guajira, rumba, vidalita, colombiana) que contrastan con los fandangos desgranando sus melosas cadencias. Todos los cantes los interpreta con conocimiento y gusto Laura Oliva.
El Teatro Municipal de Trigueros, lleno a rebosar en la noche del viernes 7 de noviembre, rompió a aplaudir en muchos momentos de la obra y lo hizo con verdadero entusiasmo al final de la misma.
‘Mariposas blancas’, por la audacia de su creación y por la solidez y belleza de su realización merece una amplia divulgación por los escenarios onubenses y andaluces.
Estoy seguro de que Juan Ramón hubiese aceptado satisfecho este homenaje flamenco a su inmortal obra. No en balde manifestó decidido su apoyo al flamenco cuando aparece como firmante de la solicitud para la celebración del aquel histórico Primer Concurso de Cante Jondo que, auspiciado por Manuel de Falla y el joven Federico García Lorca, tuvo lugar en Granada en el año de 1922.