Redacción. ¿Qué tienen que ver los aceleradores de partículas con la lucha contra el cáncer o la caracterización de obras de arte? ¿Cómo surgió el lenguaje con el que nos comunicamos diariamente a través de Internet o los sistemas de encriptado para el comercio electrónico? Pues a partir de la investigación de las partículas subatómicas! El proyecto Consolider-Ingenio CPAN (Centro Nacional de Física de Partículas, Astropartículas y Nuclear), que agrupa a 26 grupos de investigación Españoles en esta especialidad, presenta ‘La física en nuestras vidas’, una exposición itinerante que muestra al público los principales beneficios y desarrollos tecnológicos surgidos de la investigación básica. La exposición, se podrá visitar en el Campus de El Carmen, situada entre las Facultades de Ciencias Experimentales y Derecho, desde esta tarde y hasta el 12 de octubre.
La exposición está organizada por el CPAN, y consta de 28 paneles informativos donde mediante espectaculares imágenes y textos explicativos se muestran algunos de los ejemplos más representativos de aplicaciones y tecnologías surgidas de la investigación en Física de Partículas, Astropartículas y Física Nuclear.
La investigación del mundo microscópico revela de qué está hecha la materia que compone todo lo que vemos en el Universo, y trata de dar respuesta a algunos de los interrogantes más importantes de la ciencia actual: ¿qué es la materia oscura, que compone el 25% del cosmos? ¿Por qué desapareció la antimateria tras el Big Bang? ¿Cómo surgió la masa de las partículas elementales? ¿cómo se formó el Universo? ¿cuál es el origen de las estrellas, los planetas y la vida tal y como la conocemos?
Sin embargo, para estudiar lo más pequeño son necesarios instrumentos científicos colosales como el Gran Colisionador de Hadrones o LHC, el mayor acelerador de partículas del mundo, o el nuevo post-acelerador de núcleos exóticos HIE-ISOLDE. Estas infraestructuras científicas, en las que trabajan desde hace años los grupos de investigación de España y de la propia Universidad de Huelva, se encuentran en el laboratorio internacional CERN (Centro Europeo de Investigaciones Nucleares) en la frontera franco-suiza, cerca de Ginebra. Las tecnologías utilizadas para detectar las partículas producidas han permitido desarrollar técnicas cada vez más precisas para diagnosticar y tratar el cáncer por ejemplo, entre muchos otros logros para el bienestar social.
De la necesidad de compartir información entre los físicos de partículas de todo el mundo nació la World Wide Web (WWW), el lenguaje en el que se basa Internet. Este desarrollo nació en el CERN y se puso a disposición de la sociedad de forma gratuita. Asimismo, la tecnología de aceleradores y detectores de partículas permite fabricar paneles solares más eficientes, analizar compuestos con interés industrial y farmacéutico, o caracterizar obras de arte de forma no destructiva.
La exposición hace hincapié asimismo en la importancia de la investigación básica en la formación de los científicos del mañana, así como en los retornos económicos que se obtienen de la participación de las empresas españolas en la construcción de los grandes aceleradores de partículas como el LHC o HIE-ISOLDE, y los gigantescos detectores ATLAS y CMS. La muestra destaca también la participación de los investigadores españoles en grandes experimentos y laboratorios en todo el mundo, participación que se promueve de forma coordinada por el CPAN.
La exposición ‘La física en nuestras vidas’ comenzó su andadura el pasado mes de julio en Valencia coincidiendo con la mayor conferencia mundial en física de partículas (ICHEP2014), viajando posteriormente a Gijón y Santander. Ahora comienza su periplo por Andalucía donde, tras visitar Huelva, estará en Sevilla y Granada. El recorrido se puede consultar en la página web de la muestra, donde se ofrece más información sobre la misma.
El laboratorio europeo de física de partículas CERN, que este año cumple su 60 aniversario, y la Real Sociedad Española de Física (RSEF) patrocinan la muestra. Para su estancia en Huelva cuenta con la colaboración de la Universidad de Huelva, el Centro de la Investigación de la Energía (CIE) y el Ayuntamiento de Huelva.