Miguel Ángel Velasco. Enrique es un enamorado de su profesión. Profesa por ella casi un culto litúrgico. De hecho representa a la tienda señera por naturaleza en el vestir a la novia. No se entendería ésta, la novia, en Huelva sin Girlady Novias al igual que una novia no podría afrontar el hecho de vestirse de novia sin acudir a la boutique por excelencia y tradición familiar, Girlady Novias.
Quedamos en su tienda una mañana y me presento con mi periodista y blogger de moda favorita, Inma Jiménez. Siempre me había encantado esta boutique en la que todavía se respira la esencia de la tradicional boutique. Impoluta, todo en orden, muebles y armarios clásicos con cristales que dejan a la vista cientos de trajes perfectamente alineados y clasificados. Tratados con el mimo que solo le puede dar su amante. Predomina el blanco sobre el blanco de la novia y las butacas, mesa y sofá donde nos recibe Enrique nos lleva a una época romántica de oropeles y lazos, a una isla ante tanta vulgaridad y mediocridad que hoy en día se puede ver.
– ¿Sabes que siempre me ha encantado tu tienda, Enrique?
– Sí. Es una tienda acogedora que intento que sea la casa de mi clientela con ese toque de calidad y romanticismo que pide toda novia.. Esta tienda fue mi apuesta personal. Mi padre comenzó con el establecimiento que teníamos en calle Concepción hace 50 años, marcó un estilo en la ciudad y la provincia, todo lo mejor de la sociedad civil de la provincia acudían a la Casa de mi padre a asesorarse, a recabar sus consejos, a que la vistiera con el traje de su vida. Aunque te suene un tanto cursi, que la vistiera de Reina para ese día mágico. Y 50 años, Miguel es toda una herencia difícil de llevar y mucho más difícil aún de superar… por muchas circunstancias, entre otras cosas.
– Por ejemplo…
– Mira, por ejemplo, los mismos hábitos de la vida. Ahora están globalizados hasta los gustos. Es como llevar un traje de sastre a llevarlo de prêt á porter. Hace 50 años las clientas venían con una antelación de meses a preparar su traje, a que trabajásemos en él y tardaba varios días en decidirse. Ahora es distinto. Con Internet las chicas vienen con el modelo aprendido y decidido, lo pide por su catálogo porque lo han visto en Internet, pagan y se van. Así, desgraciadamente, de frío y lejano. No se establece esa relación humana entre cliente y esta Casa, que yo considero fundamental y por la que siempre apuesto.
– ¿Otra diferencia más que señalar?
– Muchas, podríamos llevarnos aquí hasta la noche y no terminar. Te voy a poner un ejemplo. Yo he visto entrar a Inma contigo y enseguida, por su forma de vestir y moverse, he sabido el traje ideal para ella. ¿qué significa eso? Pues que, por un lado esta es una tienda clásica donde predomina lo humano y lo profesional a la vez que la calidad y el rigor. El símbolo y lema de Girlady novias, desde los tiempos de mi difunto padre con La Novia, es la atención personalizada al cliente, crear una simbiosis única y exclusiva entre la persona que viene a comprar y la que le atiende. Por eso, desde el momento en el que una novia entra aquí siempre será atendida por la misma dependienta, la modista de su traje será siempre la misma modista para que nunca se rompa esa relación de confidencialidad propia.
Además, a no ser que la clienta se vaya a otra ciudad, nuestros trajes son exclusivos y si, por ejemplo, una novia quiere un traje de Franc Sarabia, Patricia Avendaño, V&L o Raimond Bundó sabe que el suyo va a ser exclusivo, que no es un traje hecho en serie y que no se va a ver repetida en ningún lugar de la provincia. Es su traje, el que siempre soñó.
En un momento de la conversación Enrique se levanta y nos pide excusa. Tres preciosas chicas acaban de llegar. Son las modelos que le van a pasar su colección de novias 2.015, que este viernes día 19 va a presentar en el interior de su boutique, para hacerse las pruebas previas pertinentes. Inma y yo miramos complacidos alrededor y contemplamos en silencio la delicadeza de todos los detalles que nos rodean. Tanto desde el lado humano, por la forma que tiene Ángeles, dependienta de la casa, de atender a una clienta recién llegada con su hija hasta lo puramente material, pero tan sensibles, como las prendas colgantes que cobijan este pequeño palacio de la moda nupcial y que desprenden aroma a Alta Costura.
– Estas metido en plenos detalles de lo que mañana vas a presentar…
– Si…¡ no te puedes ni imaginar la locura que es esto! Nosotros hemos realizados multitud de desfiles en la Casa Colón y en otros sitios de Huelva, pero estos eran macrodesfiles y se perdía la esencia de los mismos, el traje. La gente no podía valorar y apreciar a la joya de la exposición que no es otra que el vestido de novia y no las luces, la música o la coreografía. Ahora he preferido volver a la antigua escuela. Hacerlo en la propia Casa, en su hábitat. Tal y como lo hacían, a mediados del siglo pasado, la Channel en París o Balenciaga y Pertegaz, en Madrid o Barcelona. El cliente se sienta cómodamente entre unas tantas personas que con seguridad conocerá, podrá contemplar el vestido de cerca y estudiar sus detalles, apreciar su textura, caída o terminado., de comentarlos entre ellas Y parece que vamos a tener mucho éxito pues no paran de llamarme por teléfono o vienen hasta aquí pidiéndonos una invitación,. El primer pase, al menos, está completo. Pero como nuestra clientela es amplia posiblemente hagamos un segundo pase.
– Enrique, hablando de otra cosa, me imagino que después de tantos años en esta tienda, en la que se puede decir que naciste, tendrás infinidad de anécdotas que poder contarnos…
– ¡ Imagínate ¡ Muchas y muy sabrosas pero ahora mismo no te puedo sacar una en especial. Bueno si te puedo decir que mi primer traje lo vendí con la tienda cerrada. Me explico. Estábamos acabando el traslado de Concepción a Rascón cuando al ir a echar el cierre una chica, de San Juan del Puerto, por cierto, muy apurada me pidió por favor que la abriera, que se casaba al día siguiente y necesitaba un vestido ¡Casi nada! Recuerdo perfectamente que fue un traje de línea recta, de Pepe Botella. O el tener que pagar a un piloto de Iberia para que un traje llegara a su destino a través de él. En los últimos momentos de la última prueba siempre se producen un sinfín de incidentes anecdóticos.
– Y del traje que, por su hermosura y belleza, te hayas sentido más satisfecho…
– Bueno, partiendo de la base que toda novia es la más guapa en su ocasión, no hay novia fea, una que si recuerdo por su belleza natural, su cara y su cuerpo, fue la de una clienta, Miss Portugal, que se casó con el propietario de Tívoli Marina, un verdadero monumento de mujer. Aunque te vuelvo a insistir que todas mis clientas son muy, muy lindas.
– Y ¿qué perfil tiene esa clienta?
– Mira dicho con toda humildad, la clientela de mi Casa tiene un perfil alto, muy alto. Es una persona con personalidad, que sabe lo que quiere, con estilo y clase, que se deja asesorar. Por ello, cuando me preguntan si no me da miedo que mis novias vayan exquisitamente vestidas y los novios no, les digo que no. Mi novia no puede tener un novio más que uno que sea igual a ella. Elegante, estiloso, con estilo. Y te lo digo yo, que hemos vestido en 50 años a media Huelva, provincia y alrededores.
– Por último, Enrique, ¿cual es tu meta?
– Eso es una cosa que no me planteo siquiera. Yo no he sido nunca ni lo soy ahora una persona avariciosa, en el sentido de querer más y no vivir para poder crecer. No. Yo soy más bien conformista. Hago y trabajo en lo que gusta, disfruto con ello, con el día a día y será el futuro el que vaya marcando las pautas.
Este es Enrique Camargo. Una persona que no necesita presentación en Huelva, pues entre D. Enrique, su padre, y él han visto casarse a miles de onubenses y vestidos a miles de acompañantes. Un hombre que , como buen choquero, ama el azul, su color preferido. El mar azul. Los deportes náuticos y las playas de su Punta Umbría, también oro y azul. En definitiva el príncipe azul, de la Alta Costura Nupcial ,de las novias onubenses.